Biden y Harris alardean de unidad y gesti¨®n econ¨®mica en su primer mitin conjunto tras el relevo
Miles de personas acuden al acto a las afueras de Washington, en el que los l¨ªderes dem¨®cratas tratan de convencer a los votantes con un programa dirigido a las clases medias
En otros tiempos, un acto oficial sobre recortes de gastos farmac¨¦uticos habr¨ªa pasado casi desapercibido. En otros tiempos, hace apenas un mes, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, no habr¨ªa congregado a una multitud en un evento de esta clase. En otros tiempos, miles de personas no habr¨ªan hecho cola durante horas a pleno sol para api?arse en un pabell¨®n escolar con la esperanza de ver en carne y hueso a la vicepresidenta Kamala Harris.
Pero ya no son esos tiempos. Ahora una ola de optimismo invade las filas dem¨®cratas, ilusionadas con su nueva candidata presidencial y una serie de encuestas que apuntan que la vicepresidenta se encuentra empatada, o incluso adelanta, a su rival republicano, Donald Trump. Y miles de personas han guardado cola durante m¨¢s de dos horas ante el Prince George Community College en Largo (Maryland), a las afueras de Washington, para asistir, vociferantes, a un acto de promoci¨®n de los recortes en los costes de los medicamentos, el primero en el que comparec¨ªan juntos Harris y Biden desde que el presidente, hace tres semanas y media, renunci¨® a presentarse a la reelecci¨®n en los comicios del pr¨®ximo noviembre. En paralelo, Trump contraprogramaba convocando una rueda de prensa en su club de golf en Bedminster, en Nueva York, te¨®ricamente para hablar de la econom¨ªa.
Si nominalmente el de la escuela en Largo se trataba de un acto de promoci¨®n del acuerdo entre el Gobierno y las farmac¨¦uticas ¡ªuna reducci¨®n de los precios de una docena de los medicamentos m¨¢s caros, y m¨¢s recetados, en Estados Unidos a partir de 2026, una medida que beneficia en especial a los mayores y a la comunidad afroamericana¡ª r¨¢pidamente se convirti¨® en un homenaje a Biden y su legado. Y un alarde de la energ¨ªa de Harris, recibida entre aplausos y gritos de ¡°?Te queremos!¡±.
¡°Pocos l¨ªderes en nuestro pa¨ªs han hecho m¨¢s sobre tantas cosas, incluida la expansi¨®n de la cobertura m¨¦dica¡±, le elogiaba su vicepresidenta. ¡°?Gracias, Joe! ?Gracias, Joe!¡±, coreaba el p¨²blico en varias ocasiones.
Ba?o de multitudes
Sobre todo, el ba?o de multitudes se lo daba Harris, la gran atracci¨®n de la convocatoria. ¡°Va a ser un pedazo de presidenta¡±, aseguraba el mandatario estadounidense, despu¨¦s de que su sustituta al frente de la candidatura dem¨®crata dejase el escenario para cederle la palabra y el protagonismo. ¡°?Cuarenta y ocho! ?Cuarenta y ocho!¡±, gritaba el p¨²blico, en alusi¨®n al n¨²mero que ocupar¨ªa Harris en la lista de presidentes estadounidenses en caso de ganar.
El recinto era de aforo m¨¢s reducido de los que Harris ha abarrotado en su gira de presentaci¨®n junto a su n¨²mero dos, el gobernador de Minnesota, Tim Walz, a los que han asistido m¨¢s de 12.000 personas en cada ocasi¨®n. El pabell¨®n de la escuela era m¨¢s acorde al tipo de actos, m¨¢s reducidos, preferidos por Biden mientras encabez¨® la candidatura dem¨®crata. Pero el p¨²blico, una combinaci¨®n muy diversa de madres de familia, jubilados o incluso trabajadores que aprovechaban su rato del almuerzo, fue tanto o m¨¢s ruidoso que en los eventos de mayor tama?o.
Lo que Biden y Harris dijeran era lo de menos. El objetivo era mantener la ola de ilusi¨®n. Hacer alarde de m¨²sculo electoral. Mantener la energ¨ªa entre los votantes. Exhibir que los dem¨®cratas son los que cuentan hoy por hoy con las llaves de la Casa Blanca. Y hacer alarde de unidad tras el abrupto relevo del 21 de julio.
El acto buscaba neutralizar las protestas de un Trump que describe la sustituci¨®n de Biden por Harris como un ¡°golpe de Estado¡± y ha llegado a denunciar el cambio como ¡°inconstitucional¡±, y filtraciones sobre el malestar de Biden hacia la jerarqu¨ªa dem¨®crata ¡ªen especial, el expresidente Barack Obama y la expresidenta de la C¨¢mara de Representantes Nancy Pelosi¡ª por presionarle para que renunciase.
Con el evento, la Administraci¨®n Biden y el Partido Dem¨®crata tambi¨¦n buscaba alardear de pol¨ªtica econ¨®mica. En estas elecciones ¡ªcomo en casi todas¡ª la marcha de la econom¨ªa es la gran preocupaci¨®n de los votantes. Y una de las ¨¢reas en las que los republicanos arrancan ventaja a sus contrincantes: las encuestas consideran a Trump m¨¢s competente a la hora de gestionar la econom¨ªa que los actuales inquilinos de la Casa Blanca.
Aunque incluso en esta ¨¢rea algunos sondeos arrojan resultados positivos para los dem¨®cratas: este fin de semana, una consulta publicada por el Financial Times indicaba por primera vez que los votantes consideran a Harris m¨¢s capaz a la hora de gestionar la econom¨ªa del pa¨ªs.
Y los dem¨®cratas quieren aprovechar ese tir¨®n y marcar distancias. Presentarse como el partido que de verdad defiende a la clase media, con medidas como estos recortes farmac¨¦uticos. La vicepresidenta, que en sus actos electorales ha tenido mucho cuidado en defender sus ra¨ªces, y las de su n¨²mero dos Tim Walz, de clase media, tiene previsto presentar este viernes, en un mitin en Carolina del Norte, su plataforma econ¨®mica con la que apelar a las familias estadounidenses.
¡°Toda mi carrera he luchado para que los malos gestores rindan cuentas, y para rebajar el coste de los medicamentos con receta¡±, ha declarado Harris en el mitin. ¡°Podemos usar el poder (de los programas de salud federales) para encararnos a las grandes farmac¨¦uticas y negociar precios m¨¢s bajos¡±.
En el club de golf de Bedminster, Trump comparec¨ªa ante la prensa junto a una panoplia de productos t¨ªpicos del desayuno estadounidense: panceta, caf¨¦, galletas. La idea era remarcar lo mucho que esos alimentos se han encarecido, con gr¨¢ficos adjuntos sobre sus precios, aunque el ¨¢ngulo de las c¨¢maras de televisi¨®n solo permit¨ªa mostrar al expresidente junto a lo que parec¨ªa su compra de la semana.
En una introducci¨®n de m¨¢s de cuarenta minutos, en la que reiter¨® sus argumentos de campa?a habituales contra los inmigrantes ilegales o la supuesta falta de respeto de los Gobiernos extranjeros hacia Estados Unidos, Trump arremeti¨® una y otra vez contra Harris, a la que acus¨® de querer copiar los planes econ¨®micos de Venezuela. ¡°Lo llamamos el plan Maduro, es algo salido directamente de Venezuela o la Uni¨®n Sovi¨¦tica¡±, alegaba el candidato republicano sobre las ¡°propuestas comunistas de control de precios¡± de su contrincante dem¨®crata. Harris tiene previsto proponer en su programa econ¨®mico este viernes una prohibici¨®n federal contra la especulaci¨®n en los precios de los alimentos.
Pero Trump insist¨ªa en adherir a su rival la etiqueta de comunista: si Harris vence, ¡°todos ustedes van a acabar en un sistema comunista. Les van a arrojar a un sistema donde todo el mundo recibir¨¢ tratamiento m¨¦dico gratuito¡±, subrayaba de manera ominosa.
La presentaci¨®n del programa econ¨®mico de Harris llegar¨¢ inmediatamente despu¨¦s de la publicaci¨®n esta semana de unos datos oficiales sobre la inflaci¨®n que indican que, despu¨¦s de tres a?os en los que este fen¨®meno ha sido el gran problema de la econom¨ªa estadounidense, ya comienza a quedar bajo control. Por primera vez en ese tiempo ha ca¨ªdo por debajo del 3% y se ha situado en el 2,9%.
Pese a la menor inflaci¨®n, las familias siguen viendo unos altos precios de los alimentos, por los que pagan un 21% m¨¢s de lo que costaban hace tres a?os. Este es un dato que Trump y los republicanos no dejan de repetir en sus m¨ªtines.
La vicepresidenta, que la semana pr¨®xima aceptar¨¢ formalmente su nombramiento como candidata dem¨®crata en la convenci¨®n del partido que se inaugura el lunes en Chicago, quiere defender tambi¨¦n medidas como desgravaciones por hijos menores de edad a las familias de bajos ingresos. Este fin de semana propon¨ªa eximir de impuestos a las propinas, una medida muy popular en el sector servicios. Esa propuesta ha suscitado la ira de Trump, que se ha quejado de que ¨¦l lleva ya tiempo defendiendo ese mismo paso.
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