Samantha Power: ¡°Estados Unidos no debe ser la polic¨ªa del mundo, pero s¨ª implicarse m¨¢s¡±
La embajadora de Obama ante la ONU y ganadora de un Premio Pulitzer cree que ¡°aunque Biden gane, los aliados europeos temer¨¢n que resurja la visi¨®n de Trump¡±
Esta entrevista forma parte de una serie de charlas con intelectuales, editores, activistas, economistas y pol¨ªticos de primer orden que ayudan a describir el estado de cosas antes de las elecciones. Puede leer las dem¨¢s entregas aqu¨ª.
Samantha Power era una conocida reportera de guerra, galardonada en 2003 con un Pulitzer por un soberbio libro sobre ...
Esta entrevista forma parte de una serie de charlas con intelectuales, editores, activistas, economistas y pol¨ªticos de primer orden que ayudan a describir el estado de cosas antes de las elecciones. Puede leer las dem¨¢s entregas aqu¨ª.
Samantha Power era una conocida reportera de guerra, galardonada en 2003 con un Pulitzer por un soberbio libro sobre la respuesta de EE UU a los genocidios (Problema infernal), cuando un joven Barack Obama la fich¨® como asesora en pol¨ªtica exterior para su campa?a en 2008. Power ya hab¨ªa vuelto de Bosnia, Ruanda o Sud¨¢n y otras aventuras, se hab¨ªa titulado en la Escuela de Derecho de Harvard y estaba trabajando en la Harvard Kennedy School. Tras la victoria, Obama la design¨® embajadora ante Naciones Unidas, puesto que desempe?¨® durante toda la Administraci¨®n (2009-2017), hasta la llegada de Donald Trump al poder.
Nacida en Londres hace 50 a?os y llegada a Estados Unidos cuando era una ni?a de nueve, Power se convirti¨® en una de las 100 personas m¨¢s influyentes del mundo, seg¨²n Time. En su reciente libro de memorias, La educaci¨®n de una idealista, repasa el viaje de todos esos a?os, desde sus reflexiones sobre el papel de EE UU en el mundo hasta su gran grave error con Hillary Clinton, que le oblig¨® a dejar el equipo de campa?a de Obama poco antes de las elecciones. El ya presidente electo la recuper¨® despu¨¦s. Tambi¨¦n aborda la espina clavada de Siria, un conflicto para el que dese¨® otro tipo de respuesta.
Pregunta. Justo tras la victoria de Trump en 2016, usted dio un peque?o discurso a su equipo en Naciones Unidas y les dijo: ¡°Nuestras instituciones son fuertes, da igual qui¨¦n gobierne porque la principal fortaleza de este pa¨ªs son sus ciudadanos, saldremos adelante¡¡±. ?Cree que el sistema ha superado la prueba de Trump?
Respuesta. Bueno, nuestras instituciones se han doblegado hasta un punto casi irreconocible, pero no se han quebrado. Por ejemplo, tenemos los tribunales llenos de jueces puestos por Trump, muchos de ellos, no lo bastante preparados. Y el Tribunal Supremo, por supuesto, va a ser muy diferente [los republicanos est¨¢n a punto de confirmar a una nueva jueza conservadora]. Pero no se ha doblegado a los intereses de Trump en el asunto de los impuestos o de la discriminaci¨®n de la comunidad LGBT. Trump ha atacado mucho a los medios, pero, aun as¨ª, ha habido un trabajo period¨ªstico incre¨ªble estos a?os, destapando incluso sus impuestos. Cuatro a?os despu¨¦s, mi respuesta b¨¢sica es que s¨ª, que nuestro futuro est¨¢ en manos de gente que no es Trump. No somos ni una monarqu¨ªa ni una dictadura. Pero ahora estamos en el examen final, y ese examen final es el desarrollo de esta elecci¨®n. Qu¨¦ ocurre con la jornada en s¨ª, si Trump reconoce el resultado, si sigue acusando de fraude, si acabamos en los tribunales.
P. Desde el punto de vista de la pol¨ªtica exterior, ?c¨®mo valora el modo en el que Donald Trump ha gestionado la pandemia?
R. Bueno, creo que ha sido un reflejo de los aspectos clave del liderazgo de Trump en otros terrenos: el rechazo a la ciencia, a los expertos, la costumbre de enfrentar a una Am¨¦rica con otra o la hostilidad hacia los organismos internacionales. Siempre hemos tenido una parte del electorado hostil a la cooperaci¨®n internacional, una parte extremista, xen¨®foba y nacionalista, pero nunca antes hab¨ªa gobernado el pa¨ªs. Creo que el gran da?o que ha provocado Trump es la falta de confianza en Am¨¦rica, en la vieja Am¨¦rica, que no era perfecta, pero era una Am¨¦rica diferente de la de ahora. Creo que un gran problema al que nos enfrentamos es la falta de fe en que esa Am¨¦rica volver¨¢.
P. ?Cree que ser¨¢ f¨¢cil revertir todo si Joe Biden gana las elecciones?
R. Biden tiene una forma de estar en el mundo completamente diferente de lo que hemos experimentado estos cuatro a?os. ?l cree en la ciencia, en los expertos y en la cooperaci¨®n internacional, frente al concepto de suma-cero de Trump, es decir, la concepcion de que si un pa¨ªs sale favorecido en algo es detrimento directo y matem¨¢tico de otro. Sin embargo, aunque Biden gane, los pa¨ªses europeos y nuestros aliados cercanos tendr¨¢n miedo de que la visi¨®n que tiene Trump del mundo resurja, porque hay todo un electorado que piensa as¨ª. Aunque pierda, la gente en todo el mundo temer¨¢ que esa ideolog¨ªa tenga influencia cuando Biden decida reforzar el papel de EE UU en la OTAN, o decida cu¨¢ntos refugiados pueden venir a Estados Unidos, entre otros aspectos.
P. El resultado electoral, sea cu¨¢l sea, tambi¨¦n ser¨¢ un mensaje muy fuerte para los l¨ªderes populistas en Europa y el resto del mundo, mucha gente va a tomar nota de lo que ocurra aqu¨ª.
R. S¨ª, incluso ir¨ªa m¨¢s lejos que eso. Que un hombre llamado Donald Trump salga derrotado en Estados Unidos enviar¨¢ una se?al. Pero se enviar¨¢ otra se?al m¨¢s importante si tambi¨¦n sale repudiado el trumpismo, es decir, ese conjunto de dogmas que tienen en com¨²n con gente como Orb¨¢n en Hungr¨ªa o Duterte en Filipinas. Para que, adem¨¢s de Trump, quede derrotado el trumpismo, la victoria de Biden debe ser amplia. En otras palabras, si el resultado es ajustado el mensaje no se va a entender como un repudio y este repudio es muy importante para lo que usted pregunta sobre el mensaje que esta elecci¨®n va a enviar al resto del mundo. Y, al margen de eso, [si hay un cambio de Gobierno] los l¨ªderes que abusan de los derechos en el mundo podr¨¢n sentir que Estados Unidos les est¨¢ mirando y as¨ª acabar con la impunidad.
P. Respecto a esa impunidad, quienes argumentan que Estados Unidos deber¨ªa recuperar un papel m¨¢s activo se topan con la r¨¦plica de que no hay que ejercer de polic¨ªa del mundo.
R. Los que creemos que EE UU tiene un papel de liderazgo que cumplir en el sistema internacional de derechos humanos, o en contra de los genocidios. Jam¨¢s pensar¨ªamos en EE UU como un polic¨ªa del mundo. Esa es una caricatura de Trump. S¨¦, por experiencia de primera mano como embajadora ante Naciones Unidas, que muy pocas cosas ocurren sin un primer movimiento que catalice al resto. Hace falta ese pa¨ªs que catalice en materia de cambio clim¨¢tico o de refugiados. Estados Unidos no debe ser el polic¨ªa del mundo, no es tremendamente bueno en eso, pero, ?deber¨ªa, por ejemplo, convocar una reuni¨®n del Consejo de Seguridad [de la ONU] para coordinar una acci¨®n global ante una pandemia? ?Deber¨ªa dar la bienvenida si Angela Merkel decide asumir el liderazgo en la distribuci¨®n de la vacuna? Desde luego. Si las democracias no dan un paso al frente y organizan coaliciones sobre los problemas del mundo, te vas a encontrar a un pa¨ªs como China tomando ese puesto. Tiene recursos. Acaban de superar a EE UU en n¨²mero de embajadas y consulados. En algunos aspectos [ese protagonismo de China] puede ser bueno, pero ellos no van a influir en la defensa de los derechos humanos.
P. ?No cree que guerras interminables como la de Afganist¨¢n, o conflictos tan complejos como Irak, han erosionado el apoyo de los ciudadanos estadounidenses a una mayor implicaci¨®n internacional?
R. S¨ª, pero, de nuevo, hay que distinguir entre la fatiga de la gente con las guerras a la fatiga por la implicaci¨®n internacional, lo que quiere Trump es que las mezclemos. Uno de los motivos por los que tuvo ¨¦xito es ese sentimiento hacia las guerra de Irak y Afganist¨¢n, pero lo que Biden tendr¨¢ que hace si sale elegido presidente es separar el uso de la fuerza militar con otras medidas como, por ejemplo, el despliegue de diplom¨¢ticos en un pa¨ªs para mediar en un conflicto o proporcionar apoyo econ¨®mico o t¨¦cnico a un pa¨ªs como Sud¨¢n. Hay una tonelada de cosas que Estados Unidos puede hacer para ayudar a la estabilidad global. Nuestra pol¨ªtica exterior ha estado sobremilitarizada. Todav¨ªa a d¨ªa de hoy, con Trump, tenemos fuerzas desplegadas en un 40% de los pa¨ªses involucradas en alg¨²n tipo de actividad antiterrorista.
P. En su libro aborda el conflicto de Siria, sus discrepancias con la Administraci¨®n de Obama tras el ataque con armas qu¨ªmicas de Bachar el Asad a la poblaci¨®n civil. [Obama se desdijo de lo que hab¨ªa se?alado como una l¨ªnea roja al r¨¦gimen y decidi¨® no responder]. ?Cree que fue el mayor fallo en pol¨ªtica exterior de su Gobierno? ?M¨¢s que Libia?
R. Cada crisis que Obama afront¨® fue muy dif¨ªcil por diferentes razones. A¨²n vivimos con los efectos colaterales de Siria, aqu¨ª y en Europa, la crisis migratoria, el giro europeo a la derecha explotando esa crisis, el auge del Estados Isl¨¢mico... La devastaci¨®n causada por El Asad se recordar¨¢ por generaciones. Antes de cargar a alguien con la culpa, hay que recordar c¨®mo era la situaci¨®n entonces. Cuando Obama quiso usar la fuerza tras un ataque con armas qu¨ªmicas en agosto de 2013, Espa?a y muchos de nuestros amigos europeos no quer¨ªan tener nada que ver. Se opon¨ªan, no lo dec¨ªan p¨²blicamente pero s¨ª entre bambalinas. Desde mi punto de vista, con todo el da?o que hizo, creo que s¨ª se deber¨ªa haber intentando convencer a El Asad de que no pod¨ªa librarse de toda responsabilidad hiciera lo que hiciera, y que al menos se hubiese tenido que tomar alguna medida aunque fuera limitada, como lo que buscaba Obama. Aunque, con humildad, hay que reconocer que no est¨¢ claro que una actuaci¨®n limitada hubiese disuadido a El Asad.
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