Dearborn: el coraz¨®n ¨¢rabe de EE UU abandona a Biden por su postura en la guerra de Gaza
Miembros destacados de la comunidad ¨¢rabe en esta ciudad de Michigan inician campa?as contra el voto al presidente norteamericano por su ayuda a Israel. El apoyo al l¨ªder dem¨®crata en este colectivo cae del 59% hace tres a?os al 17%
Adam Abusalah, activista comunitario de 23 a?os, est¨¢ indignado y lo deja muy claro mientras charla en un restaurante en pleno centro de Dearborn, en Michigan, en el Medio Oeste de Estados Unidos. Ha acudido tocado con una kufiya, el pa?uelo blanquinegro palestino. Saluda a unos y otros bien en ingl¨¦s, bien en dialecto ¨¢rabe palestino, bien en una mezcla de ambos. ¡°Trabaj¨¦ en la campa?a presidencial de Biden en 2020. Entonces me ocupaba de movilizar el voto ¨¢rabe estadounidense en su favor, de que la gente se registrara para votar y le apoyara. Y ahora, despu¨¦s de haberle ayudado a llegar a la Casa Blanca, siento que ¨¦l est¨¢ ayudando a bombardear a mi familia en Palestina¡ Me siento traicionado¡±. Este joven ¨¢rabe estadounidense, que lleva involucrado en pol¨ªtica toda su vida adulta, jura y perjura que jam¨¢s volver¨¢ a apoyar a Biden. ¡°Ni aunque mi papeleta fuera la que decidiera las elecciones entre ¨¦l o Donald Trump [el expresidente y candidato favorito republicano] votar¨ªa por ¨¦l¡±, sostiene.
No es el ¨²nico que se pronuncia as¨ª en Dearborn. Esta ciudad industrial, pegada a Detroit y apodada la capital ¨¢rabe de EE UU ¨Dm¨¢s de la mitad de sus residentes, el 54,5%, tienen este origen¨D, se inclin¨® mayoritariamente por el dem¨®crata hace tres a?os. Su respaldo posibilit¨® que Biden se impusiera en Michigan, un Estado bisagra crucial. Pero desde el comienzo de la guerra en Gaza y el decidido apoyo del presidente a Israel, muchos habitantes se declaran contrarios a un nuevo mandato del actual inquilino de la Casa Blanca; desde aqu¨ª ha partido una campa?a para que ning¨²n ¨¢rabe estadounidense apoye su reelecci¨®n en los comicios de noviembre del a?o pr¨®ximo.
¡°Queremos vincular su presidencia a Gaza. Que sea uno de los factores que provoque su derrota. Que los libros de Historia y las clases de Educaci¨®n C¨ªvica cuenten que Gaza le cost¨® la presidencia a Joe Biden¡±, sostiene Khalid Turaani, de 57 a?os, de la organizaci¨®n Michigan Task Force for Palestine (Fuerza operativa de M¨ªchigan para Palestina) y uno de los participantes en la campa?a #AbandonBiden (Abandona a Biden).
Banderas palestinas y renos hinchables
Dearborn es una ciudad de aspecto profundamente estadounidense. Centro de la producci¨®n automovil¨ªstica de EE UU desde que Ford llev¨® all¨ª sus f¨¢bricas en los a?os 60, esta localidad de 106.000 habitantes, es a primera vista similar a tantas otras en las que a lo largo de interminables avenidas de trazado recto conviven barrios de viviendas unifamiliares con centros comerciales de carretera. Pero aqu¨ª, en esos centros comerciales, las franquicias omnipresentes en el resto del pa¨ªs se codean con caf¨¦s de pipas de agua, panader¨ªas orientales y agencias de viajes que promocionan vuelos a Yemen. Los letreros de los establecimientos doblan sus mensajes en ingl¨¦s y en ¨¢rabe. El alcalde, Abdullah Hammoud, es de origen liban¨¦s, como el jefe de Polic¨ªa, Issa Shahin.
En el centro de Dearborn, las banderas palestinas conviven en jardines y ventanas de las viviendas con luces de Navidad y renos hinchables. Las mezquitas, adornadas con enormes banderas de EE UU, se alternan con las iglesias. Frente a la tienda Modern Hijab, que ofrece vestimentas femeninas musulmanas en colores modernos, un colorido bel¨¦n callejero invita a celebrar el nacimiento de Jes¨²s.
En algunas de las calles principales alguien ha pegado en las farolas carteles con fotos de ni?os palestinos muertos en Gaza, imitando los p¨®steres con las im¨¢genes de los rehenes israel¨ªes capturados por Ham¨¢s que se han multiplicado en las capitales occidentales desde los atentados del 7 de octubre.
El rechazo de la comunidad ¨¢rabe puede resultar fundamental en el resultado de las elecciones del pr¨®ximo noviembre. En 2020, Biden derrot¨® a Trump en Michigan por apenas 154.000 papeletas, un 2,5%. En ese Estado est¨¢n registrados 300.000 personas de ancestro ¨¢rabe; en las elecciones de hace tres a?os, de ese total votaron 146.000 ¨¢rabes estadounidenses, de los que cerca de un 70% apoyaron al dem¨®crata. El golpe podr¨ªa ser mayor si, como se proponen los organizadores de #AbandonBiden, otras comunidades ¨¢rabes estadounidenses tambi¨¦n dan la espalda al presidente en otros Estados bisagra donde cuentan con masa cr¨ªtica, como Georgia, Virginia o Minnesota.
Una encuesta del Arab American Institute publicada el 31 de octubre encuentra que el apoyo a Biden entre los votantes de origen ¨¢rabe ha ca¨ªdo del 59% hace tres a?os al 17%, un descenso de 42 puntos porcentuales. Dos tercios de ese grupo electoral mantienen una mala opini¨®n de c¨®mo Biden ha gestionado el papel de EE UU en el conflicto. Ese estado de opini¨®n se suma a los problemas de Biden en las encuestas, que le sit¨²an por detr¨¢s de Trump en la contienda electoral. Su popularidad ronda el 37%, dos puntos menos que en julio. Y esta semana, un sondeo de Siena College para el New York Times apunta que un 57% de los consultados desaprueba la gesti¨®n del presidente en el conflicto, mientras que solo un 33% la respalda. Los m¨¢s cr¨ªticos son los votantes m¨¢s j¨®venes, mayoritariamente propalestinos.
En Dearborn, la guerra en Gaza ha golpeado de manera especial. Quien no tiene familia en la Franja conoce a alguien que ha perdido a seres queridos all¨ª. Desde que estall¨® el actual conflicto, menos gente circula por la calle. Hay miedo a una islamofobia que aseguran que ha aumentado; recuerdan el asesinato a cuchilladas de un ni?o palestino en el Estado de Illinois en octubre, los disparos contra tres estudiantes palestino-estadounidenses el d¨ªa de Acci¨®n de Gracias en Vermont. El ¨¢nimo es sombr¨ªo. En las conversaciones casuales en panader¨ªas y restaurantes no es raro que surjan t¨¦rminos como ¡°Hezbol¨¢¡±, ¡°guerra¡± o ¡°Palestina¡±.
Ha indignado que EE UU rechace pedir un alto el fuego, como s¨ª han hecho ya el Reino Unido o Alemania, pa¨ªses que tambi¨¦n se hab¨ªan alineado con Israel. Enfada la ayuda militar a Israel, y enardece que Washington aprobara un nuevo env¨ªo de armamento inmediatamente despu¨¦s de vetar una resoluci¨®n del Consejo de Seguridad de la ONU que reclamaba una tregua. Se cita la reciente moci¨®n de censura contra la ¨²nica diputada de origen palestino en el Congreso de EE UU, Rashida Tlaib, como un intento de silenciar las voces pro ¨¢rabes en la vida p¨²blica.
Aunque los ¨¢rabes estadounidenses en Michigan siempre han sido pol¨ªticamente activos desde comienzos del siglo XX, cuando se establecieron los primeros, ¡°la naturaleza y amplitud de la actividad pol¨ªtica que vemos ahora en Dearborn es algo nuevo¡±, se?ala Sally Howell, profesora de Historia y Estudios ?rabes Estadounidenses en la Universidad de Michigan-Dearborn. ¡°Es nueva porque la comunidad nunca ha atravesado una crisis pol¨ªtica como esta con tantos legisladores, como Rashida Tlaib o Abdullah Hammoud, que les representen. Los logros pol¨ªticos que la poblaci¨®n hab¨ªa conseguido en sus d¨¦cadas de trabajo duro a nivel local o estatal parec¨ªa haberles asegurado un puesto en la mesa, pero el asalto contra Gaza y el apoyo estadounidense ha demostrado lo poco que importan las voces ¨¢rabes estadounidenses en un asunto tan fundamental para sus vidas y sus valores¡±.
Al mismo tiempo, agrega Howell, ¡°hay un asalto sin precedentes contra la libertad de expresi¨®n contra aquellos que son cr¨ªticos contra la agresi¨®n israel¨ª, los medios no informan con neutralidad acerca de lo que pasa sobre el terreno en Israel y Gaza, y el racismo anti¨¢rabe y la islamofobia (en paralelo con el antisemitismo) se est¨¢n disparando. Esas realidades est¨¢n motivando todo tipo de nuevas formas de protesta pol¨ªtica y de solidaridad¡±. Pese a ser muy diversa ¨Dreci¨¦n llegados y asentados desde hace un siglo; dem¨®cratas y republicanos; procedentes de L¨ªbano, Irak, Yemen¨D, en lo que concierne a Palestina, sostiene la experta, ¡°la comunidad habla con una sola voz¡±.
El desencanto ¨¢rabe hacia el presidente amenaza con extenderse tambi¨¦n a otros candidatos dem¨®cratas. La congresista Elissa Slotkin, candidata al Senado por Michigan el a?o pr¨®ximo, ¡°ha expresado preocupaci¨®n a sus aliados por que puede ser incapaz de ganar su batalla electoral¡± si Biden permanece como el candidato presidencial del partido, publicaba esta semana el The Washington Post. ¡°No es solo Joe Biden. No vamos a votar por nadie que haya mostrado desinter¨¦s por las vidas palestinas. Por nadie que no se haya pronunciado. Si temes tanto al lobby jud¨ªo como para no denunciar las injusticias, no cuentes con nosotros¡±, asegura Adam Abusalah, el joven activista.
La Casa Blanca sostiene, por su parte, que presiona a Israel para que modere sus t¨¢cticas. Asegura que ning¨²n pa¨ªs ¡°ha hecho tanto por aliviar el sufrimiento de la gente en Gaza como Estados Unidos¡±, seg¨²n declaraba a comienzos de este mes el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, John Kirby. Consciente del malestar entre los votantes ¨¢rabes, la oficina presidencial ha organizado encuentros y conversaciones con l¨ªderes comunitarios. Los contactos no han acercado posturas.
¡°No votaremos por Biden¡±
Osama Siblani, de 68 a?os, lleg¨® desde L¨ªbano a EE UU en 1976, huyendo de la guerra civil en su pa¨ªs. Siempre le ha interesado la pol¨ªtica. Fund¨® y copresidi¨® el grupo de presi¨®n Comit¨¦ de Acci¨®n Pol¨ªtica ?rabe Estadounidense (AAPAC), acompa?¨® al l¨ªder de la Organizaci¨®n para la Liberaci¨®n de Palestina (OLP), Yaser Arafat, en la firma de los acuerdos de Oslo y cre¨® el mayor peri¨®dico de la comunidad ¨¢rabe en EE UU, The Arab American News, con una circulaci¨®n de 35.000 ejemplares semanales. En una charla en su oficina, se muestra tajante: ¡°No votaremos por Biden¡±.
Siblani ¨Dque propone entregar la papeleta para las presidenciales en blanco el pr¨®ximo noviembre¨D asegura que en 2020, la campa?a de Biden prometi¨® entregar una cartera de gobierno a un ¨¢rabe estadounidense. Pero ¡°no tenemos una cartera de gobierno, ni un n¨²mero dos¡ Gan¨® gracias a nuestros votos. Pero d¨¦jeme asegurarle: en las pr¨®ximas elecciones, los ¨¢rabes estadounidenses no votaremos por ¨¦l¡±. El rechazo, sostiene, es inamovible: ¡°Para recuperar nuestro voto¡±, dice, ¡°Biden tendr¨ªa que convertirse en el mism¨ªsimo Jes¨²s y resucitar a los 20.000 palestinos muertos¡±.
No todos en Dearborn comparten esas opiniones cr¨ªticas. En la Universidad de Michigan-Dearborn, el estudiante de relaciones internacionales Vincent Intrieri asegura que el asunto ha suscitado una profunda brecha entre los estudiantes. ?l mismo asisti¨® a dos manifestaciones en favor de Gaza y sostiene que no lo har¨¢ m¨¢s, cansado de lo que considera un blanqueo de Ham¨¢s entre parte de los estudiantes. ¡°Puedes tener raz¨®n, pero si atacas a ni?os, a mujeres, eso es terrorismo. Y si practicas el terrorismo, vas a conseguir que eso manche a toda tu comunidad¡ Ham¨¢s es un grupo terrorista y no puedes disculpar lo que hicieron¡±. Acerca de Biden, y las propuestas para no votarle, Intrieri se declara esc¨¦ptico. ¡°Es verdad que Biden no ha tomado medidas muy contundentes, pero tambi¨¦n es verdad que tiene las manos atadas¡±.
Adam Abusalah, por contra, no tiene dudas. El voto contra Biden, subraya el joven activista, ¡°es un perjuicio a corto plazo, pero un beneficio a la larga. Si gana Trump, sufriremos cuatro a?os. Pero la gente se va a dar cuenta de que para ganar unas elecciones tiene que ganarse a la comunidad ¨¢rabe estadounidense de Michigan¡±.
El frente judicial
Las presiones de esta comunidad se extienden también al ámbito judicial. En su bufete en el centro de Detroit, el abogado Nabih Ayad tiene enmarcados recortes de periódico de sus casos más célebres. Cuando comenzó la invasión de Irak en 2003, demandó al Gobierno estadounidense. En 2017 apeló contra el veto de entrada en EE UU que el entonces presidente Trump había impuesto a los ciudadanos de países que había definido como “agujeros de mierda”, la mayoría de ellos, árabes. Desde el comienzo de la guerra, ha centrado sus esfuerzos en conseguir que la Administración Biden facilite la evacuación de los palestinos estadounidenses que aún quedan en Gaza, alegando discriminación contra esos ciudadanos en comparación con los esfuerzos por liberar a los rehenes israelí-estadounidenses.
“Tenemos medio centenar de abogados voluntarios. Hemos presentado demandas en 22 Estados. La idea es hacer presión. Y (el gobierno) finalmente ha empezado a compilar una lista. Pero pueden hacer mucho más: se supone que Israel es su más fiel aliado. Pueden llamarles y pedirles que dejen de bombardear, pedirles que establezcan una vía para que los palestinos estadounidenses puedan salir”, explica Ayad.
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