Dimite el jefe de la polic¨ªa del Capitolio tras una oleada de cr¨ªticas por el caos

La facilidad con la que centenares de simpatizantes trumpistas asaltaron el Capitolio ha puesto bajo la lupa a las fuerzas policiales de Washington. Los responsables de seguridad del Capitolio han reconocido que no estaban preparados para contener una turba, pero voces cr¨ªticas con lo sucedido les reprochan que la manifestaci¨®n convocada bajo el lema ¡°salvemos Estados Unidos¡± estaba prevista desde hac¨ªa semanas y el tenso clima pol¨ªtico era raz¨®n suficiente para tomar fuertes medidas preventivas. Tras el alud de cr¨ªticas, Steven Sund, jefe de la polic¨ªa del Capitolio, ha presentado este jueves por la noche su renuncia al cargo.

La dimisi¨®n de Sund, el responsable de la seguridad en el edificio federal, se har¨¢ efectiva el 16 de enero. La presidenta del Congreso, Nancy Pelosi, hab¨ªa pedido su dimisi¨®n horas antes. ¡°Hubo una falla de liderazgo en la c¨²pula de la polic¨ªa del Capitolio¡±, sostuvo la l¨ªder dem¨®crata de la C¨¢mara de Representantes.

El violento episodio protagonizado en gran parte por hombres blancos tambi¨¦n ha abierto un debate racial. La respuesta de contenci¨®n policial vista este mi¨¦rcoles contrast¨® con las im¨¢genes del pasado verano, cuando las tropas de la Guardia Nacional tomaron las calles de la capital estadounidense durante las protestas contra los abusos policiales contra los afroamericanos. El propio presidente electo, Joe Biden, terci¨® en el debate al afirmar este jueves que si los asaltantes hubieran sido los manifestantes del movimiento Black Lives Matter, habr¨ªan sido tratados de manera muy diferente de la que se exhibi¨® ante la multitud de ¡°matones¡± que irrumpi¨® en el Capitolio. ¡°Eso es inaceptable¡±, dijo.

FOTOGALER?A: La invasi¨®n de los seguidores de Trump en el Capitolio

La ex primera dama Michelle Obama tambi¨¦n abord¨® el tema en un comunicado: ¡°?Y si estos agitadores se hubieran parecido a la gente que va a la Iglesia Bautista Ebenezer todos los domingos? ?Qu¨¦ habr¨ªa sido diferente? Creo que todos sabemos la respuesta¡±, cuestion¨® en alusi¨®n al templo ubicado en el barrio negro de Atlanta, donde fue predicador el reverendo Martin Luther King.

Entre los miles de simpatizantes que llegaron a Washington para ¡°luchar¡± por el mandatario saliente, Donald Trump, algunos vest¨ªan camisetas en las que se le¨ªa: ¡°Guerra Civil. 6 de enero de 2021¡±. Desde el 1 de enero, casi 1.500 publicaciones en Twitter relacionadas con el evento hac¨ªan referencia a la violencia y hubo alguno que advirti¨® de que llevar¨ªa armas. Trump se dirigi¨® a los manifestantes horas antes del asalto, agit¨® el fantasma infundado del fraude electoral, los llam¨® ¡°verdaderos patriotas¡± y les inst¨® a no rendirse. Por ¨²ltimo, les dijo que marcharan hasta el Capitolio: ¡°Ten¨¦is que mostrar fuerza y ser fuertes¡±. Pero la polic¨ªa dice que no estaba preparada.

El Capitolio tiene su propia fuerza policial, de 2.000 agentes, pero solo una parte estaba de servicio, y con el uniforme ordinario, no de antidisturbios. Se vieron r¨¢pidamente superados por los centenares de personas que derribaron el fr¨¢gil cerco de seguridad. Incluso recibieron golpes al interponerse en su camino. Cruzada esa barrera, los manifestantes treparon hasta alcanzar las ventanas y romper los cristales.

Un ¡®selfie¡¯ con un agitador

Fuentes de seguridad citadas por The New York Times argumentaron que los agentes del Capitolio estaban preparados para delimitar una manifestaci¨®n, no para repeler un ataque. Dentro del edificio, la polic¨ªa intent¨® bloquear el paso a las salas colocando muebles en las puertas y lanzando gases lacrim¨®genos. Algunos agentes sacaron sus armas para proteger el sal¨®n del pleno. Una mujer muri¨® v¨ªctima de un disparo de la polic¨ªa y otros tres manifestantes fallecieron tras ser trasladados al hospital. Las circunstancias de las muertes se investigan.

En algunas im¨¢genes en redes sociales se ve a los agentes ech¨¢ndose para atr¨¢s cuando los agitadores avanzan, ayudando a algunos para que no se hicieran da?o y a otro hasta fotografi¨¢ndose con uno de los extremistas. La alcaldesa de Washington, Muriel Bowser, solicit¨® la ayuda de tropas de la Guardia Nacional. Se tard¨® casi una hora, cuando la gravedad de la situaci¨®n era evidente, en activar a toda la Guardia Nacional de la capital.

El Departamento de Defensa hab¨ªa aprobado antes de la manifestaci¨®n desplegar a 340 miembros, pero solo de apoyo y sin armas. Por la noche, las agencias federales de seguridad movilizaron a cientos de agentes para apoyar a la polic¨ªa.

Cerca de 70 detenidos

La irrupci¨®n en el templo de la democracia de Estados Unidos se sald¨® con cerca de 70 detenidos, al menos 26 de ellos por incumplir el toque de queda que decret¨® el Ayuntamiento de Washington a partir de las 18.00 (hora local) del mi¨¦rcoles. La cifra es similar al n¨²mero de detenidos que dejaron las protestas contra el cambio clim¨¢tico lideradas por la actriz Jane Fonda en el Senado el a?o pasado. La activista y sus acompa?antes no golpearon a agentes de la polic¨ªa, ni da?aron el mobiliario urbano, ni se pasearon con la bandera confederada, s¨ªmbolo de los Estados del sur esclavista. Solo se sentaron en el suelo de la entrada al Senado con sus pancartas para movilizar a los legisladores para aprobar una agenda contra el cambio clim¨¢tico.

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