No hay tiempo para el ma?ana en Gaza
Israel est¨¢ cometiendo un genocidio en Palestina sin ninguna traba: sus propios ciudadanos est¨¢n narcotizados por unos medios de comunicaci¨®n que les censuran las im¨¢genes de la matanza y la comunidad internacional, que podr¨ªa lograr un alto el fuego permanente, no act¨²a
Y despu¨¦s de la tregua, ?qu¨¦? Es una pregunta evidente, que sin duda le han hecho a Israel los mediadores m¨¢s directos, Qatar y Egipto. Pero el mundo estaba necesitado de un respiro humanitario tras siete semanas de masacre. Hay tregua, pero no hay tiempo para el ma?ana de los palestinos. El Gobierno de Israel est¨¢ ebrio de impunidad y odio, y eso es exactamente lo que est¨¢ alimentando en la sociedad israel¨ª.
Gideon Levy, periodista del diario israel¨ª Haaretz, argumentaba hace unos d¨ªas que habr¨¢ guerra, esta u otra, mientras los israel¨ªes sigan aferrados a su victimismo, ignorantes de lo que sucede en Gaza/Palestina, narcotizados por unos medios de comunicaci¨®n que les censuran las im¨¢genes de las matanzas. Por ideas como esta, Shlomo Karhi, ministro de Comunicaciones, ha solicitado que se sancione al peri¨®dico. El genocidio palestino se obra en nombre del pueblo israel¨ª, pero este no debe conocer lo que se hace.
?C¨®mo es posible que tras la tregua vuelvan los bombardeos de hospitales, las masacres de gente que huye, la destrucci¨®n de refugios de la UNRWA, la muerte programada por el bloqueo de alimentos y medicinas? ?Puede Israel asumir el coste de rematar el genocidio en marcha? Netanyahu piensa que s¨ª, y no hay que menospreciar su talento pol¨ªtico.
Las presiones internacionales que har¨ªan posible un alto el fuego permanente no existen. La Uni¨®n Europea hace tiempo que dej¨® de ser un interlocutor respetado por Israel, y el ¨²ltimo episodio ha sido el escarnio diplom¨¢tico al que ha sometido a Espa?a y B¨¦lgica tras la visita de Pedro S¨¢nchez y Alexander de Croo como representantes de turno del Consejo de la Uni¨®n Europea. Rusia est¨¢ enfangada en sus propias guerras, en Ucrania y, en distinto sentido, en Siria (Israel le preocupa solo en la medida en que viven all¨ª m¨¢s de dos millones de jud¨ªos rusos, avanzadilla de sus intereses). Los pa¨ªses ¨¢rabes siempre han sido despreciados por el supremacismo jud¨ªo de la clase pol¨ªtica israel¨ª, que los toman como meras comparsas de sus planes de expulsi¨®n de los palestinos y anexi¨®n de Cisjordania y Gaza. Solo Estados Unidos podr¨ªa lograr algo, pero la Administraci¨®n de Biden carece de ambici¨®n para solucionarlo.
A los palestinos no les quedan muchas opciones. La hamasizaci¨®n de la sociedad es un resultado inevitable, a pesar del alto precio que se est¨¢ pagando: a fin de cuentas, Ham¨¢s ha sacado la causa palestina de la postraci¨®n en que la pol¨ªtica oficialista la ten¨ªa sumida. Hay otras v¨ªas de resistencia, como el movimiento pac¨ªfico de Boicot, Desinversi¨®n y Sanciones contra Israel, aunque Occidente lo criminaliza igualmente. El derecho a la resistencia, reconocido por Naciones Unidas, no lo olvidemos, es innegociable a ojos de una juventud enterrada en vida por la ocupaci¨®n, el bloqueo y el apartheid israel¨ªes. Cuando alg¨²n d¨ªa se ponga fin a la masacre, Israel comprender¨¢ que ha perdido la guerra, aunque Netanyahu la gane.
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