La profundidad a 50 metros del velero de lujo hundido en Sicilia dificulta la b¨²squeda de los seis desaparecidos
Los rescatistas creen que el magnate brit¨¢nico Mike Lynch y su hija, adem¨¢s de su abogado, el presidente de Morgan Stanley International y las esposas de ambos quedaron atrapados en el barco
Los buzos de los bomberos italianos contin¨²an sin descanso la ardua b¨²squeda de las seis personas que desaparecieron la madrugada del lunes tras el naufragio del velero de lujo en el que viajaban, a poca distancia de las costas sicilianas. Seg¨²n ha informado el jefe de la protecci¨®n civil regional, Salvo Cocina, los desaparecidos son dos ciudadanos estadounidenses y cuatro brit¨¢nicos. Se trata del magnate Mike Lynch, su hija Hannah, de 18 a?os, el banquero y presidente de Morgan Stanley International, Jonathan Bloomer, su esposa Judy, y el abogado de Lynch, Chris Morvillo y su esposa Neda. De las otras 16 personas a bordo, un miembro de la tripulaci¨®n ¡ªel chef canadiense Ricardo Thomas¡ª fue hallado muerto y las otras 15, rescatadas con vida.
El rastreo para localizar a los desaparecidos se est¨¢ concentrando en el interior del velero hundido, que se encuentra a 50 metros de profundidad, ya que se cree que quedaron atrapados all¨ª.
El equipo de rescate submarino, llegado desde Roma y Cerde?a, reanud¨® la compleja operaci¨®n de b¨²squeda a primera hora de la ma?ana del martes, despu¨¦s de que se suspendiera por la noche. Algunos de los buceadores especializados del grupo ya participaron en las tareas de salvamento del crucero Costa Concordia, que se hundi¨® en 2012. Como ha explicado a los medios un portavoz de los bomberos, Luca Cari, las labores de rastreo son complicadas porque se desarrollan a gran profundidad, donde se encuentra el pecio del velero hundido. A esa profundidad los buzos disponen solo de 12 minutos por cada inmersi¨®n y dos de ellos deben emplearlos para descender y para subir, por lo que el tiempo real de b¨²squeda es de 10 minutos por cada sumersi¨®n.
¡°Dentro de la nave los espacios son muy reducidos y si encuentras un obst¨¢culo es muy complicado avanzar, al igual que es muy dif¨ªcil encontrar rutas alternativas¡±, ha se?alado Cari. El portavoz ha indicado que tras inspeccionar en un primer momento la zona del puente de mando del velero, ¡°que est¨¢ lleno de cables el¨¦ctricos¡±, despu¨¦s de varias horas de trabajo por relevos, los buceadores consiguieron abrir un espacio para entrar en las dem¨¢s estancias del barco con seguridad.
El lujoso velero, el Bayesian, de 56 metros de eslora y 11 metros de manga, viajaba al completo de su capacidad, con 10 miembros de tripulaci¨®n y 12 pasajeros, la mayor parte de nacionalidad brit¨¢nica y estadounidense, alojados en seis camarotes, entre ellos una suntuosa suite principal. La embarcaci¨®n hab¨ªa sido construida en 2008 y renovada en 2020; atendiendo a las informaciones de los medios locales, ten¨ªa el m¨¢stil de aluminio m¨¢s alto del mundo, de 75 metros. El buque tambi¨¦n contaba con dos motos acu¨¢ticas de tres plazas cada una, cuatro motos de agua submarinas y equipos de buceo de ¨²ltima generaci¨®n.
Violento temporal
Seg¨²n apuntan los medios italianos, tras la primera inspecci¨®n, va tomando forma la hip¨®tesis de que durante el temporal que azot¨® el norte de Sicilia con violencia, entrara una enorme cantidad de agua por la popa o la proa en muy poco tiempo, lo que provoc¨® que el casco se inclinara y se hundiera. Varios supervivientes han relatado que la embarcaci¨®n ¡°se lade¨® y se hundi¨® en pocos segundos¡±.
Su versi¨®n coincide con la de algunos testigos del naufragio que dicen que el velero ¡°desapareci¨®¡± de la superficie en apenas unos instantes. Un pescador de Porticello, la localidad de la provincia de Palermo donde se produjo el naufragio, Fabio Cefal¨´, que se encontraba en la zona en el momento de la tormenta ha relatado a los medios locales que vio el fuerte torbellino en el mar que arras¨® el velero y que dur¨® unos 10 minutos y poco despu¨¦s avist¨® una bengala de socorro. Cuando amain¨® el viento se dirigi¨® como pudo hasta el lugar. Pero al llegar solo encontr¨® ¡°cojines y mesas del barco flotando¡±.
La tripulaci¨®n de otro barco, el Sir Robert Baden Powell, de bandera holandesa, que estaba anclado en las proximidades de la zona del hundimiento, socorri¨® en un primer momento a los supervivientes del Bayesian. El capit¨¢n de la primera embarcaci¨®n, Karsent B?rner, ha explicado al diario La Repubblica que la madrugada del lunes, cuando se dio cuenta de que el viento arreciaba, decidi¨® poner en marcha los motores para controlar mejor la embarcaci¨®n, estabilizarla y evitar una colisi¨®n con el Bayesian, que estaba detr¨¢s de ellos. ¡°Cuando pas¨® la tormenta nos dimos cuenta de que el barco que estaba detr¨¢s de nosotros hab¨ªa desaparecido. Despu¨¦s vimos una bengala de socorro y fuimos r¨¢pidamente al lugar y encontramos solo una lancha de salvamento a la deriva con 15 personas a bordo, entre ellas una ni?a peque?a. Ha sido un gran desastre¡±, ha dicho el marino.
Los supervivientes, que han sido alojados en un hotel de la zona y est¨¢n recibiendo atenci¨®n psicol¨®gica, fueron inicialmente trasladados a centros m¨¦dicos de Palermo para curarles las heridas, la mayor¨ªa superficiales, y a¨²n se abrigaban con toallas y jers¨¦is con inscripciones con el logotipo del Sir Robert Baden Powell.
Una de las supervivientes es Charlotte Golunski, socia de una de las empresas de Lynch y madre de la peque?a de un a?o que tambi¨¦n sobrevivi¨® al naufragio. ¡°Mantuve a mi hija a flote con todas mis fuerzas, con los brazos en alto para que no se ahogara. Todo estaba oscuro, no pod¨ªa mantener los ojos abiertos. Gritaba pidiendo ayuda, pero solo o¨ªa los gritos de los dem¨¢s¡±, ha relatado a los m¨¦dicos que la atendieron, seg¨²n se?alan los medios italianos.
Golunski ha ofrecido algunos detalles de la tragedia: ¡°Est¨¢bamos durmiendo en el camarote cuando de repente el barco se puso vertical. Todos los muebles cayeron sobre nosotros, la luz se apag¨®. De repente nos encontramos fuera. La ni?a y yo en la proa, mi marido en la popa. Ni siquiera tuvimos tiempo de ponernos los chalecos salvavidas. Estuvimos en el agua unos segundos, luego nos metieron en una lancha neum¨¢tica con otras 11 personas¡±, entre las que se encontraba tambi¨¦n su marido, James Emslie.
Los pasajeros estaban en el velero como hu¨¦spedes del magnate ingl¨¦s de las tecnolog¨ªas Mike Lynch, de 59 a?os, que los hab¨ªa invitado a unas vacaciones en la isla de Sicilia para celebrar que hace un par de meses fue absuelto en un largo juicio en Estados Unidos en el que estaba acusado por fraude ligado a la venta de su firma de software Autonomy a Hewlett-Packard. Hanna, la hija del empresario, apodado como ¡°el Bill Gates brit¨¢nico¡± tambi¨¦n figura entre los desaparecidos, mientras que su esposa, Angela Bacares, fue rescatada y se encuentra en buenas condiciones f¨ªsicas.
Tambi¨¦n est¨¢n desaparecidos el presidente del banco de inversi¨®n estadounidense Morgan Stanley International, Jonathan Bloomer, de 70 a?os, un veterano de las finanzas brit¨¢nicas con una larga y prestigiosa trayectoria empresarial, y su esposa Judy. Los medios locales aseguran que Bloomer ten¨ªa una amistad estrecha con Lynch, y testific¨® a su favor en el juicio de Estados Unidos.
El abogado de Lynch en aquel juicio, Christopher Morvillo, renombrado letrado que fue fiscal en Nueva York y particip¨® en la investigaci¨®n de los atentados terroristas del 11-S, tambi¨¦n estaba en el barco junto a su esposa y los dos est¨¢n desaparecidos.
El capit¨¢n del velero hundido, que en los pr¨®ximos d¨ªas testificar¨¢ a las autoridades judiciales italianas que investigan lo sucedido, ha dicho a los m¨¦dicos que no vio llegar la tormenta.
La agencia italiana Ansa asegura que una de las c¨¢maras de seguridad de una villa situada cerca del lugar del naufragio grab¨® la tragedia. En los v¨ªdeos, seg¨²n el propietario, ¡°se puede ver c¨®mo se hunde el barco en apenas 60 segundos¡±. El due?o ha explicado que la ¨²nica c¨¢mara de las 20 que tiene la casa que no qued¨® afectada por la lluvia y el viento registr¨® claramente lo ocurrido. ¡°No hab¨ªa nada que hacer. El barco desapareci¨® en un santiam¨¦n¡±, ha dicho.
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