Rebelo de Sousa y Costa, un matrimonio de conveniencia roto por la crisis pol¨ªtica
La cooperaci¨®n entre el presidente y el primer ministro de Portugal, a pesar de sus diferencias partidarias, se ha esfumado. El jefe de Gobierno cree que la convocatoria de elecciones es ¡°una irresponsabilidad¡±
Ya era de noche cuando el presidente de la Rep¨²blica de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, cruz¨® los muros rosas del Palacio de Bel¨¦m. En el exterior aguardaban periodistas ansiosos por lo que hab¨ªa ocurrido aquella ma?ana del martes 7 de noviembre: el primer ministro, el socialista Ant¨®nio Costa, hab¨ªa dimitido al verse salpicado por una operaci¨®n judicial contra la corrupci¨®n que hab¨ªa desenc...
Ya era de noche cuando el presidente de la Rep¨²blica de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, cruz¨® los muros rosas del Palacio de Bel¨¦m. En el exterior aguardaban periodistas ansiosos por lo que hab¨ªa ocurrido aquella ma?ana del martes 7 de noviembre: el primer ministro, el socialista Ant¨®nio Costa, hab¨ªa dimitido al verse salpicado por una operaci¨®n judicial contra la corrupci¨®n que hab¨ªa desencadenado una investigaci¨®n sobre su papel en el Tribunal Supremo. Adem¨¢s, se hab¨ªa detenido a su amigo Diogo Lacerda Machado y a su jefe de gabinete, V¨ªtor Esc¨¢ria, que guardaba 75.800 euros en sobres en su despacho en la residencia del primer ministro. El juez instructor rebajar¨ªa d¨ªas despu¨¦s los indicios delictivos apreciados por la Fiscal¨ªa en la Operaci¨®n Influencer, pero la hecatombe pol¨ªtica ya se hab¨ªa llevado por delante al primer ministro, su Gobierno y la segunda mayor¨ªa absoluta que el Partido Socialista lograba en su historia. Con el paso de los d¨ªas se ver¨ªa que tambi¨¦n se hab¨ªa llevado por delante el entendimiento que hab¨ªa primado en la relaci¨®n entre Ant¨®nio Costa y el presidente de la Rep¨²blica, Marcelo Rebelo de Sousa, desde 2016.
El jefe del Estado portugu¨¦s acostumbra a caminar al menos cuatro kil¨®metros al d¨ªa, seg¨²n desvel¨® la revista S¨¢bado. Y no es infrecuente que lo haga por Bel¨¦m, pero aquella noche, en la que el pa¨ªs se fue a la cama at¨®nito y preocupado, el itinerario de la caminata presidencial se escudri?¨® con otras lecturas. Rebelo de Sousa pase¨® hasta el callej¨®n del Ch?o Salgado, donde el 13 de enero de 1759 fueron ejecutados varios miembros de la familia aristocr¨¢tica de los T¨¢voras, acusados de conspirar contra el rey Jos¨¦ I. Antes de ser decapitados y quemados, fueron humillados y torturados ante un p¨²blico que inclu¨ªa al monarca. El espect¨¢culo result¨® fuerte incluso para los est¨¢ndares de la ¨¦poca. Sobre el terreno de la ejecuci¨®n se esparci¨® sal para que nunca volviese a crecer ni una mala hierba. Las c¨¢balas se dispararon. ?Habr¨ªa un mensaje impl¨ªcito sobre traiciones o sobre escarnios p¨²blicos?
Apenas dos semanas despu¨¦s, Ant¨®nio Costa realiz¨® el mayor ataque p¨²blico contra el presidente que se le recuerda. En un par¨¦ntesis de una reuni¨®n del Partido Socialista celebrada el s¨¢bado 18 en Lisboa, Costa culp¨® al jefe del Estado de la actual inestabilidad por el adelanto de elecciones. ¡°En un escenario internacional muy dif¨ªcil, era recomendable que en todo hubiese habido sentido com¨²n y no haber desencadenado esta crisis pol¨ªtica¡±, coment¨®.
Despu¨¦s de considerar ¡°irrazonable e innecesaria¡± la convocatoria, el primer ministro portugu¨¦s arremeti¨® contra el frecuente recurso de Rebelo de Sousa a usar el bot¨®n at¨®mico, como se conoce la potestad del jefe del Estado, para disolver el Parlamento y promover comicios. Al igual que ahora, tambi¨¦n en noviembre de 2021, Rebelo de Sousa cort¨® la legislatura y adelant¨® las elecciones despu¨¦s de que la oposici¨®n tumbase los Presupuestos Generales del Estado del Gobierno, entonces sin mayor¨ªa absoluta. ¡°Tal como los portugueses resolvieron la ¨²ltima crisis pol¨ªtica irresponsable, ahora deber¨¢n resolver la nueva crisis pol¨ªtica irresponsable¡±, solt¨® Costa, que tras la Operaci¨®n Influencer hab¨ªa defendido la continuidad de la legislatura con el nombramiento del gobernador del Banco de Portugal, M¨¢rio Centeno, como primer ministro. Rebelo de Sousa se inclin¨® por clarificar en las urnas el futuro, apoyado por todos los partidos, excepto el socialista, y la mitad del Consejo de Estado.
El ataque frontal de Costa ha sorprendido. Incluso en sus momentos m¨¢s distantes, como el que vivieron en mayo por la continuidad del ministro Jo?o Galamba, nunca hab¨ªa alcanzado tal crudeza. Tras las cr¨ªticas, salieron en defensa del presidente algunos consejeros de Estado, como el comentarista estrella en televisi¨®n y exl¨ªder del Partido Social Dem¨®crata (PSD, centroderecha), Lu¨ªs Marques Mendes, que escribi¨® que el primer ministro est¨¢ ¡°desesperado¡±.
Estabilidad dentro y fuera
A pesar de sus diferencias partidarias ¨DCosta es socialista, y Rebelo de Sousa, conservador¨D, ambos desplegaron un matrimonio de conveniencia que dot¨® de estabilidad al pa¨ªs, tanto dentro como fuera. Si el presidente fue un apoyo incondicional del primer ministro durante la pandemia, el l¨ªder socialista le devolvi¨® el gesto apoyando su reelecci¨®n para la presidencia en 2021 hasta el extremo de no respaldar la candidatura de la socialista Ana Gomes con la maquinaria del partido. Parad¨®jicamente, su sinton¨ªa fue mayor durante la etapa de la geringon?a, la alianza parlamentaria del PS con fuerzas de la izquierda, a pesar de lo mucho que el experimento desagradaba a Rebelo de Sousa. Con la mayor¨ªa absoluta obtenida por Costa en enero de 2022, la relaci¨®n entr¨® en una fase de mayor tensi¨®n que alcanz¨® la cima con los episodios ocurridos en el Ministerio de Infraestructuras y la comisi¨®n de investigaci¨®n de la aerol¨ªnea TAP.
Desde la ca¨ªda del Gobierno, el locuaz presidente portugu¨¦s apenas ha hablado, con la excepci¨®n del discurso institucional en el que anunci¨® las elecciones y elogi¨® tanto el trabajo como el gesto ¨¦tico de la dimisi¨®n de Ant¨®nio Costa. En Bis¨¢u, adonde viaj¨® los d¨ªas 15 y 16 para participar en los 50 a?os de la independencia de la antigua Guinea lusa, Rebelo de Sousa dijo por vez primera que estaba sorprendido con lo ocurrido y que se cerraba ¡°un ciclo de la historia portuguesa¡±. Adem¨¢s, desvel¨® que hab¨ªa citado a la procuradora general de la Rep¨²blica (fiscal), Luc¨ªlia Gago, el d¨ªa de la Operaci¨®n Influencer a petici¨®n de Costa, que dimitir¨ªa tras esta visita y la difusi¨®n de un comunicado donde se hac¨ªa p¨²blico que era investigado por el Supremo.
La irritaci¨®n del primer ministro fue evidente en su ataque del s¨¢bado 18, donde tambi¨¦n critic¨® las filtraciones de la presidencia de la Rep¨²blica: ¡°He tenido el principio en estos ocho a?os de, ni por m¨ª ni por heter¨®nimos que escriben en los peri¨®dicos, decir lo que ocurre en las conversaciones que tengo con el presidente de la Rep¨²blica. En el d¨ªa en que cada uno comience a creer que puede decir lo que el otro ha dicho o dejado de decir, seguramente las relaciones entre los ¨®rganos de soberan¨ªa discurrir¨¢n con menor fluidez¡±.
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