El candidato socialista para la Comisi¨®n Europea: ¡°No hay compromiso posible con la extrema derecha ni con quienes la amparan¡±
Nicolas Schmit advierte de que mantendr¨¢ un cord¨®n sanitario contra los ultraconservadores
Nicolas Schmit es tajante: ¡°No hay compromiso posible con la extrema derecha ni con quienes la respaldan y amparan¡±. El luxemburgu¨¦s, comisario europeo de Empleo y Derechos sociales, ser¨¢ proclamado este s¨¢bado spitzenkandidat del Partido Socialista Europeo (PSE). Eso significa que ser¨¢ el cabeza de lista de su familia pol¨ªtica para optar a convertirse en el pr¨®ximo presidente de la Comisi¨®n Europea. Todo en un momento turbulento para una Europa que todav¨ªa arrastra las consecuencias de la pandemia, con una guerra en el continente ¡ªla de Rusia contra Ucrania¡ª y con una profunda divisi¨®n hacia las vulneraciones de la legislaci¨®n internacional de Israel con sus ataques a Gaza. Una Europa desencantada en la que est¨¢ avanzando el populismo y la extrema derecha. Que vende soluciones r¨¢pidas ¡ªe inviables, en realidad¡ª a los problemas, se?ala Schmit (Differdange, Luxemburgo, 70 a?os), que habla con EL PA?S entre reuni¨®n y reuni¨®n en la sede del Partido Democr¨¢tico en Roma en la v¨ªspera del gran congreso del PES.
Su principal rival es Ursula von der Leyen, la actual jefa del Ejecutivo comunitario, de la familia del Partido Popular Europeo (PPE), favorita para repetir mandato. La alemana ha centrado su discurso en blindar y reforzar la seguridad en Europa con una nueva pol¨ªtica de defensa y ha asegurado que no pactar¨¢ con ¡°amigos de Putin¡± o formaciones ¡°anti-OTAN¡±. Eso descartar¨ªa te¨®ricamente a formaciones como la francesa Reagrupamiento Nacional, de Marine Le Pen, pero deja espacio para varios partidos de ultraderecha, como el de Giorgia Meloni (Fratelli d¡¯Italia), que lleg¨® al poder precisamente de la mano de los conservadores de la familia de Von der Leyen.
Que el congreso del PES sea en Roma es otro gesto contra esas alianzas con los ultras. ¡°La extrema derecha, da igual que sea un partido u otro, un grupo parlamentario u otro, tiene un discurso antieuropeo, nacionalista, a veces de odio y de divisi¨®n¡±, se?ala Schmit, que luce una chapa con el dibujo de una rosa roja en la solapa de la chaqueta. ¡°Se lanzan a capitalizar esta o aquella situaci¨®n, como vemos ahora con los campesinos y los agricultores. Y ma?ana est¨¢n en otra cosa. Estaban en contra del glifosato, ahora est¨¢n descubriendo que hay que estar a favor del glifosato. Son partidos que no tienen visi¨®n de futuro, planes, excepto volver atr¨¢s¡±, dice rotundo. ¡°El problema de ir hacia atr¨¢s es que es la quiebra de Europa, pero tambi¨¦n es la quiebra de nuestro modo de vida, el cuestionamiento de los valores fundamentales por los que hemos luchado durante d¨¦cadas. Es la quiebra de la protecci¨®n social, que es un elemento de cohesi¨®n¡±, a?ade.
Schmit es poco conocido a nivel europeo, incluso dentro de la burbuja de las instituciones comunitarias, pero se ha labrado la imagen de pol¨ªtico solvente y honesto que no busca protagonismo, sino que se arremanga para hacer el trabajo. Ha sido el ¨²nico aspirante a spitzenkandidat de su partido y por tanto, a medirse con Von der Leyen. Algunas voces se?alan que aunque no se le vea como ganador, el comisario es la mejor baza para negociar los grandes puestos en el reparto postelectoral y para empujar a la Comisi¨®n m¨¢s a la izquierda. ¡°Hacemos campa?a para ganar, luego veremos la realidad de los n¨²meros, la composici¨®n del Parlamento Europeo. Queremos influir en el trabajo de la Comisi¨®n y negociar las pol¨ªticas. Eso es esencial¡±, dice Iratxe Garc¨ªa, presidenta del grupo de los Socialistas y Dem¨®cratas en el Parlamento Europeo en la presentaci¨®n del Congreso.
Su hoja de ruta es caminar hacia una Europa m¨¢s social, feminista y que avance hacia una ¡°transici¨®n verde justa¡±, se?ala. ¡°No habr¨¢ pausa en el pacto verde, pero se necesita una pol¨ªtica de di¨¢logo social acompa?ado de pol¨ªticas sociales y de mercado de trabajo. Esta transici¨®n debe ser diferente, debe ser una transici¨®n justa¡±, remarca.
Cord¨®n sanitario
Los argumentos de Schmit dejan claro que Von der Leyen no tiene garantizado su apoyo para un segundo mandato si rompe ese cord¨®n sanitario hacia la ultraderecha. La conservadora alemana, que pudo ser presidenta precisamente con los votos de ultraconservadores polacos y h¨²ngaros, sabe que su margen es estrecho y en los ¨²ltimos tiempos se ha dedicado a hacer gui?os a la extrema derecha y al sector m¨¢s tradicionalista de su partido, en elementos como la agenda verde. Schmit asegura que no todo vale. ¡°?Puedo pertenecer a un grupo radical de extrema izquierda? ?puedo llegar a un acuerdo o compromiso con [el nacionalpopulista h¨²ngaro Viktor] Orb¨¢n? No¡±, dice. ¡°Hay una l¨ªnea roja absoluta porque van en contra de todos nuestros valores y todo lo que tenemos, todo lo debemos lograr y construir en la Uni¨®n Europea. Nosotros no queremos tener nada que ver con esos partidos y la candidata [Von der leyen] debe reflexionar y elegir sus alianzas¡±, se?ala Schmit.
Pone ejemplos diversos, no solo el italiano, que ha sido el gran laboratorio del PPE para sus alianzas pol¨ªticas con los ultras: tambi¨¦n lo han hecho en Finlandia, en Suecia, coquetean con el ultra Geert Wilders en Pa¨ªses Bajos y el Partido Popular ha creado con el partido ultra y euroesc¨¦ptico Vox alianzas para gobernar en ayuntamientos y comunidades aut¨®nomas, y se planteaban una coalici¨®n de Gobierno.
Schmit se centra m¨¢s en una agenda social, pero en una Europa en una situaci¨®n complicada, asegura que no est¨¢ en contra de invertir en defensa. ¡°Hubiera preferido que pudi¨¦ramos beneficiarnos del dividendo de la paz. Lamentablemente, alguien muy peligroso quer¨ªa lo contrario y, por lo tanto, nos debemos a nosotros mismos y especialmente tambi¨¦n a nuestros hijos una seguridad¡±, remarca. ¡°No podemos aceptar que nuestros hijos est¨¦n expuestos a amenazas permanentes [de Vlad¨ªmir Putin], al chantaje permanente de una potencia [Rusia] que es una potencia imperialista y, por sus orientaciones, una potencia fascista¡±.
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