Florida, el camale¨®n sure?o que tiene en vilo a los candidatos a la presidencia de Estados Unidos
En el Estado bisagra por excelencia dem¨®cratas y republicanos se pisan los talones mientras crece la participaci¨®n hispana y de los j¨®venes
Una de las batallas m¨¢s duras por la presidencia de Estados Unidos se libra a 1.400 kil¨®metros de Washington: en el Estado de Florida, hogar de la poblaci¨®n hispana m¨¢s pujante del pa¨ªs; destino de una buena parte de los jubilados; im¨¢n para el turismo con sus cruceros y parques de atracciones; sede de la industria musical que mira hacia Am¨¦rica Latina. El crisol de la cultura estadounidense convive en la pen¨ªnsula que descubri¨® Juan Ponce de Le¨®n en 1513, y en la que hay tantos lagos ¨Cunos 7.700¨C como opiniones pol¨ªticas. La diversidad es tan amplia que esta regi¨®n ha conseguido tener en vilo a un pa¨ªs entero en todas las elecciones presidenciales desde que empez¨® el siglo. Es el Estado pendular por excelencia, marcado por el perfil cambiante de los votantes, que tienen en sus manos 29 de los 270 votos electorales que necesita un candidato para ser el pr¨®ximo presidente del pa¨ªs.
La atenci¨®n electoral se ha volcado en las ¨²ltimas semanas en Florida para intentar atraer a los votantes como sea. En 2016, el presidente, Donald Trump, gan¨® aqu¨ª a Hillary Clinton por la m¨ªnima, un 1% de los votos (113.000 papeletas), y ahora la brecha entre dem¨®cratas y republicanos tambi¨¦n es estrecha. Los candidatos acumulan cientos de millas en viajes, casi semanales, a este Estado y las campa?as han abierto la billetera para hacer el mayor gasto de publicidad ¨Cunos 127 millones de d¨®lares¨C de todo el pa¨ªs. Los indecisos son un objetivo, pero tambi¨¦n los que pueden cambiar de bando. ¡°No ¨¦ramos un pueblo tan dividido, no hab¨ªa tanta rabia¡±, cuenta Mary Jane Garc¨ªa, una puertorrique?a de 69 a?os, que vive en Pembroke Pines (al norte de Miami) y que toda su vida ha votado al Partido Republicano. Aunque ¡°harta de la confrontaci¨®n y el ruido¡± de los seguidores de Donald Trump, ha decidido que votar¨¢ al dem¨®crata Joe Biden. ¡°El racismo con este presidente ha sido rampante y yo con eso no estoy de acuerdo¡±, a?ade.
El perfil de los votantes en Florida se ha inclinado del lado de los republicanos: desde 1994 no se elige un gobernador dem¨®crata, en las ¨²ltimas elecciones de mitad de mandato los senadores republicanos renovaron sus esca?os, y el alcalde del condado de Miami-Dade es republicano. Al mismo tiempo, el sureste de la pen¨ªnsula, as¨ª como grandes centros urbanos como Orlando y Tampa, ha votado consistentemente a los candidatos del Partido Dem¨®crata. Est¨¢n registrados en todo el Estado 5,3 millones de personas como dem¨®cratas y 5,1 millones como republicanos, seg¨²n datos del Centro Pew Research. Pero, seg¨²n los investigadores, la brecha se est¨¢ cerrando cada d¨ªa m¨¢s en favor del Partido Republicano. El giro en las preferencias, apunta el Pew, comenz¨® en 2016 cuando Trump result¨® elegido presidente.
Un factor novedoso en estas elecciones es la mayor participaci¨®n de los j¨®venes. Tradicionalmente vistos como ap¨¢ticos y poco interesados en la pol¨ªtica, su movilizaci¨®n a trav¨¦s de las redes sociales est¨¢ llegando a las urnas. Desde que comenz¨® la votaci¨®n anticipada en el Estado, el 19 de octubre, se les ha visto esperando en las largas colas de los centros electorales. Hasta este fin de semana, 257.000 j¨®venes de entre 18 y 29 a?os ya hab¨ªan votado, una participaci¨®n seis veces mayor a la del mismo segmento demogr¨¢fico en 2016, seg¨²n datos de MSNBC. Adem¨¢s, se han registrado un mill¨®n de votantes de entre 18 y 34 a?os m¨¢s que las ¨²ltimas elecciones.
La diversidad del Estado se refleja en el crecimiento de la poblaci¨®n hispana y en su capacidad para votar: dos de cada 10 personas que ejercen su derecho en Florida son latinos. Sus or¨ªgenes est¨¢n, principalmente, en Cuba, Venezuela, M¨¦xico, Colombia y Puerto Rico. Los latinos se han convertido en una poblaci¨®n clave para ambos candidatos. Hasta ahora, unos 2,5 millones se han registrado para votar, medio mill¨®n m¨¢s que en 2016. Las campa?as de Biden y Trump ha intentado llegar a este grupo demogr¨¢fico tan diverso que sus estilos para atraerlos tambi¨¦n son ca¨®ticos: el dem¨®crata se inclina por la segmentaci¨®n del mensaje seg¨²n el pa¨ªs de origen de los inmigrantes hispanos, mientras que Trump apela al temor de esta poblaci¨®n al supuesto socialismo de su contrincante.
El presidente ha consolidado una importante base entre la di¨¢spora cubana y venezolana que repudia a los Gobiernos de sus pa¨ªses. Una encuesta de la Universidad Internacional de Florida se?ala que seis de cada 10 cubanos se inclinan por votar a Trump. Los mensajes de campa?a del republicano describen a los dem¨®cratas como aliados de los reg¨ªmenes castrista y chavista, e incluso se ha aventurado a decir ¨Csin prueba alguna¨C que Biden impondr¨¢ un sistema de Gobierno como los de Cuba y Venezuela en Estados Unidos. La idea parece haber permeado: durante los fines de semana, en las calles de Miami, los simpatizantes del presidente salen en sus coches a gritar consignas contra los dem¨®cratas: ¡°?Socialism-distancing!¡± [Distanciamiento del socialismo].
Con una bandera gigante, Osvaldo Hern¨¢ndez, un t¨¦cnico radi¨®logo de 55 a?os, sale a las calles de Miami a mostrar su apoyo a Trump. Se ha reunido con un grupo de cubanos que, como ¨¦l, salieron exiliados de la isla en la d¨¦cada de los a?os sesenta. ¡°El presidente est¨¢ haciendo un tremendo trabajo; por ejemplo, est¨¢ tratando de conseguir la medicina para el coronavirus de la forma m¨¢s r¨¢pida posible¡±, comenta antes de a?adir que no tiene fe en los periodistas. Y contin¨²a casi a gritos: ¡°Todos los comunistas son dem¨®cratas y son amigos del r¨¦gimen de Maduro¡±. A su lado, un hombre se pasea con una camiseta en la que se lee: ¡°Trump 2020, que les jodan cuatro a?os m¨¢s¡±.
En 2016, Trump gan¨® por muy poco a Hillary Clinton. El Estado consolid¨® as¨ª a nivel nacional la victoria del magnate, que ahora tiene su residencia en Palm Beach. La distancia entre Trump y Biden es ahora de 1,5% en favor del dem¨®crata, seg¨²n los sondeos, pero cada d¨ªa que pasa la brecha se cierra m¨¢s. El fantasma de las elecciones de 2000 de vez en cuando vuelve a las tertulias pol¨ªticas: George W. Bush gan¨® a Al Gore tras un recuento de los votos en Florida. Entonces la presidencia se decidi¨® desde esta pen¨ªnsula con una diferencia de apenas 537 sufragios que le garantizaron los votos electorales al republicano. El escenario actual dista de aquel, pero tambi¨¦n estas elecciones prometen un cierre ajustado en el Estado sure?o.
Biden ha dedicado buena parte de la campa?a a llegar a esos rincones de Florida donde los votantes est¨¢n indecisos o no est¨¢n comprometidos con el ataque de Trump al supuesto socialismo dem¨®crata. Sus temas ante estos grupos se han concentrado en la econom¨ªa y la crisis por el coronavirus. En el puerto de Miami hay dos cruceros atracados y vac¨ªos. La pandemia ha golpeado a la industria tur¨ªstica y ya no se ven los r¨ªos de gente descendiendo de los grandes barcos. En sus visitas a Florida, Biden ha impulsado el mensaje de que es urgente dar est¨ªmulos a la econom¨ªa de la pen¨ªnsula. Eugene P¨¦rez, de 59 a?os, trabaj¨® durante a?os en la industria de los cruceros y este a?o perdi¨® su empleo. ¡°Me faltaba un a?o para retirarme. De verdad, la gente est¨¢ sufriendo mucho, y me preocupa mucho no tener seguro m¨¦dico en medio de la pandemia¡±, explica. Como vecino de Broward, donde se concentra una buena parte de ciudadanos puertorrique?os, P¨¦rez se ha acercado a los eventos organizados por los dem¨®cratas porque, asegura, est¨¢ m¨¢s convencido de su forma de gobernar. ¡°Me la he pasado toda la vida pagando impuestos, ese es mi dinero y no puedo creer que el Gobierno de Trump no encuentre la forma de ayudarnos ahora¡±, a?ade.
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