Navalni, v¨ªctima del carcelero de Rusia
El r¨¦gimen de Putin trata a la disidencia con perversidad, sadismo y total indiferencia por la vida humana, caracter¨ªsticas que parecen ir m¨¢s all¨¢ de lo racional
Martirizado en un calabozo de castigo dentro de una prisi¨®n de r¨¦gimen severo en el c¨ªrculo polar ¨¢rtico, el ruso Alex¨¦i Navalni mostraba su inconmovible voluntad de resistir a sus verdugos, esos eslabones funcionariales del servicio penitenciario o de los ¨®rganos de seguridad que constituyen la llamada ¡°vertical de poder¡±, en cuyo v¨¦rtice se halla Vlad¨ªmir Putin.
Navalni, que hab¨ªa sido encarcelado en varias ocasiones desde las protestas pol¨ªticas por las irregularidades electorales de 2011, fue condenado a 19 a?os de prisi¨®n severa en 2023 por extremismo. Del tiempo pasado en prisi¨®n, Navalni estuvo al menos 27 veces en celdas de castigo (un total de 300 d¨ªas), por cosas como no abrocharse el ¨²ltimo bot¨®n de una camisa estrecha (tres d¨ªas), por citar una decisi¨®n del Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo (siete d¨ªas) o por leer una decisi¨®n del mismo tribunal (15 d¨ªas).
Lo sorprendente, pues, era que Navalni, debilitado f¨ªsicamente por los castigos que se le impon¨ªan, no hubiera perecido ya, y tambi¨¦n que se hubiera salvado de milagro del intento de envenenamiento del que fue v¨ªctima en el verano de 2020 cuando se encontraba en Siberia. El pol¨ªtico se recuper¨® en Alemania y se empe?¨® despu¨¦s en volver a su tierra en enero de 2021. Lo encarcelaron enseguida. Los representantes de la justicia rusa disolvieron su organizaci¨®n (el Fondo Anticorrupci¨®n) y siguen persiguiendo a los miembros de esta organizaci¨®n, que revelaba los negocios turbios de dirigentes y empresarios estatales rusos. Los seguidores de Navalni son acusados hoy en Rusia como sospechosos de extremismo, terrorismo y otros de los delitos con los que el Kremlin se ha surtido en los ¨²ltimos a?os para mejor castigar a la disidencia.
En vista de su larga y severa condena y las nuevas que le amenazaban, muchos dudaban de que aquel esp¨ªritu rebelde lograra salir vivo de la prisi¨®n, a no ser que ocurriera una revoluci¨®n (de lo que no hay visos), que el r¨¦gimen decidiera canjearlo en Occidente por alg¨²n sujeto ruso que pudiera serle ¨²til o que decidiera indultarlo como gesto de buena voluntad, lo que no era probable en un sistema dominado por la venganza y el resentimiento. Dicho vulgarmente, Navalni dej¨® de ser moneda de cambio o elemento de chantaje para el Kremlin y se convirti¨® en un activo t¨®xico, uno m¨¢s, para Vlad¨ªmir Putin, quien jam¨¢s pronunciaba el nombre de su rival m¨¢s carism¨¢tico.
El cad¨¢ver de Navalni se suma a los de Ana Politkovskaia, periodista asesinada en el portal de su casa de Mosc¨² en octubre de 2006; Bor¨ªs Nemtsov, ex primer jefe de Gobierno ruso en los a?os noventa y asesinado cerca del Kremlin en febrero de 2015; el diputado y militar Sergu¨¦i Yushenkov, copresidente del Partido Liberal asesinado en 2003, y otros personajes informados y activos que denunciaron la represi¨®n en Rusia.
En las prisiones de ese pa¨ªs se acumulan hoy otros pol¨ªticos, periodistas, ciudadanos, cient¨ªficos prestigiosos, atropellados todos ellos por un mecanismo judicial que es simplemente un puro disfraz de la arbitrariedad. Esta es la triste realidad de la Rusia de hoy.
La crueldad con la que el sistema trataba a Navalni y trata a otros presos que pueden considerarse pol¨ªticos ¨Dla organizaci¨®n de derechos humanos Memorial, disuelta por el r¨¦gimen, da una cifra de 604 a fecha de octubre de 2023¨D nada tiene que ver con los intereses de Rusia. El trato a la disidencia en la ¨¦poca de Putin lleva incorporadas caracter¨ªsticas de perversidad, sadismo y total indiferencia por la vida humana que parecen ir m¨¢s all¨¢ de lo racional, incluyendo en este concepto el ¡°grado de represi¨®n necesario¡± para mantener un r¨¦gimen autoritario. En ¨¦poca sovi¨¦tica tard¨ªa, en los a?os que precedieron a la perestroika o reforma de Mija¨ªl Gorbachov, las persecuciones pol¨ªticas en general, aun siendo duras y tambi¨¦n truculentas, no parec¨ªan tener un ensa?amiento tan sistem¨¢tico.
Nada se puede hacer por Navalni, aunque s¨ª por su memoria. Pero a lo mejor a¨²n se puede ayudar de alguna manera a personas que se pudren hoy en las c¨¢rceles rusas por acusaciones siniestras. Entre ellas est¨¢n el pol¨ªtico liberal Vlad¨ªmir Kara-Murza (condenado a 25 a?os de prisi¨®n severa en abril pasado por traici¨®n a la patria); Ilia Yashin (pol¨ªtico liberal condenado a ocho a?os y medio de prisi¨®n en diciembre de 2022 por difundir supuestos bulos sobre el ej¨¦rcito); el periodista Iv¨¢n Safr¨®nov, sentenciado a 22 a?os en r¨¦gimen severo por traici¨®n a la patria; Aleks¨¦i Gorinov, concejal de barrio de Mosc¨², condenado a siete a?os en 2022 por sus opiniones contra la guerra. A la lista se ha incorporado esta semana el respetado soci¨®logo Bor¨ªs Kagarlitski, condenado a cinco a?os, por un comentario sobre el puente que une la anexionada Crimea al territorio de Rusia. Suma y sigue.
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