¡°No se trata de forzar a las ni?as a estudiar una carrera cient¨ªfica, sino de que sepan que pueden cursarla¡±
Este jueves 11 de febrero se celebra el D¨ªa de la Ni?a y la Mujer en la Ciencia. La invisibilidad de las cient¨ªficas y los estereotipos explican por qu¨¦ las menores estudian menos STEM
Delia Castellano trabaja como cient¨ªfica desde hace una d¨¦cada en el centro de investigaci¨®n del Hospital La Fe de Valencia. A d¨ªa de hoy puede considerarse afortunada porque ha conseguido, despu¨¦s de un duro camino, cierta estabilidad laboral en un entorno muy precarizado. ¡°La investigaci¨®n est¨¢ muy mal en general, as¨ª que imag¨ªnate para las mujeres¡±, dice. Para Castellano hay un problema de base que afecta a todos los centros de investigaci¨®n en Espa?a: la ciencia, en general, no es visible y la profesi¨®n de investigador es muy precaria. ¡°Los gobie...
Delia Castellano trabaja como cient¨ªfica desde hace una d¨¦cada en el centro de investigaci¨®n del Hospital La Fe de Valencia. A d¨ªa de hoy puede considerarse afortunada porque ha conseguido, despu¨¦s de un duro camino, cierta estabilidad laboral en un entorno muy precarizado. ¡°La investigaci¨®n est¨¢ muy mal en general, as¨ª que imag¨ªnate para las mujeres¡±, dice. Para Castellano hay un problema de base que afecta a todos los centros de investigaci¨®n en Espa?a: la ciencia, en general, no es visible y la profesi¨®n de investigador es muy precaria. ¡°Los gobiernos dan poco dinero para conceder proyectos pero es que, adem¨¢s, no hay mecanismos para facilitar las contrataciones, para distribuir correctamente ese dinero. Hay que romper con el esquema de c¨®mo se contrata al personal investigador¡±. El periplo para lograr el reconocimiento de su puesto como investigadora termin¨® en enero de 2021 con una sentencia que ha creado un precedente para futuros investigadores al reconocer que lo que hace son funciones estructurales, admitiendo adem¨¢s su antig¨¹edad desde 2009, que es cuando comenz¨® a trabajar en el centro encadenando proyectos y contratos.
La precariedad de la ciencia no es la ¨²nica barrera. El g¨¦nero marca un plus de dificultad: faltan referentes femeninos y las mujeres que llegan a la ciencia se encuentran con las barreras habituales de los entornos que han sido hist¨®ricamente masculinos, incluida la ceguera hacia la maternidad y los cuidados. Seg¨²n explica Carmen Fenoll, investigadora y presidenta de la Asociaci¨®n de Mujeres Investigadoras y Tecn¨®logas (AMIT), las mujeres que logran acceder a la ciencia se encuentran con entornos acad¨¦micos hostiles, todav¨ªa plagados de estereotipos y sesgos inconscientes contra su capacidad, que dificultan su progreso de un modo sutil pero efectivo. ¡°Muchas abandonan y otras se quedan estancadas y nunca consiguen desarrollar su potencial. Por eso solo ocupan en torno al 20% de las plazas de mayor nivel profesional en la investigaci¨®n y su participaci¨®n en el liderazgo y la toma de decisiones en ciencia sigue siendo anecd¨®tica. Con esto se cierra un c¨ªrculo pernicioso de invisibilidad que est¨¢ siendo muy dif¨ªcil de romper, pese a los innegables avances legislativos conquistados en los ¨²ltimos a?os¡±, se?ala.
El inicio de la pandemia hizo visible lo que ya era evidente: la maternidad y los cuidados suponen un freno o, incluso, el abandono de las carreras cient¨ªficas. El documento G¨¦nero y ciencia frente al coronavirus, elaborado por la Unidad de Mujeres y Ciencia del Gabinete del Ministro de Ciencia e Innovaci¨®n, se?ala el mayor impacto que el confinamiento derivado de la pandemia ha tenido en c¨®mo sostienen las mujeres la vida familiar y la vida laboral: su tiempo dedicado a actividades dom¨¦sticas y los cuidados triplicaba el de los hombres. Ellos pueden ser padres sin que se les note la paternidad. ¡°La desigual disponibilidad de tiempo para dedicar a la ciencia entre hombres y mujeres hab¨ªa sido ya puesta de manifiesto en las investigaciones sobre g¨¦nero y ciencia. En esta ocasi¨®n, se ha hecho evidente en un corto espacio de tiempo. Tras algo m¨¢s de dos meses de confinamiento, declaraciones de editoras y editores de revistas acad¨¦micas advierten de diferencias significativas en el n¨²mero de art¨ªculos recibidos durante el confinamiento firmados por hombres y mujeres: ¡°ellos han tenido m¨¢s tiempo para publicar¡±. En un modelo de carrera competitiva donde el n¨²mero de publicaciones es uno de los mayores activos, el confinamiento ha permitido acumular puntos en la carrera por la ¡°productividad¡± a quien no tiene que conciliar, a quien ha tenido tiempo disponible y de calidad para escribir, lo cual supone un agravio comparativo evidente y una forma de discriminaci¨®n indirecta hacia las cient¨ªficas¡±, expone el informe del Ministerio.
Para Delia Castellano este es un aspecto complejo de abordar. ¡°Durante una baja por maternidad, t¨² no est¨¢s en el laboratorio. Pasa el tiempo del proyecto y t¨² no publicas, no colaboras, no obtienes resultados. No hay nadie que te reemplace y el proyecto puede caerse y otro a?o, no te lo dan. Esto cambiar¨ªa si hubiera otro sistema de contrataci¨®n muy distinto¡±. Y eso afecta tambi¨¦n a lo que se?alaba Carmen Fenoll: hay muy pocas mujeres con puestos de responsabilidad. ¡°Si t¨² decides dedicarte m¨¢s a tu familia al final tienes que optar por trabajos m¨¢s de base, m¨¢s t¨¦cnicos, que te ayudan a compaginar la vida y el trabajo. No puedes apuntar alto a nivel profesional, porque son tareas que ocupan muchas horas, que exigen mucho de nosotras. Tienes que tomar una decisi¨®n y pensar que, si quieres dedicarte a la maternidad, lo laboral va a mermar¡±, cuenta Castellano.
Sin referentes para las ni?as: cient¨ªficas invisibles y poco reconocidas
Sin olvidar que debe mejorar la situaci¨®n de las cient¨ªficas de hoy, desde diferentes organismos y asociaciones buscan inspirar en las ni?as vocaciones cient¨ªficas. En 2015, la Asamblea General de las Naciones Unidas proclamaba el 11 de febrero el D¨ªa Internacional de la Mujer y la Ni?a en la Ciencia. El objetivo es incentivar la participaci¨®n de las mujeres y las ni?as en la ciencia desde la igualdad de oportunidades y el empoderamiento. En Espa?a nac¨ªa un a?o despu¨¦s la iniciativa 11 de febrero, formada por un grupo de personas del ¨¢mbito cient¨ªfico, para promover y aunar todas aquellas actividades que den visibilidad al trabajo de las cient¨ªficas y puedan allanar el camino de esa presencia de las mujeres en las carreras STEM (Ciencia, Tecnolog¨ªa, Ingenier¨ªa y Matem¨¢ticas, por sus siglas en ingl¨¦s).
Seg¨²n una de las portavoces de la iniciativa, se busca visibilizar a todas esas pioneras en carreras STEM que, por su g¨¦nero, han sido (y siguen siendo) totalmente olvidadas por la historia, por los libros y por la ciudadan¨ªa en general. Adem¨¢s de darlas a conocer, buscan demostrar a las ni?as, ni?os y adolescentes que esas mujeres pudieron llegar a la ciencia en tiempos muy dif¨ªciles para la mujer; e insisten en que no s¨®lo se debe concienciar a las ni?as, tambi¨¦n los ni?os deben conocer estos referentes para poder avanzar: ¡°De nada sirve empoderar a las ni?as si los ni?os siguen teniendo comportamientos machistas¡±.
Seg¨²n Carmen Fenoll, la consecuencia inmediata de la falta de im¨¢genes y referentes de mujeres (menos del 8% en los libros de secundaria) es que ni?as, ni?os y j¨®venes perciben que la ciencia es cosa de hombres. Tambi¨¦n sostiene que la sociedad, las familias y las escuelas dudan sistem¨¢ticamente de la idoneidad y capacidad de las ni?as para dedicarse a la ciencia y a la ingenier¨ªa, haciendo que estas ni?as terminen dudando ellas mismas. En 2019 solo el 28,5% de las matr¨ªculas en carreras cient¨ªficas correspond¨ªan a mujeres. Desde la iniciativa 11 de febrero insisten en que no se trata de forzar a las ni?as a estudiar carreras de STEM, sino de ¡°que vean que ellas tambi¨¦n pueden cursarlas, que no son menos inteligentes que sus compa?eros de clase y, por supuesto, que no se trata de profesiones exclusivas para hombres¡±.
Hasta hace relativamente poco a las mujeres no les estaba permitido casi nada. Era una rareza encontrar mujeres en campos relacionados con la ciencia y la tecnolog¨ªa, y mucho menos que su trabajo fuera reconocido. La historia de la ciencia ha minimizado el talento y la contribuci¨®n de las mujeres cient¨ªficas, cuando no se les ha robado directamente los galardones que les correspond¨ªan. Seg¨²n datos de Maldito feminismo, desde 1901 a 2020, se ha otorgado el Premio Nobel a 58 mujeres ¨Cy s¨®lo la mitad relacionados con la ciencia¨C frente a los 876 hombres que han recogido este premio que hoy supone reconocimiento pero tambi¨¦n la jugosa cuant¨ªa de 800.000 euros. La AMIT denunciaba en 2015 que en Espa?a las mujeres solo reciben el 7% de los premios cient¨ªficos con una dotaci¨®n econ¨®mica mayor de 100.000 euros.
Para Carmen Fenoll que tan pocas cient¨ªficas hayan pasado a la historia de la ciencia ha hecho que menos mujeres se plantearan la posibilidad de ser cient¨ªficas ellas mismas. Y eso, seg¨²n Fenoll, ha supuesto un desperdicio de talento que es imposible medir, pero que est¨¢ ah¨ª. ¡°Teniendo en cuenta que las mujeres son la mitad de la poblaci¨®n y que no son menos capaces que los hombres, no sabemos hasta d¨®nde habr¨ªa llegado ya la ciencia si no se hubiese desperdiciado tanto talento. En parte por el efecto Matilda, esta invisibilidad influye en la baj¨ªsima proporci¨®n de mujeres en las ciencias duras y algunas ingenier¨ªas en las aulas universitarias. Ellas, las ausentes, hubiesen sido las cient¨ªficas que necesitamos para construir nuestro futuro; pero no est¨¢n y no estar¨¢n¡±.
El efecto Matilda debe su nombre a Matilda Joslyn Gage, la activista norteamericana del siglo XIX que denunci¨® por primera vez que a las mujeres investigadoras se les negaban sus m¨¦ritos y la autor¨ªa de sus descubrimientos. La campa?a No more Matildas, iniciada por la AMIT, busca precisamente que se hable de ello. ¡°Muchas fueron genios e hicieron aportaciones clave para el avance del conocimiento; muchas otras consiguieron con su trabajo que la ciencia fuera cada vez mejor. La campa?a muestra que las mujeres cient¨ªficas son parte de la historia de nuestra civilizaci¨®n, aunque haya habido un intento, consciente o inconsciente, de borrarlas de ella. Y empieza a llevar la reparaci¨®n de este efecto a los libros de texto de primaria y secundaria¡±, explica Fenoll.
En el marco de la campa?a se han creado diversos materiales como v¨ªdeos, anexos para libros de textos que incluyen a grandes cient¨ªficas o una colecci¨®n de ¨¢lbumes ilustrados (Matilda Einstein, Matilda Fleming y Matilda Schr?dringer) a trav¨¦s de la cual invitan a imaginar qu¨¦ hubiera pasado si Albert Einstein, Alexander Flemin y Erwin Schr?dinger hubieran nacido mujeres. Es seguro que se hubieran convertido en Matildas y para AMIT es importante que ni?as y ni?os conozcan esta parte de la historia.
¡°No podemos aceptar que los libros con los que se educan nuestras ni?as y ni?os sigan dando una imagen distorsionada de la realidad. Adem¨¢s, la consideraci¨®n de g¨¦nero y sexo biol¨®gico en investigaci¨®n es esencial. Sin ella, ni la biolog¨ªa, ni la medicina, ni la ingenier¨ªa ni la Inteligencia Artificial pueden conseguir resultados cre¨ªbles. Desde el desarrollo de nuevos medicamentos, que sabemos que no afectan por igual a ambos sexos, hasta la inteligencia artificial, que tiene que incorporar las im¨¢genes y problemas de las mujeres para representar fielmente la realidad y por tanto ser ¨²til, la ciencia y sus aplicaciones no pueden olvidar a las mujeres, a la mitad de la humanidad. Las cient¨ªficas somos quienes hemos alertado del problema e impulsado un cambio en la forma de hacer investigaci¨®n, as¨ª de importante es que nos dediquemos a este empe?o¡±, concluye Fenoll.
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