El partido gobernante de Corea del Sur trata de hacer fracasar la moci¨®n contra el presidente
Mientras la polic¨ªa abre una investigaci¨®n contra Yoon Suk-yeol por declarar la ley marcial, la formaci¨®n conservadora asegura que votar¨¢ contra su destituci¨®n
Una vez recuperada la calma en Se¨²l, con los militares de vuelta en los cuarteles, llega la hora de la marejada pol¨ªtica. La batalla se prev¨¦ intensa. El gobernante PPP (Partido del Poder Popular), la formaci¨®n del presidente, el conservador Yoon Suk-yeol, ha anunciado que est¨¢ dispuesta a frenar el procedimiento de destituci¨®n puesto en marcha por la oposici¨®n contra el jefe del Estado. De salir adelante, la votaci¨®n, prevista para el s¨¢bado en la Asamblea Nacional (el Parlamento), supondr¨ªa la ca¨ªda del dirigente que impuls¨® el martes una ley marcial que dur¨® seis horas, desatando la confusi¨®n y el caos en el pa¨ªs. Pero no ser¨¢ f¨¢cil sacarla adelante. Para que la moci¨®n prospere, la oposici¨®n, capitaneada por el PD (Partido Democr¨¢tico), que es la fuerza mayoritaria en la C¨¢mara, necesita recabar al menos ocho votos en las filas del PPP para alcanzar la mayor¨ªa requerida de dos tercios.
Entre tanto, mientras siguen algunas protestas de baja intensidad por las calles de la capital, la crisis institucional avanza. La polic¨ªa ha abierto este jueves diligencias para investigar si Yoon pudo cometer traici¨®n al declarar la ley marcial; a su vez, la Fiscal¨ªa ha impuesto al ya dimitido ministro de Defensa, Kim Yong-hyun ¡ªla primera pieza pol¨ªtica que se ha cobrado el episodio¡ª, la prohibici¨®n de viajar, a la espera de que se investiguen las acusaciones de traici¨®n que tambi¨¦n pesan contra ¨¦l, seg¨²n fuentes judiciales citadas por la agencia surcoreana Yonhap. La medida ha sido dictada despu¨¦s de que un grupo de partidos pol¨ªticos menores presentara una denuncia contra el presidente, el exministro de Defensa y el jefe del Estado Mayor del Ej¨¦rcito.
Yoon, que ha nombrado este jueves al exgeneral Choi Byung-hyuk como nuevo ministro de Defensa, sigue envuelto en una sorprendente burbuja de silencio. No se ha pronunciado de forma p¨²blica ni ha dado explicaci¨®n alguna desde que abort¨® la medida extrema en la madrugada del mi¨¦rcoles.
Ante la ausencia de argumentos desde la c¨²pula de Gobierno, quien s¨ª ha hablado es el l¨ªder de su propio partido, Han Dong-hoon, con un lenguaje de doble filo que indica la tensi¨®n interna y el choque de trenes en la formaci¨®n. Por un lado, Han ha asegurado que se esforzar¨¢ en unir a su partido para bloquear la aprobaci¨®n de la moci¨®n liderada por la oposici¨®n para destituir al presidente y ¡°evitar que el caos imprevisto perjudique al p¨²blico y a los simpatizantes¡±, ha dicho este jueves durante una reuni¨®n del partido. Por otro, ha aclarado que no pretende ¡°defender¡± la abortada medida de Yoon y ha reiterado su petici¨®n de que el presidente abandone el partido. ¡°Los responsables de inquietar a la opini¨®n p¨²blica y causar da?os mediante la inconstitucional ley marcial, incluido el presidente, deben rendir cuentas estrictamente¡±, ha afirmado.
Parece dif¨ªcil que el presidente, que se encuentra en la mitad de su mandato de cinco a?os, pueda aguantar mucho m¨¢s con un historial semejante en una de las democracias m¨¢s s¨®lidas de Asia, donde algunos ciudadanos confiesan la verg¨¹enza que han sentido en los ¨²ltimos d¨ªas de cara al exterior. Tampoco est¨¢n claras las alternativas. Varios altos cargos del c¨ªrculo cercano del presidente, incluido su jefe de gabinete, se ofrecieron a dimitir en masa el mi¨¦rcoles. Pero el Gobierno de momento se sostiene.
Los pr¨®ximos d¨ªas, en los que los partidos de oposici¨®n han convocado manifestaciones y concentraciones para reclamar la ca¨ªda de Yoon, unidas a la presi¨®n pol¨ªtica de la moci¨®n de destituci¨®n en el Parlamento ¡ªprospere o no¡ª ser¨¢n determinantes. Si sale adelante, ser¨ªa el primer ministro, Han Duck-so, quien ocupar¨ªa la jefatura del Estado de forma provisional, pero el procedimiento podr¨ªa atascarse en el segundo requisito para la destituci¨®n: la votaci¨®n del Tribunal Constitucional, donde no se han cubierto tres de las nueve vacantes, por lo que los seis magistrados con los que cuenta ahora mismo deber¨ªan votar a favor. Aunque el Tribunal ha renunciado al requisito de siete jueces para deliberar los casos, tampoco est¨¢ claro si se podr¨ªa ocupar de la moci¨®n de destituci¨®n sin los nueve jueces al completo. Si el Constitucional finalmente la apoya, se deber¨ªan celebrar nuevas elecciones.
La situaci¨®n, en el mejor de los casos, ¡°saldr¨¢ adelante de alg¨²n modo¡±, dice Chun In-bum, general retirado del ej¨¦rcito surcoreano y analista habitual de asuntos militares en la siempre caliente pen¨ªnsula asi¨¢tica, cuando se le pregunta c¨®mo ve los pr¨®ximos d¨ªas. En el peor escenario, sin embargo, podr¨ªan descarrilarse, a?ade, mientras sorbe un batido de chocolate helado en un local del centro de Se¨²l. ¡°Este fin de semana creo que veremos numerosas manifestaciones¡±, dice. ¡°Es la democracia en funcionamiento¡±. En las protestas, normalmente, no se producen incidentes, pero, esta vez, podr¨ªa haber choques con simpatizantes de Yoon, que los tiene. Gente que cree que deber¨ªa haber salido adelante la ley marcial. ¡°Esperemos que no haya un ba?o de sangre. Esa es la preocupaci¨®n que tengo¡±, dice con un halo de inquietud.
Parece imposible: mientras habla, suenan villancicos en el hilo musical del local, los clientes teclean en sus port¨¢tiles de ¨²ltimo modelo, la vida bulle ah¨ª fuera. Y en la plaza de Gwanghwamun, uno de los puntos calientes donde se han concentrado los manifestantes en los ¨²ltimos d¨ªas, a mediod¨ªa de este jueves unos operarios levantaban ya las casetas para lo que parece un mercadillo navide?o. La normalidad, que se empe?a en seguir su curso. Pero, al mismo tiempo, en la acera de enfrente, tres personas preparaban ya la concentraci¨®n de la tarde colgando una lona entre una farola y un sem¨¢foro con el siguiente mensaje: ¡°?Vamos a destituir al presidente!¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.