Zakaria Zubeidi, el icono palestino con una vida de pel¨ªcula, recobra la libertad
La recepci¨®n en Ramala al exmiliciano l¨ªder en Yen¨ªn de las Brigadas de Al Aqsa revela la fascinaci¨®n que a¨²n despierta. En 2021 escap¨® de un penal de m¨¢xima seguridad excavando un t¨²nel con una cuchara

Hace a?os preguntaron a Zakaria Zubeidi por qu¨¦ nadie hac¨ªa una obra de teatro o largometraje de su vida. ¡°No resultar¨ªa cre¨ªble¡±, respondi¨®. Desde este jueves, sus 49 a?os de vida de pel¨ªcula cuentan con una nueva secuencia: su excarcelaci¨®n por Israel en el tercer ¡ªy de nuevo accidentado¡ª canje con Ham¨¢s en el marco del alto el fuego en Gaza. El entusiasmo colectivo con su llegada a la ciudad de Ramala (donde una multitud se pegaba por acercarse, como si fuese justamente una estrella de cine) da cuenta de la fascinaci¨®n que despierta en un pueblo, el palestino, ansioso de referentes y victorias simb¨®licas. La ¨²ltima, que apuntal¨® su mito, fue la fuga de un penal de m¨¢xima seguridad cavando un t¨²nel con una cuchara ro?osa, en 2021. Con todos sus medios, los servicios de seguridad israel¨ªes tardaron cinco d¨ªas en encontrarlo. Ahora, de nuevo en libertad, comienza otra de sus siete vidas.
Su historia arranc¨® en 1976, al nacer en el campamento de refugiados de Yen¨ªn, donde ¡ªparadojas de la historia¡ª el ej¨¦rcito israel¨ª efect¨²a estos d¨ªas una de sus mayores ofensivas en dos d¨¦cadas. ¡°?Oh, campamento [de refugiados], sal y mira a Zakaria en p¨²blico!¡±, cantaba este jueves un grupo al llevarlo en volandas. No ha sido deportado, porque no est¨¢ condenado por delitos graves, pero las autoridades israel¨ªes ya han adelantado que no le permitir¨¢n volver a su casa.

En cualquier caso, cada vez menos familiares lo esperan all¨¢. Su padre muri¨® cuando ¨¦l ten¨ªa 17 a?os y su madre, Samira, fue abatida por un tirador israel¨ª en 2002, durante la Segunda Intifada. Tambi¨¦n su hermano Taha. En 2022, soldados israel¨ªes mataron en un tiroteo a otro de sus hermanos, Daoud. Lleg¨® herido a un hospital israel¨ª y fue arrestado antes de perecer. Las autoridades israel¨ªes a¨²n rechazan entregar el cuerpo a la familia. El ¨²ltimo drama de Zakaria tiene pocos meses: el ej¨¦rcito israel¨ª mat¨® a su hijo Muhammad, al que defini¨® como un ¡°notable terrorista¡±, con un disparo de dron. Este jueves, en Ramala, la mujer de Zubeidi, Alaa, de 39 a?os, esperaba paciente su liberaci¨®n sentada en una silla de pl¨¢stico.
¡°Con todo lo que ha pasado, cualquier otro estar¨ªa roto. Pero ya viste: sale haciendo el signo de la victoria y declarando ¡®Palestina libre¡¯. Realmente merece ser visto como un s¨ªmbolo nacional¡±, se?alaba a este peri¨®dico el comisionado para los prisioneros palestinos de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Qadura Fares, tras la liberaci¨®n.
Su vida ha transcurrido entre Yen¨ªn, Ramala y la c¨¢rcel, en una suerte de idas y venidas desde que era menor. Con 13 a?os result¨® herido por fuego israel¨ª cuando lanzaba piedras a los soldados; con 15 entr¨® por primera vez en prisi¨®n. Tiene heridas de bala en el cuerpo y cicatrices en el rostro de la explosi¨®n de un artefacto casero mientras lo montaba.
El mito se forj¨® durante la invasi¨®n israel¨ª en 2002 del campamento de Yen¨ªn, de la que logr¨® escapar saltando de casa en casa y escondi¨¦ndose en los escombros de las que iban echando abajo los bulldozers. No guarda la cuenta de las veces que escap¨® a la muerte.

Con las im¨¢genes del hist¨®rico rais palestino Yaser Arafat cada vez m¨¢s desva¨ªdas en los murales; su sucesor natural, Marw¨¢n Barghuti, encarcelado a perpetuidad; y los principales l¨ªderes de Ham¨¢s muertos en los 15 meses de bombardeos en Gaza, Zubeidi es lo m¨¢s parecido a un icono vivo en un pueblo necesitado de ellos.
Lo muestra su llegada a Ramala este jueves, ya con el cielo a oscuras, que desata la locura. Como en los festivales de m¨²sica en los que la mayor¨ªa aplaude a los teloneros, pero ha venido a ver al cabeza de cartel. Una nube se agolpa y se abre paso a codazos para poder grabarlo con el m¨®vil lo m¨¢s cerca posible.
C¨¢nticos
Zubeidi era de las Brigadas de M¨¢rtires de Al Aqsa, el brazo armado hist¨®ricamente de Al Fatah que funciona ya en la pr¨¢ctica como un ente aparte, pero todos corean consignas de Ham¨¢s, como ¡°?Cu¨¢l es nuestro partido? ?Ham¨¢s!¡± y ¡°El pueblo quiere a las Brigadas Al Qasam¡±, su brazo armado. Es al fin y al cabo quien ha logrado su excarcelaci¨®n, al tomar rehenes en su ataque de octubre de 2023. El movimiento islamista confirma en ese momento que su jefe, Mohamed Deif, muri¨® hace medio a?o en un bombardeo israel¨ª en Gaza, la noticia se extiende como la p¨®lvora gracias a los tel¨¦fonos inteligentes y un grupo rompe a cantar: ¡°?Somos tus hombres, Mohamed Deif!¡±.
¡°Salimos de la clandestinidad, pero la resistencia nos ha hecho salir a la superficie¡±, se?alaba Zubeidi entre una marea de micr¨®fonos, seguidores y curiosos. ¡°El mensaje de nuestro pueblo palestino es claro: hemos sacrificado a muchos m¨¢rtires y la libertad llega con el fin de la ocupaci¨®n y el establecimiento de un Estado palestino independiente con Jerusal¨¦n como su capital¡±.
Aunque m¨¢s delgado y con el rostro ajado como si llevase m¨¢s tiempo en prisi¨®n, conserva el aspecto infantil con el que el mundo empez¨® a conocerlo durante la Segunda Intifada (2000-2005), como uno de los principales y m¨¢s carism¨¢ticos l¨ªderes de las Brigadas de M¨¢rtires de Al Aqsa, y con el que aparece en uno de los mejores y m¨¢s amargos documentales sobre Oriente Pr¨®ximo: Los hijos de Arna (2004). Es la historia del famoso Teatro de la Libertad, fundado en los a?os ochenta por Arna Mer Jamis, una jud¨ªa israel¨ª antisionista que se cas¨® con un palestino y abraz¨® la causa palestina. Planteaba el teatro como una forma de resistencia ante la ocupaci¨®n israel¨ª, pero a trav¨¦s de la palabra con la que los ni?os pod¨ªan canalizar su enfado. Todos sus actores acabaron muertos o tomando las armas; y el director del proyecto, su hijo Juliano Mer Jamis, fue asesinado en 2011 por encapuchados, en un crimen sin resolver que los palestinos han querido esconder bajo la alfombra.
Una de sus particularidades es la fascinaci¨®n que despierta incluso entre muchos israel¨ªes, pese a haber empu?ado las armas y reconocido que planific¨® un atentado en el que murieron seis civiles en la ciudad de Beit Shean en 2002. Se benefici¨® de una amnist¨ªa israel¨ª cinco a?os m¨¢s tarde, a cambio de renunciar a las armas, aunque nunca las entreg¨® formalmente: desconfiaba del perd¨®n y tem¨ªa por su vida.
Israel lo sac¨® de la lista de m¨¢s buscados y ¨¦l se centr¨® en el Teatro de la Libertad. Siempre ha mantenido un equilibrio entre defender la legitimidad de la violencia pol¨ªtica y criticarla como estrategia, como hizo en alguna de sus obras teatrales.
Huelga de hambre
En 2011, Israel le revoc¨® el perd¨®n sin explicaci¨®n. Un a?o m¨¢s tarde, las fuerzas de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) lo arrestaron, tras un tiroteo frente a la casa del gobernador de Yen¨ªn. Inici¨® una huelga de hambre que se extendi¨® durante meses, adquiri¨® gran notoriedad y acab¨® logrando su excarcelaci¨®n.
En un nuevo giro de guion, pas¨® a trabajar en el Departamento de Asuntos de los Prisioneros de la misma ANP que lo hab¨ªa encarcelado y a estudiar ciencias pol¨ªticas en la Universidad de Birzeit, cerca de Ramala. Su trabajo final, titulado El cazador y el drag¨®n, exploraba su relaci¨®n con Israel. ¡°No echo de menos las armas, pero s¨ª la Intifada¡±, confesaba entonces en una entrevista.
Su nombre se fue desvaneciendo poco a poco de las conversaciones. Hasta 2019, cuando Israel lo volvi¨® a arrestar esgrimiendo dos ataques contra autobuses en Cisjordania que no dejaron heridos graves y a?adiendo cargos antiguos, de la ¨¦poca de la Segunda Intifada. Nunca lleg¨® a condenarlo formalmente. Los tribunales israel¨ªes lo sentenciaron m¨¢s tarde a cinco a?os de c¨¢rcel por su papel en la fuga.

Como en toda vida de pel¨ªcula, hay un presunto romance mal visto por la sociedad. Tali Fahima era una israel¨ª que votaba al Likud, el partido del primer ministro israel¨ª, Benjam¨ªn Netanyahu, pero en 2003 comenz¨® a visitar Yen¨ªn con regularidad para tratar de entender por qu¨¦ los palestinos atentaban en autobuses y cafeter¨ªas de Israel. As¨ª labr¨® amistad con Zubeidi. Se les atribu¨ªa un noviazgo que ambos negaron.
Los servicios secretos de Israel fueron a por Fahima, que acab¨® pasando 30 meses en prisi¨®n por entrar en ciudades de Cisjordania (que los israel¨ªes tienen prohibido), ¡°reunirse con un agente enemigo¡± y traducir un documento militar. Luego abandon¨® el juda¨ªsmo para convertirse al islam y acus¨® a Zubeidi de haber colaborado con los servicios de inteligencia israel¨ªes a cambio de poder viajar de Yen¨ªn a Ramala para una operaci¨®n m¨¦dica ocular.
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