Muere a los 93 a?os Eugeniu Chirca, el ¨²ltimo superviviente de la resistencia anticomunista de Rumania
El movimiento opositor a la c¨²pula auspiciada por la Uni¨®n Sovi¨¦tica, del que formaba parte, fue el m¨¢s longevo de Europa Oriental
Eugeniu Chirca, el ¨²ltimo superviviente de la resistencia anticomunista de Rumania que fue arrestado durante el proceso de sovietizaci¨®n del pa¨ªs de la Europa del Este iniciado en 1945 tras el fin de la Segunda Guerra Mundial y pas¨® ocho a?os entre las cochambrosas c¨¢rceles de la ¨¦poca, muri¨® a los 93 a?os el pasado domingo en su casa situada en el pueblo de Cosesti, en el sur de Rumania, ubicada a 140 kil¨®metros de Bucarest. El movimiento rumano que se opuso a la instalaci¨®n de la c¨²pula comunista en el poder, que dur¨® de 1949 a 1958, destac¨® por ser el m¨¢s longevo de la Europa Oriental, y Chirca, que naci¨® en la humilde aldea de Nucsoara, incrustada en las estribaciones de los montes C¨¢rpatos, form¨® parte de este grupo que combati¨® contra los nuevos l¨ªderes que instauraron inmediatamente un r¨¦gimen de terror y que acab¨® con el fusilamiento del s¨¢trapa Nicolae Ceau?escu el d¨ªa de Navidad de 1989. Se uni¨® al movimiento cuando apenas ten¨ªa 19 a?os, junto a su madre, su padre y uno de sus hermanos. En aquel entonces, tan solo unos escasos cientos de comunistas empezaron a controlar de manera gradual todo el pa¨ªs, bajo el auspicio de la Uni¨®n Sovi¨¦tica, llegando a sofocar cualquier tipo de disidencia de manera implacable.
Sus otros hermanos menores fueron sacados de la escuela por la Securitate, la temible polic¨ªa secreta comunista que empez¨® a expandir el miedo con el objetivo de atajar de manera contundente toda tentativa opositora ¡ªel servicio de espionaje lleg¨® a reclutar a m¨¢s de medio mill¨®n de informadores¡ª y los traslad¨® a un orfanato en la localidad de Campulung, conden¨¢ndolos a su muerte. Seg¨²n los historiadores, se estima que unos 20.000 ni?os perecieron en los orfelinatos del periodo comunista. Junto a su padre, Nel Chirca, ¡°el que conoci¨® Fagaras no solo monta?a a monta?a, sino tambi¨¦n piedra a piedra¡±, explica el historiador Constantin Berevoianu, construy¨® el primer refugio para partisanos en Izvorul Grosului, a 10 kil¨®metros de Nuc?oara, un lugar remoto de dif¨ªcil acceso. Fue capturado por la Securitate en el oto?o de 1949, despu¨¦s de seis meses de resistencia. Lo llevaron a la ciudad de Pitesti, lo interrogaron y lo apalearon durante varios meses. Estuvo encarcelado como prisionero pol¨ªtico durante ocho a?os en las prisiones de Jilava y Aiud, las m¨¢s temibles del pa¨ªs, y condenado a trabajos forzados en Periprava y Baia Sprie, donde hab¨ªa minas de plomo.
¡°?Cu¨¢nto sufr¨ª en Jilava? Hab¨ªa 140 reclusos en una habitaci¨®n. Nos sacaban a todos, nos colocaban en cinco filas y nos hac¨ªan rodear lo que parec¨ªa un gran mont¨ªculo de tierra. Hab¨ªa mucha gente mayor y miserable¡ Los guardianes quer¨ªan que corri¨¦ramos, mientras que ten¨ªamos que correr alrededor de ese mont¨ªculo hasta que ya no pudi¨¦ramos m¨¢s. Algunos se cayeron y no se levantaron¡±, cont¨® Chirca en una entrevista al diario rumano Adevarul en 2016. ¡°La m¨¢s dif¨ªcil fue en Baia Sprie, donde trabaj¨¦ en las minas de plomo, aunque recib¨ª las peores palizas en Pitesti¡±, rememor¨®. Pero lo que m¨¢s le doli¨® fue perder a toda su familia. Sus padres murieron cuando ¨¦l estaba en prisi¨®n; su madre falleci¨® en la prisi¨®n de Mislea mientras su padre fue fusilado en las monta?as.
Cuando sali¨® de prisi¨®n en 1957, a los 26 a?os, Chirca se sent¨ªa viejo, confes¨®, y atemorizado por la Securitate, que parec¨ªa estar en todas partes: ¡°Despu¨¦s de que me liberaran de la c¨¢rcel, los polic¨ªas pol¨ªticos me preguntaron si sab¨ªa algo sobre los hermanos Arn?u?oiu¡±, Petre y Toma, l¨ªderes del grupo Haiducii Muscelului (los forajidos del cerro), que hab¨ªan operado durante 10 a?os en las monta?as transilvanas de F?g?ra? y que fueron ejecutados por el poder comunista la noche del 18 de julio de 1959 en la penitenciar¨ªa de Jilava. ¡°?Qu¨¦ pod¨ªa saber si acababa de salir de prisi¨®n?, pero la Securitate insist¨ªa y me intimidaba a cada paso para saber su paradero¡±, relat¨® el combatiente.
Hasta ahora, solo dos directores de c¨¢rceles comunistas han sido condenados por ¡°cr¨ªmenes contra la humanidad¡±, una sentencia in¨¦dita desde que el pa¨ªs recuper¨® la democracia, al haber recluido a muchos detenidos pol¨ªticos en condiciones inhumanas, en g¨¦lidas prisiones y sin apenas alimentos ni medicamentos. Pese a que est¨¢ documentado su paso por las terribles c¨¢rceles y campos de trabajo de la Rumania comunista del dictador Gheorghe Gheorghiu-Dej, Chirca nunca recibi¨® compensaci¨®n, incluso despu¨¦s de ganar un juicio en 2011. En junio de ese a?o, el Tribunal de Arges dictamin¨® que se le concediera una indemnizaci¨®n de 10.000 euros por la tortura que sufri¨® durante el per¨ªodo comunista, equivalente a tres euros por cada d¨ªa de detenci¨®n en las c¨¢rceles. Sin embargo, no lleg¨® a ingresar nada. Hab¨ªa demandado por da?os dos millones de euros.
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