La UE contiene el aliento ante unas elecciones que pueden encumbrar a la ultraderecha en Francia
El avance de Le Pen y la posibilidad de una cohabitaci¨®n en el Gobierno franc¨¦s preocupan en Bruselas
Bajo las luces discotequeras de un hotel de Bruselas, cerca del coraz¨®n de las instituciones de la UE, el c¨®nclave de la derecha m¨¢s extrema celebr¨® el jueves sus logros en las elecciones europeas del 9 de junio. La francesa Marine Le Pen, el holand¨¦s Geert Wilders, el italiano Matteo Salvini y otros l¨ªderes ultras analizaron su auge ¡ªque ha sacudido a Europa¡ª y prepararon una estrategia para aumentar su poder. Wilders, con fotograf¨ªas sonrientes con sus hermanos pol¨ªticos publicadas en las redes sociales, envi¨® corazones ir¨®nicos a Bruselas antes de volver a casa para formar el Gobierno m¨¢s derechista en la historia moderna de Pa¨ªses Bajos. Es el sue?o de Le Pen, que ha iniciado una pelea pol¨ªtica may¨²scula que puede encumbrar a la extrema derecha xen¨®foba, eur¨®foba y receptiva a los mensajes del Kremlin en uno de los motores esenciales de la UE, Francia, si vence en los comicios adelantados por el presidente Emmanuel Macron tras su varapalo electoral. En Bruselas la preocupaci¨®n es may¨²scula.
La extrema derecha ya no es una an¨¦cdota en Europa. Los resultados de las elecciones al Parlamento Europeo de hace una semana lo han confirmado. Y pese a los mensajes que lanzan sin descanso en las instituciones comunitarias de que el centro resiste y de que la ultraderecha es una constelaci¨®n diversa y desunida que tendr¨¢ dif¨ªcil formar un bloque ¨²nico en la Euroc¨¢mara, lo cierto es que se ve una tendencia, reconocen con inquietud numerosas fuentes europeas. ¡°Al final, en cuestiones que marcan el futuro de la UE, como la agenda verde, votar¨¢n todos a una¡±, apunta un alto cargo comunitario, que reclama anonimato para comentar con libertad. ¡°La UE ha girado a la derecha, lleva haci¨¦ndolo un tiempo, pero lo sucedido en las europeas muestra que el proyecto com¨²n, en vez de ensancharse, como ha hecho hasta ahora, puede encoger¡±, a?ade.
La ultraderecha forma (o sostiene) Gobiernos en ocho Estados miembros: Hungr¨ªa, Rep¨²blica Checa, Croacia, Finlandia, Suecia, Italia, Pa¨ªses Bajos y Eslovaquia. Y aspiran a cuotas de poder in¨¦ditas en el Ejecutivo comunitario en una legislatura clave para el futuro del proyecto europeo y para el apoyo a Ucrania en la guerra contra Rusia. Tendr¨¢n carteras en la Comisi¨®n Europea ¡ªque ser¨¢ mucho m¨¢s caleidosc¨®pica¡ª y presionan para que sean sustanciales, en temas claves desde los que influir y marcar la agenda de la Uni¨®n de los pr¨®ximos cinco a?os.
No es solo que haya aumentado el apoyo a partidos ultras, euroesc¨¦pticos (incluso eur¨®fobos) y populistas, como el de Marine Le Pen o el de la italiana Giorgia Meloni, en una Euroc¨¢mara que podr¨ªa haber puesto contrapeso a un Ejecutivo comunitario y un Consejo de la UE m¨¢s derechizado. Las elecciones europeas han causado un terremoto en Francia, con la gran victoria del Reagrupamiento Nacional de Le Pen; y en Alemania, donde Alternativa por Alemania (AfD) se ha convertido en la segunda fuerza pol¨ªtica ¡ªpese a los esc¨¢ndalos¡ª en unas urnas que han dado a los socialdem¨®cratas de Olaf Scholz su peor resultado de la historia. El coraz¨®n de la UE, el t¨¢ndem franco-alem¨¢n que impulsa al club comunitario, ha quedado tocado. Y eso puede llegar a lastrar todo el bloque.
¡°Hay muchos resultados en los que los gobiernos en ejercicio se ven debilitados por las elecciones europeas, que normalmente se utilizan para castigar al Ejecutivo¡±, se?ala la polit¨®loga Nathalie Tocci, directora del Istituto Affari Internazionali. ¡°Pero no hay precedentes de que este debilitamiento se produzca en los dos miembros m¨¢s grandes del club comunitario al mismo tiempo; y en ambos casos debido a un auge de la extrema derecha¡±, remarca la experta.
Las elecciones del 9-J se libraron en la mayor¨ªa de los 27 Estados miembros de la Uni¨®n en clave nacional. Apenas se vota en clave europea en un club en el que no se ha logrado crear un demos europeo y en el que la participaci¨®n no fue alta: un 51%, levemente superior a la de 2019. Sin embargo, lo sucedido en las urnas, y m¨¢s en una legislatura que ha sido muy exitosa ¡ªcon medidas de calado como el plan de recuperaci¨®n, la compra mancomunada de vacunas contra la covid-19 o un largo rosario de medidas sociales¡ª muestra tambi¨¦n que todos los niveles de la pol¨ªtica europea est¨¢n cada vez m¨¢s interconectados.
Emergen ya preguntas sobre el futuro del Gobierno de coalici¨®n de Alemania, por ejemplo. Pero lo sucedido en Francia ¡ªy lo que puede ocurrir en las legislativas que ha lanzado Macron como ¨®rdago: ¡°O yo o el caos¡±¡ª puede tener reverberaciones en toda la Uni¨®n, incide Celia Berlin, del European Council on Foreign Relations (ECFR).
Estas reverberaciones ya se est¨¢n notando. De momento, est¨¢ acelerando un reparto de los grandes puestos de poder de las instituciones comunitarias, en el que los l¨ªderes parecen tener (por ahora) poco apetito para la pelea pol¨ªtica: quieren resolver las cosas lo antes posible y colocar a la UE como faro de estabilidad en tiempos convulsos. ¡°Est¨¢n debilitando a Macron, uno de los l¨ªderes m¨¢s ambiciosos y experimentados de Europa, en un momento en el que la UE necesita demostrar que tiene futuro frente a la agresi¨®n rusa, las vacilaciones estadounidenses y la competencia china¡±, lanza Berlin. ¡°El paso de Francia del campo centrista liberal de Weimar al campo nacionalista liderado por la italiana Meloni transformar¨ªa de forma fundamental el equilibrio de poder en Europa hacia un futuro descentralizador, desunido y desintegrador¡±, dice la experta en un an¨¢lisis.
La perspectiva de un Gobierno de ultraderecha y eur¨®fobo en Francia y los temores de inestabilidad en la segunda econom¨ªa de la Uni¨®n se notaron ya el viernes en los mercados franceses. En Bruselas, donde lo que ocurre en Par¨ªs centra casi todas las conversaciones, algunos diplom¨¢ticos recuerdan la jugada del brit¨¢nico David Cameron al prometer convocar un refer¨¦ndum sobre la salida de Reino Unido de la UE, en 2003, que se termin¨® en 2016 y derivando cuatro a?os despu¨¦s en el traum¨¢tico divorcio del Brexit. No hay temor a que Francia abandone el club comunitario, dice un diplom¨¢tico europeo, o a que lo desguace s¨²bitamente, sino a que agriete el proyecto com¨²n de la UE en un punto clave.
Si la ultraderecha de Marine Le Pen y su delf¨ªn Jordan Bardella avanzan ¡ªpero no ganan¡ª un Parlamento sin mayor¨ªa puede debilitar la posici¨®n de Francia en la UE. Si ganan y se produce una cohabitaci¨®n, un Gobierno de Reagrupamiento Nacional ¡ªcon los ministros ultras franceses en los consejos en Bruselas, donde coincidir¨ªan con los de la coalici¨®n de Wilders y los de Orb¨¢n¡ª puede bloquear muchas iniciativas de la UE, lastrar el apoyo a Ucrania, impedir nuevos acuerdos comerciales, disolver las pol¨ªticas medioambientales y aguar las perspectivas de ampliaci¨®n. Tambi¨¦n podr¨ªa terminar con los proyectos comunitarios de defensa (hacia los que camina el club comunitario) y dinamitar¨ªa la perspectiva de un mercado de capitales. Adem¨¢s de empujar para quitar poder a las instituciones comunitarias e impulsar una agenda ultranacionalista.
Pero incluso si la derecha dura no forma el pr¨®ximo Gobierno franc¨¦s este verano, los resultados complicar¨¢n mucho que haya una acci¨®n unida y decisiva de la UE en temas como la transici¨®n verde. Todo esto ocurre ante un entorno global m¨¢s desafiante y disputado, advierte Fabian Zuleeg, del centro de pensamiento European Policy Centre. ¡°Cualquier deterioro de la eficacia de la UE puede tener efectos catastr¨®ficos¡±, dice.
El se¨ªsmo del domingo en Alemania y Francia, adem¨¢s, puede ser solo el aperitivo antes de otras elecciones casi m¨¢s importantes para Europa que las que han constituido la casa de la democracia de la UE: las presidenciales de Estados Unidos de noviembre. Una victoria del republicano populista Donald Trump, con v¨ªnculos con la ultraderecha europea, que ya ha puesto en duda el paraguas de seguridad de la OTAN, que ahondar¨ªa a¨²n m¨¢s la guerra comercial con China y sacudir¨ªa el tablero geopol¨ªtico global, podr¨ªa debilitar y dividir a¨²n m¨¢s a la UE. Tambi¨¦n, conducir a un paisaje pol¨ªtico en el que Occidente empuje a Ucrania a negociar para congelar el conflicto ¡ªla mayor¨ªa de los ultras lanzan la necesidad de conversaciones con las que, en realidad, reclaman la rendici¨®n de Kiev¡ª de una forma que podr¨ªa no solo ser mala para el pa¨ªs invadido sino para toda la Uni¨®n, con un vecino de gran apetito imperialista.
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