Qu¨¦ pasa si Trump no reconoce una victoria de Biden
El presidente puede litigar contra el escrutinio si pierde, pero tendr¨¢ que irse si no le nombra el Colegio Electoral. La pelea por la presidencia acaba el 20 de enero
El escrutinio no est¨¢ cerrado, pero a medida que avanza en favor del candidato dem¨®crata, Joe Biden, algunos visualizan ese momento nixoniano en el que un equipo de l¨ªderes con peso llega al Despacho Oval de la Casa Blanca para decirle a Donald Trump: ¡°Se?or presidente, esto se ha acabado¡±. As¨ª ocurri¨® con la visita que el senador Barry Goldwater y varios l¨ªderes republicanos hicieron a Richard Nixon en 1974 y que fue el empuj¨®n final para que el presidente dimitiera por el esc¨¢ndalo del Watergate.
Desde George Washington (1789-1797), todos los presidentes han cedido el poder al ganador de las elecciones sin resistencia. Pero la ret¨®rica incendiaria del presidente Donald Trump sobre un supuesto fraude electoral suscita la duda sobre si optar¨¢ por el camino de no aceptar el resultado final si la victoria se decanta en favor de su contrincante dem¨®crata. Esa posibilidad es imaginable tras lo vivido en los ¨²ltimos d¨ªas, con un presidente autoproclam¨¢ndose ganador de unas elecciones sin el escrutinio concluido y posteriormente asegurando que hay fraude en todos los lugares en los que ¨¦l no ha ganado o ha perdido la ventaja inicial que ten¨ªa antes de contarse las papeletas por correo, m¨¢s favorables a los dem¨®cratas.
Donald Trump habla de votos legales y votos ilegales para agarrarse a un segundo mandato que parece escaparse de sus manos. As¨ª que, vistos los antecedentes, es previsible que contin¨²e con la batalla legal que ya ha iniciado para discutir el escrutinio en varios Estados y mantenga su campa?a de acusar a los dem¨®cratas de robarle la reelecci¨®n.
En ning¨²n sitio est¨¢ escrito que deba haber un discurso de concesi¨®n de la victoria a un oponente, pero lo que no est¨¢ sujeto a las interpretaciones trumpistas y recoge la Constituci¨®n es que el primer lunes despu¨¦s del segundo mi¨¦rcoles de diciembre, en el caso de este a?o el d¨ªa 14, los miembros del Colegio Electoral de los 50 Estados ¡ªm¨¢s el Distrito de Columbia¡ª deciden qui¨¦n ser¨¢ el pr¨®ximo presidente ateni¨¦ndose a los votos logrados por los candidatos en cada territorio. Adem¨¢s, el pr¨®ximo 3 de enero inicia las sesiones el nuevo Congreso, y el d¨ªa 6 de ese mes, la C¨¢mara de Representantes y el Senado se reunir¨¢n para certificar qui¨¦n es el nuevo presidente de EE UU. La toma de posesi¨®n es el 20 de enero.
En todas las elecciones de la era contempor¨¢nea, el proceso se ha cumplido sin mayores incidentes. Pero la actitud del actual presidente despierta dudas.
Puede que Trump nunca haga la llamada de rigor a Biden para decirle, en un pacto de caballeros, que ha perdido y que la victoria es del dem¨®crata, si as¨ª lo determina finalmente el escrutinio.
Puede que el entorno del mandatario ¡ªde momento casi todo el Partido Republicano, salvo contadas excepciones, que ha evitado pronunciarse en contra de la ofensiva de Trump de cuestionar la base del sistema democr¨¢tico¡ª tenga la tentaci¨®n de entorpecer el acceso de un equipo de transici¨®n de Biden a la Casa Blanca hasta el ¨²ltimo segundo de su mandato, o incluso de boicotear el d¨ªa de la inauguraci¨®n. Todo esto lo puede hacer Donald Trump sin entrar en la ilegalidad, aunque rompa con d¨¦cadas de tradici¨®n. Lo que no puede hacer es permanecer ni un segundo m¨¢s en la Casa Blanca despu¨¦s del mediod¨ªa del 20 de enero si no es nombrado presidente por el Colegio Electoral. Cierto es que si la elecci¨®n es muy ajustada, Trump, como ya est¨¢ haciendo, va a recurrir a un ej¨¦rcito de abogados y seguir¨¢ incendiando las redes y los ¨¢nimos en Twitter o cualquier plataforma que le sirva de altavoz, y recurrir¨¢ a sus aliados republicanos en Estados claves en los comicios para rechazar el resultado.
Tirar la toalla
En este sentido, aunque los delegados al colegio electoral de cada Estado son de ambos partidos y su voto lo conceden tradicionalmente al ganador en su territorio, cabe la posibilidad de que los legisladores estatales republicanos en lugares como Pensilvania, M¨ªchigan y Wisconsin opten esta vez por declarar que apoyar¨¢n a Trump. Los gobernadores de estos Estados podr¨ªan legalmente interponerse en su camino, llevando ante el nuevo Congreso una lista de electores que apoyen a Biden, pero todo ello abre un escenario de caos en el proceso.
Ha habido otros candidatos que han afrontado una dura batalla por la elecci¨®n, como Richard Nixon en 1960 y Al Gore en 2000. Pero ambos acabaron concediendo la victoria a su contrincante sin forzar el proceso. Nixon desisti¨® de pelear los resultados de Illinois, a pesar de la sospecha de fraude, dejando v¨ªa libre a John F. Kennedy y evitando una agria pelea ¡ªel margen de victoria de Kennedy en el Colegio Electoral le garantizaba de todas maneras la elecci¨®n¡ª. En el caso de Gore, el dem¨®crata acept¨® la dura decisi¨®n del Tribunal Supremo que par¨® el recuento en Florida y tir¨® la toalla frente a George W. Bush incluso antes de que se reuniera el Colegio Electoral.
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