La guerra interminable de EE UU

La guerra de Afganist¨¢n ha durado ¡ªhasta ahora¡ª tanto como la guerra de Secesi¨®n norteamericana, la guerra contra Espa?a donde este ¨²ltimo pa¨ªs perdi¨® Cuba, la Primera Guerra Mundial, la Segunda Guerra Mundial y la Guerra de Corea juntas. El conflicto ha costado ¡ªhasta hora¡ª un bill¨®n de d¨®lares. Y, hasta ahora, han muerto 2.400 militares estadounidenses y miles de ciudadanos afganos. El Pent¨¢gono ha ordenado lanzar m¨¢s bombas sobre aquel pa¨ªs que en cualquiera de las guerras anteriores. Hasta ahora.

El siete de octubre de 2001, el entonces presidente de Estados Unidos, George W. Bush, anunciaba su decisi¨®n de invadir Afganist¨¢n tras acusar a los talibanes de cobijar a Osama Bin Laden y a importantes figuras de Al Qaeda vinculadas a los ataques terroristas del 11 de septiembre. Han pasado 18 a?os y parece claro que Estados Unidos no logra una soluci¨®n para el pa¨ªs centroasi¨¢tico y que solo le quedar¨ªa elegir el momento en que aceptar que la victoria es inalcanzable y proclamar que ha perdido la guerra.

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Una paz lejana

De los cinco grandes conflictos que Estados Unidos ha librado tras el final de la Segunda Guerra Mundial, los distintos comandantes en jefe del pa¨ªs tan solo han ganado la conocida como Guerra del Golfo. No se pudo cantar victoria ni en Corea ni en Vietnam. Por supuesto tampoco en Irak. Ni se vislumbra posible en el caso de Afganist¨¢n.

Tan largo est¨¢ siendo el conflicto que quiz¨¢ ya ha llegado el d¨ªa en que uno de los soldados que regresen a casa en un ata¨²d de pino no hubiera nacido cuando se derrumbaron las Torres Gemelas hace 18 a?os. Si en algo acert¨® Trump antes de convertirse en presidente de la naci¨®n fue en etiquetar a la guerra en Afganist¨¢n como ¡°un caos¡± y ¡°un desastre total¡±.

Aunque como relata Stephen Walt en Foreing Policy, ¡°la debacle afgana no es, estrictamente hablando, una derrota militar¡±. ¡°Los talib¨¢n no han derrotado al Ej¨¦rcito estadounidense en un enfrentamiento a gran escala o causado el derrumbamiento de estas mismas fuerzas¡±. Para este profesor de Harvard, la no declarada derrota de Estados Unidos en Afganist¨¢n hay que inscribirla dentro del marco de pensamiento del general prusiano Carl von Clausewitz, que entiende que 18 a?os de guerra para ¡°construir una naci¨®n¡± no han producido el objetivo pol¨ªtico que pretend¨ªan los diferentes l¨ªderes estadounidenses a lo largo de estas casi dos d¨¦cadas.

Lo que parece obvio es que si los m¨¢s de 100.000 soldados estadounidenses que envi¨® el Pent¨¢gono entre 2010 y 2012 durante la presidencia de Barack Obama no pudieron derrotar a los talibanes es muy poco probable que los actualmente 14.000 desplegados en Afganist¨¢n en estos momentos puedan tener alg¨²n ¨¦xito. Los talibanes actualmente controlan un 46% del territorio del pa¨ªs, m¨¢s espacio que en ning¨²n otro momento desde el anuncio de la invasi¨®n en 2001.

La ruptura de las negociaciones a principios de septiembre entre Estados Unidos y la guerrilla talib¨¢n ¡ªtras un largo a?o de negociaciones en Qatar¡ª, dejaba las conversaciones tocadas ¡°de muerte¡±, seg¨²n declar¨® el propio Trump. La retirada de unos 5.000 de los 14.000 soldados que Washington a¨²n tiene desplegados, en el plazo de cinco meses, quedaba en el aire.

Sin duda era poco usual la decisi¨®n de Trump de invitar a los islamistas a visitar Camp David justo tres d¨ªas antes del decimoctavo aniversario de los atentados del 11-S. Pero Trump vio en la futura fotograf¨ªa una buena oportunidad de la que sacar r¨¦ditos electorales, a pesar de que el conflicto con Afganist¨¢n nunca ha estado en la agenda del presidente (ni siquiera ha visitado a las tropas destacadas en aquel pa¨ªs). Un portazo de ¨²ltima hora v¨ªa Twitter del comandante en jefe de Estados Unidos devolv¨ªa a la guerra de Afganist¨¢n el estatus de contienda que no se sabe c¨®mo ganar.

Desde entonces, el pa¨ªs que solo ha conocido la guerra durante los ¨²ltimos 40 a?os ha vivido algunas de las jornadas m¨¢s violentas desde que comenzara la contienda. A finales de la semana pasada, Afganist¨¢n viv¨ªa unas nuevas elecciones presidenciales, los cuartos comicios desde la ca¨ªda del r¨¦gimen talib¨¢n en 2001, celebrados entre las amenazas de los islamistas de boicotear el proceso, que consideran como una farsa orquestada por Estados Unidos.

Pete Buttigieg, joven aspirante a la nominaci¨®n dem¨®crata para la Casa Blanca, estuvo destinado en Kabul durante siete meses en 2014 dentro de la reserva de la Armada. Para el alcalde de South Bend, Indiana, lo que hay que hacer con Afganist¨¢n es ¡°cerrar el asunto r¨¢pidamente¡±. ¡°Es lo ¨²nico en lo que deber¨ªa de coincidir todo el mundo, dem¨®cratas, republicanos y el Gobierno afgano¡±. Suceda lo que suceda en las presidenciales de 2020, Buttigieg quiere jubilarse en 2054, el a?o en que cumplir¨¢ 72. E insiste en que para entonces, desea regresar a Afganist¨¢n como un civil. ¡°Mi esperanza es que para 2054 pueda visitar Afganist¨¢n como un turista, es un pa¨ªs muy hermoso con gente extraordinaria¡±, explicaba el alcalde en una entrevista con CBS. ¡°Todos tenemos inter¨¦s en que exista paz y estabilidad en aquel lugar¡±.