Los dem¨®cratas recuperan con Kamala Harris la fe en una victoria en noviembre
La vicepresidenta ofrecer¨¢ este jueves el discurso m¨¢s importante de su carrera. Con ¨¦l, aceptar¨¢ la designaci¨®n para la Casa Blanca de un partido entusiasmado y unido contra todo pron¨®stico en torno a su figura
Una hora y media en coche, si el tr¨¢fico se porta, separan Milwaukee, en Wisconsin, de Chicago, en Illinois. En t¨¦rminos cronol¨®gicos de la campa?a presidencial m¨¢s dislocada de la historia reciente de Estados Unidos, esa distancia es de 34 d¨ªas; los que han pasado entre el discurso de aceptaci¨®n como candidato de Donald Trump, al final de la ¨²ltima jornada de la Convenci¨®n Nacional Republicana, y el que la vicepresidenta Kamala Harris ofrecer¨¢ este jueves en el c¨®nclave dem¨®crata para sellar su aclamaci¨®n como l¨ªder de un partido que, gracias a ella, ha recuperado la fe en una victoria en noviembre.
Un abismo, no solo ideol¨®gico, separa tambi¨¦n ambas intervenciones. En la perspectiva Milwaukee, parec¨ªa que nada se interpondr¨ªa en el camino de regreso a la Casa Blanca de Trump, que acababa de sobrevivir d¨ªas antes a un atentado, se presentaba como un hombre nuevo y gozaba de una inyecci¨®n de popularidad. En otra demostraci¨®n de que no conviene dar nada por sentado en la pol¨ªtica estadounidense, Harris est¨¢ a punto de dar el discurso m¨¢s importante de su carrera en mitad de algo que entonces tambi¨¦n se antojaba imposible: el entusiasmo sin disimulo de los suyos, encuestas m¨¢s favorables, los indicios de que las mujeres y las minor¨ªas tal vez la empujen en su camino hacia la Casa Blanca y la unidad, forjada en un tiempo r¨¦cord, de un partido que contiene multitudes y que ha cerrado filas en torno a una improbable candidata de la que casi todos desconfiaban hace no tanto.
C¨®mo habr¨ªa sido la cita de Chicago de no haber renunciado Biden es un asunto que entretiene estos d¨ªas aqu¨ª a los amantes de la pol¨ªtica-ficci¨®n. Al resto les queda la certeza de que a finales de junio se trataba de una formaci¨®n desanimada ante la perspectiva de un candidato demasiado anciano para el puesto y que caminaba son¨¢mbula hacia un desastre en las urnas mientras resucitaban los recuerdos de la convenci¨®n de 1968, la m¨¢s convulsa de su ¨²ltimo medio siglo. Interrumpida por las protestas por la guerra de Vietnam, de aquella cita, que sirvi¨® para ver en directo c¨®mo salta un partido pol¨ªtico por los aires, sali¨® un candidato decepcionante, Hubert Humphrey, que perdi¨® estrepitosamente contra Richard Nixon.
Nadie esperaba que en los pasillos del estadio de los Bulls en el que se celebra hasta este jueves la reuni¨®n de los dem¨®cratas el recuerdo que se haya impuesto, tras tres d¨ªas de discursos triunfales, sea en realidad el de la convenci¨®n de 2008. Y no es solo porque los Obama, que empezaron all¨ª el tramo final de su viaje a la Casa Blanca, se apropiaran el martes del espect¨¢culo con sendas intervenciones que demostraron que siguen siendo los mejores oradores del partido; ni siquiera porque otro superviviente de aquellos tiempos heroicos, el artista Shepard Fairey, haya decidido arrimar el hombro adaptando con el rostro de Harris el ic¨®nico cartel en tres colores que cre¨® para aquella ocasi¨®n con la efigie de Barack Obama y la palabra ¡°Esperanza¡±, que ha sustituido por otra: ¡°Adelante¡± (Forward).
#KamalaHarrisForward I believe VP Kamala Harris and her VP pick Tim Walz are our best chance to move forward. They are our best chance to push back on encroaching fascism and threats to democracy, and our best chance for creating the world we all desire and deserve. Politics is¡ pic.twitter.com/8tTuLfIbEw
— Shepard Fairey (@OBEYGIANT) August 15, 2024
¡°Personalmente, siento algo muy parecido a lo que sent¨ª hace 16 a?os: es la sensaci¨®n de que se est¨¢ generando un movimiento en torno a la candidata¡±, consider¨® este mi¨¦rcoles en una entrevista el estratega Juan Verde, que no se ha perdido ninguna convenci¨®n desde 1992 y ha trabajado en todas las campa?as presidenciales dem¨®cratas desde Bill Clinton, tambi¨¦n en esta. ¡°Ahora bien¡±, a?adi¨®, ¡°hay una diferencia fundamental: ella lo ha logrado en un tiempo r¨¦cord, poco m¨¢s de un mes, cuando Obama dispuso de casi un a?o¡±.
Esas pocas semanas han bastado tambi¨¦n, recuerda Verde, para pacificar a una coalici¨®n que amenazaba con deslizarse hacia una guerra civil si la renuncia de Biden hubiera dejado paso a una convenci¨®n abierta. Ha sido m¨¢s bien al contrario: no hay rastro en Chicago de las luchas soterradas que plantearon los delegados de Bernie Sanders en 2016, ni el simb¨®lico gesto de Alexandria Ocasio-Cortez en 2020, cuando habl¨® durante 90 segundos para expresar su desacuerdo con la designaci¨®n de Biden. Ambos, Sanders y Ocasio-Cortez, se contaron entre las estrellas sobre la tribuna de oradores de las dos primeras jornadas.
¡°Eso demuestra que la coalici¨®n dem¨®crata cuenta con muchos l¨ªderes importantes, y no solo, como sucede con el Partido Republicano, con uno, Trump, o, como mucho, con un grupo de personas que piensan y son como ¨¦l¡±, considera la exembajadora en Espa?a Julissa Reynoso, que trabaj¨® como jefa de gabinete de Jill Biden y se ha sumado a la campa?a de Harris. ¡°La nuestra es una maquinaria con mucha capacidad de movilizaci¨®n y que sabe trabajar en una sola direcci¨®n. Conozco bien a Biden y s¨¦ que es un hombre que hace las cosas con mucho cuidado, y que cuando le cedi¨® el testigo a su vicepresidenta sab¨ªa muy bien de su capacidad para unificar el partido¡±.
Es posible que Biden lo tuviera claro, pero lo cierto es que en la perspectiva Milwaukee tampoco eso se antojaba f¨¢cil . Tal vez por ese motivo, Harris y el gobernador de Minnesota, Tim Walz, su elegido para acompa?arla en la f¨®rmula electoral como candidato a la vicepresidencia, viajaron el martes al estadio en el que Trump fue designado como candidato de su partido en la ciudad m¨¢s poblada de Wisconsin, Estado que ser¨¢ de nuevo decisivo en las urnas, para ofrecer un mitin con dos objetivos: reconquistar ese espacio y esa ciudad y corroborar que la asistencia a los actos electorales dem¨®cratas (18.000 personas, seg¨²n la campa?a) registra cifras impensables hace solo dos meses, cuando Biden era candidato.
El martes en Miwaukee una multitud aguardaba a las puertas del estadio desde m¨¢s de cinco horas antes de que la vicepresidenta empu?ara el micr¨®fono. De las conversaciones con una veintena de asistentes sali¨® el siguiente patr¨®n: predominaban las mujeres y los novatos en la experiencia de asistir a un mitin pol¨ªtico. Abundaban tambi¨¦n las camisetas con mensajes como ¡°Orgullosa dama con gatos y sin hijos¡±, en referencia a los insultos del candidato republicano a la vicepresidencia J. D. Vance a las mujeres que prefieren no ser madres, o ¡°la fiscal contra el criminal¡±, a partir del mensaje de la campa?a de Harris que recuerda su pasado como abogada y la condici¨®n de delincuente convicto de su rival.
Y eso sirvi¨® para certificar la fortuna que ha hecho otra estrategia de este nuevo Partido Dem¨®crata: tras a?os en los que eran los republicanos los que se mofaban de sus contrincantes y los que daban la imagen de ser quienes ten¨ªan el monopolio de la diversi¨®n, la campa?a de Harris ha pasado al ataque en las redes sociales, en el merchandising electoral y hasta en los discursos de la convenci¨®n (de momento, sendos chistes de los Obama ¨Dsobre la fijaci¨®n de Trump con el recuento de las multitudes, insinuaci¨®n acerca de su hombr¨ªa incluida, y sobre su tendencia a las bromas racistas¨D se llevaron la palma en la segunda jornada).
¡°El mundo ha cambiado mucho desde las ¨²ltimas elecciones, que los republicanos denunciaron sin base que se las hab¨ªan robado¡±, recuerda Verde. ¡°En el imperio de las fake news y de las medias verdades, ya no podemos esperar de los votantes, y menos de los j¨®venes, una reflexi¨®n pausada sobre las propuestas o que tengan la capacidad para contrastar las informaciones. Por eso, y siempre sin bajar al mismo nivel, la campa?a ha afilado sus mensajes en torno a dos esl¨®ganes, ¡®Adelante¡¯ y ¡®Cuando luchamos, ganamos¡¯, y una sola idea: nosotros miramos hacia el futuro, mientras ellos siguen obsesionados con el pasado¡±.
Exceso de confianza
Estos d¨ªas, en ambas ciudades del Medio Oeste ¨Dseparadas por hora y media en coche pero ba?adas por el mismo lago¨D es f¨¢cil dejarse llevar por la impresi¨®n de que ese mensaje entusiasta podr¨ªa funcionarles a los dem¨®cratas, aunque conviene recordar que las convenciones de los dos grandes partidos en Estados Unidos son enormes maquinarias de generar y vender buenas vibraciones. Tambi¨¦n, que cabe la posibilidad de que todo esto no sea, como denuncian desde el otro lado, sino la enorme prestidigitaci¨®n de los medios afines; medios como la CNN, en cuyas retransmisiones desde Chicago el j¨²bilo anda desbordado esta semana.
Para evitar el efecto no deseado de la excesiva confianza, tanto Harris como Walz advirtieron en sus intervenciones en el mitin del martes a quienes dan el triunfo por seguro que a¨²n queda mucho por hacer en los algo m¨¢s de dos meses y medio que faltan para las elecciones, m¨¢s all¨¢ del territorio amigo de la convenci¨®n y del cl¨¢sico efecto positivo de una fiesta de esta envergadura en las encuestas. Para empezar, urge lograr que se conozca, m¨¢s all¨¢ de las ¨¦lites de Washington y de la Costa Oeste y de las huestes entregadas de Hollywood, la verdadera personalidad y las propuestas de la candidata inesperada, que, adem¨¢s, vive atrapada en lo que el novelista Joseph Heller definir¨ªa como la imposibilidad de una ¡°trampa 22¡±: tiene que venderse como una alternativa mas ilusionante que Biden, pero sin traicionar demasiado su legado. El discurso que se dispone a dar este jueves en Chicago, el m¨¢s importante de su vida pol¨ªtica, ser¨¢ crucial para empezar a deshacer ese nudo gordiano.
Siga toda la informaci¨®n de las elecciones en Estados Unidos en nuestra newsletter semanal.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.