EE UU y Kenia ultiman el despliegue de una fuerza multinacional para Hait¨ª
Biden recibe al keniano William Ruto en una visita de Estado para ahondar relaciones en ?frica tras una serie de reveses en otros pa¨ªses de la regi¨®n
Todo apunta a que el despliegue en Hait¨ª de una fuerza multilateral liderada por Kenia es cuesti¨®n de d¨ªas. El comienzo de la misi¨®n para estabilizar el pa¨ªs caribe?o ¡ª¡°al borde de convertirse en un Estado fallido¡± seg¨²n lo describi¨® el martes el jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken¡ª ser¨¢ uno de los temas clave en la reuni¨®n en la Casa Blanca entre los presidentes de Estados Unidos, Joe Biden, y de Kenia, William Ruto, este jueves. En la primera visita de Estado de un l¨ªder africano a Washington desde 2008, Biden ...
Todo apunta a que el despliegue en Hait¨ª de una fuerza multilateral liderada por Kenia es cuesti¨®n de d¨ªas. El comienzo de la misi¨®n para estabilizar el pa¨ªs caribe?o ¡ª¡°al borde de convertirse en un Estado fallido¡± seg¨²n lo describi¨® el martes el jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken¡ª ser¨¢ uno de los temas clave en la reuni¨®n en la Casa Blanca entre los presidentes de Estados Unidos, Joe Biden, y de Kenia, William Ruto, este jueves. En la primera visita de Estado de un l¨ªder africano a Washington desde 2008, Biden tambi¨¦n busca reafirmar los v¨ªnculos con ?frica tras una cadena de sonoros reveses para EE UU en otros puntos del continente al mismo tiempo que la influencia de Rusia y China crece en la regi¨®n. Ruto busca en Washington ayuda para el desarrollo econ¨®mico de un pa¨ªs aplastado por la deuda externa con Pek¨ªn y mayor colaboraci¨®n en defensa.
Una peque?a delegaci¨®n de representantes kenianos se encuentra ya en Hait¨ª desde el lunes. Su objetivo es inspeccionar el aeropuerto, reci¨¦n reabierto a los vuelos comerciales tras meses de cierre por la violencia de las bandas delictivas que controlan el pa¨ªs, y la base que se construye para alojar a los integrantes de la nueva fuerza policial. Tras ellos, el primer grupo de la misi¨®n, de unas 200 personas, podr¨ªa aterrizar a finales de esta semana, seg¨²n los medios kenianos. El Consejo de Transici¨®n haitiano ha anunciado en redes sociales que estar¨¢ en marcha antes de que termine mayo.
En total, la fuerza multinacional contar¨¢ con cerca de 2.500 integrantes. Un millar de ellos ser¨¢n agentes kenianos, parte de ellos curtidos ya en Somalia en la lucha contra la milicia radical de Al Shabab. Jamaica, las Bahamas, Barbados, Benin, Chad y Banglad¨¦s han ofrecido tambi¨¦n personal.
Su misi¨®n ser¨¢ tratar de devolver la estabilidad a un pa¨ªs en manos de las bandas de g¨¢nsteres. Aglutinadas en la coalici¨®n Vivre Ensemble (¡±Vivir juntos¡±, en creole), controlan el 80% de Puerto Pr¨ªncipe y la mayor parte del territorio de Hait¨ª mediante una violencia extrema. Una violencia que alcanz¨® niveles especialmente cruentos en febrero, cuando las bandas desencadenaron ataques contra c¨¢rceles, comisar¨ªas de polic¨ªa y otras instituciones, e impidieron el regreso del extranjero del entonces primer ministro Ariel Henry, dimitido en abril.
Cerca de 362.000 personas, la mitad de ellos ni?os, contin¨²an desplazadas por la violencia, que se ha cobrado m¨¢s de 2.500 muertos en los tres primeros meses del a?o, seg¨²n cifras de la ONU. Pero progresos como la apertura del aeropuerto de la capital, que esta semana ha retomado sus primeros vuelos comerciales tras una interrupci¨®n de meses, o la toma de posesi¨®n de un Consejo de Transici¨®n de nueve miembros el mes pasado abren la v¨ªa para un desembarco que ya acumula retraso tras retraso.
En su comparecencia ante la Comisi¨®n de Asuntos Exteriores del Senado, Blinken defend¨ªa la necesidad de asistir al pa¨ªs caribe?o y ayudarle a ¡°recuperar la v¨ªa democr¨¢tica¡±. Sin una estructura de apoyo, matizaba, la polic¨ªa nacional haitiana no podr¨¢ recuperar el control de la seguridad. Estados Unidos no participa con personal en la nueva misi¨®n, pero ha prometido 300 millones de d¨®lares para su funcionamiento.
Escepticismo sobre la operaci¨®n
Otros se muestran m¨¢s esc¨¦pticos sobre la capacidad de una nueva operaci¨®n internacional de lograr una paz duradera en un pa¨ªs que ha visto una larga sucesi¨®n de intervenciones extranjeras ¡ªla ¨²ltima, la misi¨®n de la ONU Minustah, concluy¨® en 2017 tras una serie de esc¨¢ndalos sobre violaciones de los derechos humanos y el contagio de un brote de c¨®lera¡ª y que desde el asesinato del presidente Jovenel Mo?se en 2021 se ha sumido cada vez m¨¢s en el caos.
Daniel Foote, antiguo enviado estadounidense para Hait¨ª, muy cr¨ªtico de las misiones internacionales, considera que 2.500 miembros de la nueva fuerza es un n¨²mero insuficiente para garantizar la seguridad del pa¨ªs frente a la violencia de las bandas. ¡°La gente necesita que alguien controle las calles, de modo que puedan conseguir pan, que puedan distribuir bienes imprescindibles¡±, declaraba este martes en una charla organizada por el think tank Quincy Institute, de Washington. Aunque al menos parte de los polic¨ªas kenianos han recibido adiestramiento estadounidense, se?ala, la mayor parte ¡°no son una fuerza policial de elite. Vienen de un pa¨ªs que padece sus propios problemas y van a otro pa¨ªs donde ni siquiera hablan el idioma¡±.
Que la misi¨®n vaya a estar encabezada por Kenia ha suscitado pol¨¦mica en el pa¨ªs africano y en otros de la zona, donde se recuerda la dura intervenci¨®n de las fuerzas de ese pa¨ªs en Somalia contra Al Shabab la d¨¦cada pasada. ¡°No habido ninguna consulta p¨²blica sobre la decisi¨®n de encabezar esta misi¨®n a Hait¨ª, y creo que muchos kenianos est¨¢n frustrados por ese hecho¡±, apuntaba este martes Samar al Bulushi, analista del Quincy Institute, en la misma charla.
¡°Colaboramos con los kenianos para el establecimiento de los procesos e instituciones necesarias que alentar¨¢n la mejor manera de proceder con respecto a las operaciones de paz previas que han venido all¨ª¡±, apuntaba el martes Frances Brown, responsable para ?frica en el Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, en una rueda de prensa.
Kenia aspira en las conversaciones que se desarrollar¨¢n esta semana en la Casa Blanca, el Departamento de Estado y otras altas instancias, a que Estados Unidos haga mayores esfuerzos para costear el grueso de los costes de una misi¨®n a todas luces peligrosa, y supere los 300 millones de d¨®lares prometidos. Tambi¨¦n desea que Washington haga m¨¢s por controlar los flujos de armamento que, partiendo desde Florida, llegan de contrabando a Hait¨ª y dotan a las bandas de armas extremadamente peligrosas.
Simbolismo para Nairobi
Para Nairobi, liderar la misi¨®n es importante. ¡°Representa la culminaci¨®n de a?os de esfuerzo por estrechar los lazos de seguridad con Washington¡±, agrega Al Bulushi. Y para Estados Unidos, poder contar con el liderazgo de Kenia es clave. Este pa¨ªs, uno de sus principales aliados en ?frica, ha ido adquiriendo una importancia cada vez mayor para Washington en un continente al que Biden asegur¨® al comienzo de su mandato que llenar¨ªa de atenci¨®n, pero al que, pese a sus promesas, no ha llegado a visitar durante su presidencia.
La importancia de Kenia ha quedado subrayada despu¨¦s de que otros pa¨ªses en la regi¨®n, antiguos aliados, le hayan dado la espalda. En marzo, las autoridades militares de N¨ªger declarasen ¡°ilegal¡± la presencia de soldados estadounidenses en su territorio. El pasado fin de semana, el Pent¨¢gono cerraba un acuerdo para completar la retirada de su contingente de un millar de militares el pr¨®ximo septiembre. En abril, tambi¨¦n se marchaba de Chad, donde hab¨ªa cubierto una misi¨®n de lucha contra el terrorismo isl¨¢mico junto a fuerzas chadianas y francesas, despu¨¦s de que la fuerza a¨¦rea del pa¨ªs anfitri¨®n declarase que no contaban con los papeles adecuados.
La posici¨®n de Kenia, relativamente cercana al Cuerno de ?frica y el estrecho de Bab el Mandeb tambi¨¦n es de gran relevancia para Estados Unidos. ¡°Estrat¨¦gicamente, la localizaci¨®n geogr¨¢fica de Kenia en el oc¨¦ano ?ndico es de gran inter¨¦s para Estados Unidos, particularmente en un momento en el que el comercio a lo largo de ese oc¨¦ano y a trav¨¦s del mar Rojo ha estado amenazado en el contexto del genocidio en Gaza, con las milicias hut¨ªes en Yemen tratando de detener el flujo del comercio naval¡±, opina Al Bulushi.
Y mientras la influencia de EE UU ¡ªy de todo Occidente¡ª parece diluirse en el Sahel, aumenta la de China y Rusia en el ?frica subsahariana. Pek¨ªn es el principal socio comercial de esas naciones desde hace quince a?os; Rusia ha llegado a acuerdos de seguridad con una serie de l¨ªderes africanos, sobre todo a trav¨¦s del Grupo Wagner, la milicia creada por Evgueni Prigozhin. ¡°Los funcionarios estadounidenses no han dejado de observar que las grandes potencias rivales contin¨²an tratando de asentar sus posiciones en el continente¡±, escribe Meron Elias, analista para Africa Oriental de la ONG Crisis Group, especializada en la resoluci¨®n de conflictos.
Hasta cierto punto, Washington tampoco tiene muchas opciones para buscar aliados en la regi¨®n, considera esta experta. Las relaciones con Etiop¨ªa, con anterioridad el principal socio de EE UU en la regi¨®n para asuntos de seguridad, atraviesan una etapa de tensi¨®n tras una guerra civil de dos a?os. En Uganda, el presidente Yoweri Museveni ha desarrollado tentaciones autocr¨¢ticas cada vez mayores. La guerra en Gaza ha distanciado a Washington y Sud¨¢frica.
¡°Kenia buscar¨¢ asegurarse, adem¨¢s de apoyo econ¨®mico, la consolidaci¨®n de sus alianzas de seguridad con Estados Unidos y la afirmaci¨®n de su estatura creciente como un peso pesado en la diplomacia del continente, declara Elias.
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