Giuliano da Empoli, escritor: ¡°Veo al poder pol¨ªtico inconsciente, sumiso y oportunista ante la revoluci¨®n tecnol¨®gica¡±
El ensayista, polit¨®logo y exasesor gubernamental analiza el estado de la pol¨ªtica en v¨ªsperas del gran ciclo electoral de 2024
El mundo aborda en 2024 un extraordinario ciclo electoral, que tomar¨¢ el pulso a la calidad democr¨¢tica en pa¨ªses fundamentales y a c¨®mo el poder pol¨ªtico se desempe?a en un tiempo en el que el poder tecnol¨®gico avanza a ritmo asombroso. Giuliano da Empoli (Francia, 1973) es un observador especial de estas cuestiones, que ha analizado a trav¨¦s de la literatura, el ensayo, la actividad acad¨¦mica y, desde dentro, como asesor del ex primer ministro italiano Matteo Renzi. Su novela El mago del Kremlin ¨Dganadora del Gran Premio a la mejor novela de la Academia Francesa en 2022 y que ha vendido solo en Francia ya m¨¢s de 650.000 copias¨D es una mirada sobre el poder con el foco puesto en la Rusia de Putin. Anteriormente, analiz¨® las andanzas de populistas modernos y su uso del entorno digital en el ensayo Los ingenieros del caos. En una entrevista concedida el 19 de diciembre en el marco del Grand Continent Summit, una conferencia anual organizada en Saint Vincent (Valle de Aosta, Italia) por la revista hom¨®nima, Da Empoli afirma que el poder pol¨ªtico se muestra ¡°inconsciente, sumiso y oportunista¡± ante la gran transformaci¨®n tecnol¨®gica.
Pregunta. 2024 se presenta con un impresionante calendario electoral. Hay convocatorias en EE UU, la UE, India, Rusia y muchos m¨¢s pa¨ªses. ?C¨®mo ve usted el poder pol¨ªtico hoy, en v¨ªsperas de este asombroso ciclo de elecciones?
Respuesta. Lo veo inconsciente, sumiso y oportunista. La premisa es que la vida social y la vida pol¨ªtica, incluso la relaci¨®n con nosotros mismos, est¨¢n vinculadas cada vez m¨¢s a las plataformas tecnol¨®gicas. Esto ocurre en todas partes. Hay zonas en ?frica donde no hay desag¨¹es, pero s¨ª hay tel¨¦fonos m¨®viles. Esto produce transformaciones fundamentales. Ante ellas, los pol¨ªticos se mueven en un estado de inconsciencia, porque la din¨¢mica pol¨ªtica les lleva a seguir las mismas l¨®gicas y a no interrogarse adecuadamente sobre estos cambios profundos. Tambi¨¦n de sumisi¨®n, porque cuando llega un feudatario tecnol¨®gico tienden a querer hacerse el selfi con ¨¦l; y uno de oportunismo, porque buscan aprovechar estas plataformas para fines t¨¢cticos.
P. Las redes sociales favorecen la polarizaci¨®n. Los puentes que un¨ªan se caen por doquier. Ahora llega la inteligencia artificial. ?Es realista esperar que se pueda mejorar?
R. La tendencia, desafortunadamente, es a peor, en el sentido de que estas plataformas se hacen cada vez m¨¢s inteligentes, por tanto, cada vez m¨¢s capaces de darnos lo que queremos. Porque el verdadero problema es este. Las fake news son solo la punta del iceberg. El problema real es que las plataformas, agradablemente, nos encierran en un mundo que confirma nuestras opiniones, nuestros prejuicios, nuestros deseos, y lo har¨¢n siempre mejor. Por supuesto, hay actores que usan ciertos instrumentos con malas intenciones pol¨ªticas. Pero lo curioso es que, en el fondo, su acci¨®n es indistinguible de la natural de las redes, porque el trabajo de los rusos, su intento de sembrar la discordia, ya lo hacen Google, Meta o X. Es la manera en la que est¨¢ construido el sistema. Esto no excluye que haya instrumentos para cambiar las cosas. Pienso, por ejemplo, en la UE, que ha puesto en marcha una regulaci¨®n del uso de la inteligencia artificial.
P. ?El mago del Kremlin de hoy es alguien genial en la utilizaci¨®n de esas herramientas?
R. S¨ª, Dominic Cummings [el estratega pol¨ªtico del Brexit] aconsejaba a los aspirantes asesores pol¨ªticos que estudiaran f¨ªsica m¨¢s que historia o ciencias pol¨ªticas, porque la f¨ªsica es una ciencia que maneja enormes cantidades de datos y experimenta con ellos. Primero eso, que es dif¨ªcil, y luego historia y ciencia pol¨ªtica, que es m¨¢s f¨¢cil. Dicho lo cual, Cummings obtuvo resultados extraordinarios con el h¨¢bil uso de datos en el Brexit, pero igual si hubiese estudiado un poco m¨¢s de historia, si hubiese visto un par de representaciones m¨¢s de Shakespeare y un par de tablas de datos menos, igual no habr¨ªa ca¨ªdo tan pronto y ruinosamente. Los n¨²meros son importantes, pero no lo son todo. La gran paradoja es que vivimos en un mundo en el que todo es medido, contabilizado, y, por tanto, uno esperar¨ªa que todo fuera m¨¢s previsible. Sin embargo, las din¨¢micas pol¨ªticas son cada vez m¨¢s imprevisibles y ca¨®ticas.
P. A prop¨®sito de din¨¢micas imprevisibles, Putin logr¨® sobreponerse con mucha dificultad al llamativo mot¨ªn de Prigozhin. Ahora se prepara para un nuevo mandato. Poca duda cabe de que ganar¨¢. ?Qu¨¦ podemos esperar despu¨¦s? ?Podemos esperar lo imprevisible?
R. Putin ha cometido un gigantesco error estrat¨¦gico con la invasi¨®n de Ucrania. Es un animal pol¨ªtico menos l¨²cido que antes, envejecido, debilitado. Pero conserva un fuerte instinto de supervivencia. Creo que ahora ¨¦l calcula que 2024 puede ser el a?o de un gran giro, sobre todo, en el frente occidental. Espera poder celebrar alg¨²n tipo de victoria en Ucrania en 2025. De momento, ha fracasado en el intento de imponer su orden en Ucrania. Pero quienes no son suficientemente fuertes como para imponer su orden, pueden imponer el caos. Y esto es lo que Putin intenta hacer en Ucrania y tambi¨¦n en Occidente.
P. Es un ingeniero del caos.
R. Efectivamente. Es interesante la historia de esos tipos detenidos en Francia que dise?aban estrellas de David en portales de casas donde viven jud¨ªos. Luego afloraron indicios cre¨ªbles de que hab¨ªan sido pagados por los rusos. Este es un ejemplo de c¨®mo, m¨¢s all¨¢ de la dimensi¨®n digital, tambi¨¦n en la dimensi¨®n f¨ªsica, Putin aprovecha cualquier circunstancia para alimentar el caos.
P. La dimensi¨®n emocional parece imponerse sobre la racional en la vida pol¨ªtica. Esto ocurr¨ªa tambi¨¦n en el pasado. Pero, ?ocurre ahora con m¨¢s intensidad?
R. En efecto, esto no es una novedad. Pero creo que hab¨ªa antes organizaciones, instrumentos, que empujaban en otra direcci¨®n. Por ejemplo, los partidos representaban una forma de racionalidad en la pol¨ªtica. El gran Sloterdijk habla de bancos de la ira. ?l dice que la ira siempre existi¨®, en todas las sociedades, en todas las ¨¦pocas, pero hist¨®ricamente hubo organizaciones que gestionaban esa ira. En el siglo pasado, los partidos de la izquierda desempe?aban esa funci¨®n. Cog¨ªan tu ira y la invert¨ªan en un proyecto de largo plazo. Pero desde finales del siglo pasado los partidos de izquierda han ido perdiendo esa caracter¨ªstica. Hoy, quien est¨¢ insatisfecho con el funcionamiento de la sociedad mira hacia otros lugares. La ira se ha quedado un poco sin intermediaci¨®n, y han entrado en escena nuevos actores, con pocos escr¨²pulos, que adem¨¢s han podido contar con nuevos instrumentos para aprovechar esa ira. La f¨®rmula de esta cosa, de los ingenieros del caos, es ira m¨¢s algoritmo.
P. ?Y c¨®mo interviene la literatura en todo esto? ?Puede contribuir a cortocircuitar estas din¨¢micas?
R. Bueno, naturalmente no creo que la literatura pueda salvar el mundo, pero s¨ª creo que tiene una funci¨®n decisiva. La literatura te permite entrar en la cabeza de otra persona durante algunas horas, algunos d¨ªas. Y, por tanto, es exactamente el ant¨ªdoto de la situaci¨®n por la que nos hallamos encerrados en burbujas de informaciones que, verdaderas o falsas, confirman nuestras ideas, nuestros prejuicios. Las burbujas lo logran tanto d¨¢ndonos lo que queremos o, al contrario, mostr¨¢ndonos alternativas tan radicales que nos enfadan y reafirman. La literatura hace justo lo contrario de todo eso. Te lleva en la cabeza de alguien, incluso muy lejano de ti, y te hace vivir ah¨ª dentro, por un momento, por un periodo. Luego sales, pero tal vez, cuando has salido, te queda una clave para sentir y saber que cada uno de nosotros tiene un punto de vista diferente sobre el mundo, porque cada cual tiene sus razones. Solemos pensar que solo los dem¨¢s est¨¢n atrapados en una burbuja, pero no es verdad. Todos lo estamos. Y la literatura te permite salir. Por tanto, es un ant¨ªdoto, m¨¢s importante y potente que en el pasado.
Sigue toda la informaci¨®n internacional en Facebook y X, o en nuestra newsletter semanal.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.