La soledad de Scholz en busca de la remontada
Tras la renuncia de su ministro de Defensa a disputarle la candidatura, el canciller alem¨¢n afronta sus elecciones m¨¢s dif¨ªciles. Aislado en Europa, se prepara para hacer campa?a con un mensaje de ¡°prudencia¡± ante la guerra en Ucrania
Olaf Scholz, que este lunes recibir¨¢ la bendici¨®n de la presidencia del Partido Socialdem¨®crata Alem¨¢n (SPD) para ser candidato a las elecciones anticipadas del 23 de febrero, encara una campa?a electoral casi imposible. Su popularidad est¨¢ por los suelos, as¨ª como la de su partido, que rondar¨ªa el 14% de votos, seg¨²n los sondeos, y podr¨ªa perder la mitad de esca?os en el Bundestag. Hoy, el canciller federal, en el cargo desde 2021, parece m¨¢s solo que nunca. Solo en un SPD desmotivado y que ha tardado m¨¢s de dos semanas en cerrar filas con ¨¦l y durante d¨ªas ha flirteado con la idea de presentar al popular ministro de Defensa, Boris Pistorius. Solo en una Alemania donde incluso las perspectivas de voto de la extrema derecha son mayores que las suyas y sus l¨ªderes, m¨¢s populares que ¨¦l. Y solo en Europa, con la alianza con Francia en quiebra ¡ªel presidente Emmanuel Macron, como ¨¦l, es un l¨ªder pol¨ªticamente cojo y sin mayor¨ªa parlamentaria¡ª y, sobre todo, sin sinton¨ªa con sus socios y aliados de la OTAN en un momento cr¨ªtico de la guerra en Ucrania y a unas semanas del regreso de Donald Trump en la Casa Blanca.
Las dificultades de Scholz en Alemania y su aislamiento en Europa ¡ªes el ¨²nico de los principales aliados occidentales contrario a enviar misiles de crucero a Ucrania, y el ¨²nico que recientemente ha hablado con el presidente ruso, Vlad¨ªmir Putin¡ª tienen m¨¢s que ver de lo que parece. El canciller piensa abanderar en la campa?a una posici¨®n de ¡°prudencia¡± ante la guerra en Ucrania. Cree que, con una posici¨®n que marca distancias con Washington, Londres y Par¨ªs, y tambi¨¦n con la oposici¨®n democristiana y con sus todav¨ªa socios en el Gobierno, Los Verdes, quiz¨¢ pueda remontar y al menos salvar los muebles. El canciller precipit¨® la convocatoria electoral al destituir el 6 de noviembre a sus ministros liberales y romper as¨ª la coalici¨®n tripartita y quedarse en minor¨ªa junto a Los Verdes. Un sondeo del instituto Insa publicado el pasado fin de semana da a los democristianos de Friedrich Merz un 32%, un 19% a la extrema derecha de Alternativa por Alemania, un 14% al SPD, un 11% a Los Verdes y un 5% a los liberales.
Hay precedentes de remontada. En 2005, el canciller Gerhard Schr?der, socialdem¨®crata como Scholz, part¨ªa con una desventaja parecida a la de ahora respecto a los democristianos, entonces liderados por Angela Merkel, y acab¨® quedando a solo un punto. Unos meses antes de las legislativas de 2021, el SPD, ya con Scholz como candidato a la canciller¨ªa, tambi¨¦n rondaba el 15%, lejos de la Uni¨®n Democristiana/Uni¨®n Socialcristiana b¨¢vara (CDU/CSU), encabeza entonces por Armin Laschet. Scholz remont¨® y derrot¨® a Laschet por m¨¢s de un punto. El ¨¦xito contribuy¨® a crear lo que el S¨¹ddeutsche Zeitung llama ¡°el mito Scholz¡±. Era el mito de un pol¨ªtico m¨¢s bien fr¨ªo, un veterano aparatchik del SPD de aspecto y ret¨®rica anodina que, sin embargo, fue capaz de darle la vuelta a una campa?a y ganar. Pero, como se?ala el cronista pol¨ªtico del diario de M¨²nich, Daniel Br?ssler, y autor de un nuevo libro sobre el canciller, una cosa era 2021 y otra es 2024. En 2021 Scholz llegaba avalado por su trayectoria como ministro de Finanzas de Merkel y representaba una esperanza de cambio despu¨¦s de 16 a?os con la misma canciller; en 2024 carga con el fracaso de la coalici¨®n con liberales y ecologistas, fracaso que ¨¦l mismo reconoci¨® al darla por terminada a principios de mes.
?C¨®mo remontar? Otro precedente de Schr?der, quien, especialista como era en remontadas, tambi¨¦n dio la vuelta a una campa?a adversa en 2002 present¨¢ndose como el canciller de la paz: Estados Unidos preparaba la invasi¨®n de Irak y Schr?der gan¨® abanderando el no a la guerra y tocando fibras muy alemanas, la del pacifismo y la del antiamericanismo. Pero hoy la situaci¨®n es distinta. Quien invade es Rusia. Alemania es el segundo pa¨ªs que, en t¨¦rminos absolutos, m¨¢s ayuda ha dado a la naci¨®n agredida. Y Scholz decret¨® tras la invasi¨®n de 2022 la Zeitenwende, un cambio de era y mentalidad que puso en marcha inversiones masivas en Defensa y sirvi¨® para romper la dependencia energ¨¦tica respecto a Mosc¨². Al mismo tiempo, el canciller insiste en sus l¨ªneas rojas: no enviar misiles Taurus, oponerse a atacar Rusia con armas alemanas y rechazar una invitaci¨®n inmediata a Ucrania para que entre en la OTAN. ¡°Una cuesti¨®n sobre la que se decidir¨¢ en estas elecciones es si proseguimos con una l¨ªnea de prudencia¡±, dijo esta semana a la cadena p¨²blica ARD. Y a?adi¨® que, quien est¨¦ a favor de esta l¨ªnea, ¡°la encontrar¨¢ sin duda con el SPD¡±.
Scholz tiene raz¨®n: esta no es la l¨ªnea de la CDU/CSU, ni la de Los Verdes y su candidato a la canciller¨ªa y actual vicecanciller, Robert Habeck, partidarios de enviar los Taurus y con unas bases que, durante las guerras balc¨¢nicas de los a?os 90 abandonaron el pacifismo rigorista de sus inicios. Hace unos d¨ªas, en una reuni¨®n local de este partido en un pueblo del land de Renania-Palatinado, un militante avisaba de lo que, en su opini¨®n, ser¨ªa la estrategia de campa?a de Scholz: ¡°?l no quiere guerra y Habeck s¨ª quiere guerra¡±. El dirigente local que organiz¨® la reuni¨®n respondi¨® al inquieto ciudadano: ¡°Creo que a Scholz le perjudica m¨¢s su posici¨®n que a Habeck la suya¡±.
Los debates sobre la guerra y la relaci¨®n con Rusia y EE UU atormentan al SPD desde hace d¨¦cadas. El historiador Martin Schulze Wessel ha recordado en las columnas del Frankfurter Allgemeine Zeitung que esta era ya la divisoria que opon¨ªan a los cancilleres Willy Brandt en el bando m¨¢s antibelicista y dialogante con Mosc¨², y Helmut Schmidt, atlantista y partidario del rearme. Hoy la ¡°virtud de la cautela¡± que proclama Scholz contrasta con la Alemania ¡°apta para la guerra¡± que promueve Pistorius. Los viejos debates de la socialdemocracia, y de Alemania, tienen futuro.
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