La salud del Papa obliga a una Iglesia dividida a pensar en un relevo m¨¢s incierto que nunca
El dilema ya en marcha sobre el pr¨®ximo pont¨ªfice topa con obst¨¢culos in¨¦ditos: una gran fractura interna, cardenales desconocidos de 71 pa¨ªses y, por primera vez, el temor a campa?as de injerencia con bulos y desinformaci¨®n
La salud del papa Francisco, de 88 a?os y hospitalizado desde el 14 de febrero con momentos de alarma, empieza a abrir la conversaci¨®n sobre el futuro c¨®nclave. Ha dado pie a que fieles y no creyentes se pregunten c¨®mo est¨¢ la Iglesia, hacia d¨®nde ir¨¢ y qui¨¦n podr¨ªa guiarla cuando llegue el momento. Una prospecci¨®n hablando con prelados y expertos vaticanos arroja tres datos esenciales: la Iglesia est¨¢ ...
La salud del papa Francisco, de 88 a?os y hospitalizado desde el 14 de febrero con momentos de alarma, empieza a abrir la conversaci¨®n sobre el futuro c¨®nclave. Ha dado pie a que fieles y no creyentes se pregunten c¨®mo est¨¢ la Iglesia, hacia d¨®nde ir¨¢ y qui¨¦n podr¨ªa guiarla cuando llegue el momento. Una prospecci¨®n hablando con prelados y expertos vaticanos arroja tres datos esenciales: la Iglesia est¨¢ dividida, con grandes tensiones internas; el c¨®nclave es m¨¢s imprevisible que nunca, por una composici¨®n in¨¦dita, en n¨²mero de pa¨ªses y cardenales, que adem¨¢s son muy desconocidos; y por primera vez hay un temor de intentos de injerencia con campa?as de desinformaci¨®n y bulos en redes sociales.
En resumen, cuando se celebre, se prev¨¦ un c¨®nclave largo. Los de 2005 (cuatro votaciones) y 2013 (cinco) llegaron muy trabajados y duraron d¨ªa y medio. El pr¨®ximo se parecer¨ªa m¨¢s al de octubre de 1978 (ocho escrutinios), cuando el choque de dos bloques oblig¨® a buscar un desconocido, Karol Wojtyla, que marc¨® una ¨¦poca. Era la Guerra Fr¨ªa, y hoy leer la ¨¦poca se antoja mucho m¨¢s dif¨ªcil.
Otra pregunta estos d¨ªas es si Jorge Mario Bergoglio, el pont¨ªfice m¨¢s anciano desde Le¨®n XIII, que muri¨® con 93 a?os en 1903, renunciar¨¢ si no se ve con fuerzas. Desde la dimisi¨®n de Benedicto XVI es una posibilidad real. Este debate ha comenzado en los medios italianos, pero sin novedades. Es el propio Francisco quien ha dicho varias veces que dimitir¨ªa si lo cree necesario, pero en un caso extremo. Renunciar, dijo en 2023, ¡°no tiene que convertirse, digamos, en una moda, una cosa normal, yo creo que el ministerio del Papa es ad vitam¡±. En todo caso, ya ha dejado un documento firmado con su renuncia en caso de que perdiera sus facultades.
La fotograf¨ªa de la Iglesia ofrece una fractura visible y prev¨¦ una pelea encarnizada. Un sector conservador mantiene una enemistad profunda con el Papa y varios cardenales han alzado la voz para llevarle la contraria o incluso atacarlo. Por otro lado, la Iglesia alemana, muy reformista y avanzada, ha estado casi al borde de un cisma. A Bergoglio lo eligieron en 2013 para acometer reformas pendientes y explorar aperturas, y ha revuelto muchas cosas, pero sus cr¨ªticos le reprochan, o que ha ido demasiado lejos, o que ha hablado mucho pero ha cambiado poco.
Francisco s¨ª ha supuesto una revoluci¨®n, su novedad m¨¢s profunda, en una cr¨ªtica radical al sistema capitalista, con una fuerte impronta ecologista. ¡°Es una cr¨ªtica al modelo occidental y norteamericano, que para el Papa es ideol¨®gico y no es naturalmente cristiano. Esto es un hecho enorme, ser¨¢ uno de los temas que se medir¨¢ en el c¨®nclave¡±, explica Massimo Faggioli, profesor de Departamento de Teolog¨ªa y Ciencias Religiosas de la Villanova University, en Filadelfia, EE UU. ¡°La Iglesia ha recibido del papa Francisco la conciencia de ser una Iglesia verdaderamente global, no ya un catolicismo con tracci¨®n europea, occidental. Es un cambio de ¨¦poca, una iglesia del tercer milenio, y esto crea muchas tensiones¡±.
El descontento con el Papa, apuntan otros analistas, va m¨¢s all¨¢ de la pol¨ªtica, tiene una clave interna. ¡°No solo hay malestar en los ultraconservadores, tambi¨¦n entre progresistas y moderados¡±, opina Sandro Magister, veterano exvaticanista de L¡¯Espresso que ahora tiene su propio blog. Cree que tambi¨¦n quien esperaba aperturas en varios ¨¢mbitos ha quedado defraudado, porque Bergoglio se ha movido ¡°con ambig¨¹edad y fuertes contradicciones¡± en cuestiones complejas, como extender el diaconato a mujeres, el fin del celibato de los curas, o que hombres casados puedan ordenarse. Otros opinan que ha tenido que frenar ante la resistencia interna, pero ha abierto caminos, con los homosexuales, el colectivo LGTBI y la paulatina introducci¨®n de mujeres en altos cargos de la Curia.
Pero el descontento interno m¨¢s difuso estar¨ªa en la falta de sinodalidad y colegialidad, esto es, el gobierno compartido de la Iglesia, viejo anhelo desde el Concilio Vaticano II, en los a?os sesenta. A Bergoglio se le reprocha una forma de gobernar muy personal e impulsiva. ¡°Ejerce un poder aut¨¢rquico. Gobierna con un absolutismo mon¨¢rquico sin precedentes en los dos ¨²ltimos siglos¡±, opina Magister. Cree que ha roto reglas y mecanismos que han da?ado la dimensi¨®n institucional e incluso doctrinal. Por eso hay quien espera un nuevo Papa que restablezca el orden, adem¨¢s de un repliegue conservador.
La pregunta es si hab¨ªa otra manera de cambiar el paso en algunas cuestiones. En su intento de hacer limpieza en el esc¨¢ndalo de la pederastia, por ejemplo, Bergoglio se ha impuesto en ocasiones a los obispos locales, limitando su autoridad, y lleg¨® a obligar a renunciar a toda la conferencia episcopal chilena. Muchos piensan que era necesario, pero la jerarqu¨ªa se ha resentido, y se ha resistido. Otras aperturas, como la bendici¨®n a parejas homosexuales, han sido muy pol¨¦micas, tanto en el fondo como en la forma, un decreto del dicasterio de Doctrina de la Fe en 2023.
El historiador de las religiones Alberto Melloni distingue dos caras del Papa, en el trono y en el p¨²lpito. ¡°Hay un Francisco espiritual que predica, muy abierto, conmovedor y de absoluta autenticidad cristiana, muy querido dentro y fuera de la Iglesia. Luego est¨¢ Francisco de gobierno, con un principio de verticalidad de decisi¨®n, ajeno al papado, que en realidad tiene muchos contrapesos. Esto insatisface a todos dentro de la Iglesia¡±. Si bien Melloni opina que el sector de hostilidad m¨¢s ac¨¦rrima es una minor¨ªa poco representativa, ¡°de ideas y tipolog¨ªas neur¨®ticas¡±.
Lucetta Scaraffia, historiadora y que dirigi¨® el suplemento sobre mujer e Iglesia en el Osservatore Romano hasta 2019, tambi¨¦n es muy cr¨ªtica con Francisco. Cree que ¡°nunca ha habido una politizaci¨®n tan fuerte del papado, los papas generalmente intentan estar por encima de la controversia, pero Bergoglio, en cambio, siempre se ha involucrado en los conflictos, ha tomado parte¡±. En cuanto a las reformas esperadas sobre las mujeres, cree que ¡°ha hablado mucho, pero en los hechos, nada¡±. Opina que los altos cargos femeninos en el Vaticano ¡°son mujeres muy obedientes que no cuentan nada en medio de cientos de eclesi¨¢sticos¡±.
A nivel internacional, Francisco ha tomado partido contra Donald Trump y contra Israel por su respuesta al ataque del 7 de octubre, pero tambi¨¦n con la UE por cerrarse a los inmigrantes. ¡°Es un radicalismo propio de un jesuita, que nunca ha sido liberal ni progresista, sino que viene de Am¨¦rica Latina, y ha visto y experimentado la pobreza¡±, explica Faggioli. ¡°Ve esos temas con una perspectiva muy diferente a la de un papa anticomunista, Juan Pablo II, o acad¨¦mico, Benedicto XVI. Esto es lo que ha creado m¨¢s problemas en sus relaciones con el sistema de poder occidental, ha puesto al Vaticano en una posici¨®n diferente al siglo anterior¡±.
Si una Iglesia dividida complica los c¨¢lculos de un c¨®nclave, la composici¨®n del colegio cardenalicio los hace imposibles. Ahora hay 138 cardenales electores (de menos de 80 a?os, con derecho a voto) de 71 pa¨ªses. Se prev¨¦ la cita m¨¢s numerosa e internacional de la historia: en 2005 y 2013 fueron 115 purpurados, de 52 y 48 pa¨ªses respectivamente. Pero adem¨¢s Bergoglio lo marca profundamente. Ha nombrado 110 de 138 cardenales, el 79%. Frente a 23 de Benedicto XVI y 5 de Juan Pablo II. Se ha salido de las l¨®gicas habituales y ha ascendido a obispos desconocidos, con los que se encuentra en sinton¨ªa, y escasean las caras conocidas y voces de autoridad de referencia.
Los cardenales no se conocen bien entre ellos, algunos ni hablan italiano, y no se han tratado demasiado. El ¨²ltimo consistorio, asamblea de cardenales a puerta cerrada donde se debate alg¨²n asunto y que serv¨ªa para que se distinguiesen voces de autoridad, fue en 2016. Es otro hecho que alimenta las cr¨ªticas al Papa. ¡°Ha querido un c¨®nclave granular, quiere destruir los grupos de alianzas tradicionales¡±, opina Melloni.
Esta incertidumbre se traduce en que hasta ahora no han surgido quinielas de papables, algo constante en los ¨²ltimos a?os de Juan Pablo II. En parte para no quemar candidatos, igual que Bergoglio fue en 2013 un tapado. Pero tambi¨¦n es por temor al propio Francisco. ¡°Si se entera de que le est¨¢n haciendo un candidato a sus espaldas se los come vivos, y lo saben¡±, conf¨ªa un prelado.
Aun as¨ª, hay nombres que suenan. Cuatro m¨¢s comentados y evidentes: Pietro Parolin, 70 a?os, secretario de Estado, el n¨²mero dos del Vaticano que siempre suele ser papable, pero que no encaja si se busca un cambio; Matteo Zuppi, 69 a?os, arzobispo de Bolonia, de la comunidad de Sant¡¯Egidio, con experiencia en mediaci¨®n internacional; Pierbattista Pizzaballa, 59 a?os, franciscano, patriarca de Jerusal¨¦n, de visibilidad medi¨¢tica por su papel en Oriente Medio, aunque es demasiado joven. Siempre se ha hablado del filipino Luis Antonio Gokim Tagle, 67 a?os, de madre china, pero su cotizaci¨®n ha bajado por su cuestionada gesti¨®n de C¨¢ritas Internacional.
Luego, hay tres nombres m¨¢s rebuscados: Peter Erdo, 72 a?os, arzobispo de Budapest, referente conservador; Anders Arborelius, 75 a?os, obispo de Estocolmo, carmelita, de infancia luterana y luego convertido; y Andr¨¦ Prevost, 69 a?os, prefecto de la Congregaci¨®n de los Obispos, estadounidense pero que ha pasado media vida en Per¨² y conjuga dos mundos, y ser¨ªa una se?al muy clara hacia el nuevo orden mundial. Salta a la vista en esta lista que son todos europeos menos uno norteamericano. Porque los cardenales del resto del mundo son un misterio, pero ah¨ª podr¨ªa estar el pr¨®ximo papa.
En todo caso, la mayor¨ªa exigida de dos tercios obligar¨¢ a la escucha y a la persuasi¨®n. La cuesti¨®n no es tanto el candidato, sino sobre qu¨¦ agenda se orienta el c¨®nclave. Esto es lo que desata el temor, por primera vez, a injerencias de desinformaci¨®n y noticias falsas, como en las elecciones de cualquier pa¨ªs. Por ejemplo, con bulos sobre candidatos considerados continuadores de Francisco, no occidentales o demasiado progresistas. ¡°En Internet y en los portales norteamericanos hay una fuerte corriente anti-Bergoglio¡±, ha se?alado esta semana el cardenal Gianfranco Ravasi, asombrado de la profusi¨®n de noticias falsas sobre la salud del Papa. Estos d¨ªas han dado ya prueba de la actividad en redes sociales de rumores y movimientos de ultraderecha, que esperaban que Dios se llevara a quien ven poco menos que como un hereje.