Trump se enroca ante el avance de Biden
El republicano ha llevado sus acusaciones de fraude hasta el punto de poner en tela de juicio el sistema democr¨¢tico de EE UU
Donald Trump se encastilla en la Casa Blanca conforme el avance del escrutinio coloca al dem¨®crata Joe Biden a un paso de la victoria en las elecciones presidenciales. Los conteos de votos de las ¨²ltimas horas han arrojado se?ales tan elocuentes que el vicepresidente de la era Obama empieza a recibir ya felicitaciones de sus seguidores. Con el 95% escrutado, se puso a la cabeza en Pensilvania, y, si amarra este Estado, ya es vencedor. Sus ¨²ltimas apariciones p¨²blicas, centradas en apelar a la concordia, le otorgan un perfil presidencial. El presidente republicano reaccion¨® con una huida hacia adelante: ha generalizado sus infundadas acusaciones de fraude hasta el punto de poner en tela de juicio todo el sistema de la primera democracia del mundo.
¡°Mi estilo a la hora de negociar es bastante sencillo y directo. Salgo muy arriba y simplemente empujo, empujo y empujo hasta que consigo lo que estoy buscando. A veces me planto por menos de lo que buscaba, pero en la mayor¨ªa de casos consigo lo que quiero. M¨¢s que nada, creo que la habilidad de la negociaci¨®n es algo con lo que naces, est¨¢ en tus genes. No lo digo desde un punto de vista eg¨®latra. No consiste en ser brillante. Requiere cierta inteligencia, pero se trata sobre todo de instinto¡±.
En The art of the deal (El arte de la negociaci¨®n), de 1987, un treinta?ero Donald Trump, ya entonces conocido tibur¨®n inmobiliario de Manhattan, traza un retrato descarnado de s¨ª mismo, no tanto por la rigurosa veracidad de cada uno de los episodios que relata, sino porque es ese el relato que quiere ofrecer al mundo, el aspecto con el que quiere ser visto. M¨¢s que manuales de pol¨ªtica, libros de historia presidenciales o teor¨ªas sobre el populismo en Occidente, para entender lo que ha pasado en los ¨²ltimos cuatro a?os en Estados Unidos no hay mejor texto que esas memorias, en las que el hoy presidente explica que golpe¨® a su profesor de m¨²sica en la escuela elemental porque consider¨® que el docente ¡°no sab¨ªa nada¡± de la materia. ¡°Era un ni?o muy asertivo¡±, dice, era ¡°un l¨ªder en mi barrio¡±.
El l¨ªder de Jamaica Estates, una zona acomodada del multicultural distrito de Queens, en Nueva York, es perfectamente reconocible estos d¨ªas. El hijo de un vendedor de Chevrolets del Estado de Delaware, un hombre de 77 a?os quintaesencia del establishment de Washington, le est¨¢ ganando la carrera en las elecciones presidenciales y Trump empuja, empuja y empuja intentando conseguir lo que quiere.
Joe Biden acaricia la victoria y camina hacia la Casa Blanca, una meta por la que lleva luchando toda su vida, tras ponerse en cabeza en los cuatro Estados clave que ultiman el escrutinio de los votos: Arizona, Nevada, Georgia y Pensilvania. Solo este ¨²ltimo ya le dar¨ªa la presidencia. Otro a¨²n pendiente de declarar vencedor, Carolina del Norte, sit¨²a a Trump por delante, pero no compensa la posible derrota en el resto. Con esta fotograf¨ªa fija, el vicepresidente de la era Obama no solo recuperar¨ªa los tres territorios del cintur¨®n industrial que condenaron a Hillary Clinton a la derrota hace cuatro a?os (M¨ªchigan, Wisconsin y Pensilvania), sino que ganar¨ªa para los dem¨®cratas Arizona y un feudo tan conservador como la sure?a Georgia, que no elige a un presidente dem¨®crata desde 1992.
Las autoridades de este Estado anunciaron el viernes que proceder¨¢n a un recuento, dadas las estrechas diferencias entre Trump y Biden, algo que muchos territorios hacen de forma autom¨¢tica para cerciorarse del resultado cuando la ventaja es m¨ªnima. ¡°Est¨¢ demasiado re?ido para declarar un vencedor. De unos cinco millones de votos, tendremos un margen de unos miles¡±, dijo el secretario de Estado, Brad Raffensperger. Acto seguido, el presidente escribi¨® en su cuenta de Twitter: ¡°?D¨®nde est¨¢n las papeletas de los militares que faltan en Georgia? ?Qu¨¦ les ha pasado?¡±.
As¨ª, agit¨® de nuevo, sin base, una supuesta irregularidad en el proceso electoral, esta vez, a cuenta de los votos de los miembros del Ej¨¦rcito, que se suponen m¨¢s favorables al republicano. El magnate neoyorquino gan¨® all¨ª con una diferencia de cinco puntos porcentuales respecto a Clinton, pero en un a?o con las mayores movilizaciones contra el racismo en medio siglo, el auge del voto negro ha podido firmar su sentencia.
Conforme avanza el escrutinio, el dem¨®crata se acerca m¨¢s y m¨¢s a la victoria; y Trump, al esperpento. El presidente compareci¨® el jueves por la tarde en la sala de prensa de la Casa Blanca y lanz¨® una bomba de racimo sobre la legitimidad del sistema electoral de Estados Unidos, sobre las autoridades de los territorios que dan la victoria a Biden y sobre el propio candidato rival. El presidente acus¨® a Biden de querer ¡°robar¡± las elecciones presidenciales gracias a ¡°votos ilegales¡±. Ni aport¨® pruebas ni cit¨® incidente alguno ni explic¨® por qu¨¦ ha llegado a esa grave conclusi¨®n. Cuestion¨®, en resumen, la legitimidad de la propia democracia estadounidense.
Escrutinio
Trump critica que se cuenten votos despu¨¦s de la jornada electoral ¡ªalgo completamente habitual¡ª porque conforme se procesan las papeletas, va perdiendo fuelle. El motivo es que varios Estados ¡ªentre ellos, Pensilvania, M¨ªchigan y Wisconsin¡ª procesan primero los votos presenciales y, luego, los anticipados y enviados por correo. Y este tipo de sufragio ha batido un r¨¦cord en estas at¨ªpicas elecciones de la pandemia. M¨¢s de 100 millones de estadounidenses hab¨ªan votado ya el d¨ªa que abrieron las urnas. Como los anticipados son mayoritariamente dem¨®cratas, la imagen del escrutinio la noche electoral era m¨¢s favorable para el presidente, que estaba a la cabeza en Wisconsin y M¨ªchigan, pero luego Biden fue mejorando y se acab¨® embolsando esos dos territorios clave. La misma tendencia que en Pensilvania.
El Partido Republicano, que ha cerrado filas en torno a Trump durante cuatro a?os, guarda las distancias para disgusto del presidente y su entorno. ¡°?D¨®nde est¨¢ el Partido Republicano? Nuestros votantes nunca lo olvidar¨¢n¡±, escribi¨® uno de sus hijos, Eric Trump, en su cuenta de Twitter, aunque lo borr¨® enseguida. Su hermano mayor, Donald Trump J¨²nior, tambi¨¦n critic¨® la ¡°falta de acci¨®n¡±. El viernes, el l¨ªder de los republicanos en el Senado, Mitch McConnell, evit¨® sumarse a las acusaciones de fraude, aunque asumi¨® el lenguaje de Trump al defender el recuento de los ¡°votos legales¡±.
Mientras, Biden sigue escenificando una actitud de victoria. El dem¨®crata pronunci¨® este viernes (madrugada del s¨¢bado en Espa?a) un ¡°discurso a la naci¨®n¡± acompa?ado de la candidata a la vicepresidencia, Kamala Harris, en una se?al de que espera ser declarado formalmente vencedor muy pronto. En una rueda de prensa, la presidenta de la C¨¢mara de Representantes, la veterana dem¨®crata Nancy Pelosi, se refiri¨® a Biden como ¡°presidente electo¡±.
Los escrutinios siguen lentos e impasibles mientras el presidente clama por que los detengan y la presi¨®n sigue en las calles. Las actualizaciones de datos en los centros electorales de Arizona o Pensilvania se siguen como el marcador de la Super Bowl, el gran acontecimiento deportivo del a?o. Uno de los dos equipos, sin embargo, ya ha avanzado que impugnar¨¢ el resultado. Es la ¨²ltima huida hacia adelante del l¨ªder del barrio de Jamaica-Queens.
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