Ciencia, ni?os y felicidad: ¡°?Por qu¨¦ los ni?os prefieren las chuches a las acelgas?¡±
El bienestar de nuestro hijo no debe ser algo circunstancial, sino algo que nace desde dentro de su personalidad y que incluso puede llegar a manejar
?Por qu¨¦ los ni?os prefieren las chuches a las acelgas? ?Y a dormir acompa?ados a dormir solos? ?Por qu¨¦ siempre eligen los columpios al colegio? ?Qu¨¦ diferencia hay entre estado de ¨¢nimo, sensaci¨®n y emoci¨®n? ?Y entre car¨¢cter, temperamento y personalidad? ?Qu¨¦ es gen¨¦tico y se hereda y qu¨¦ es aprendido o cultural? Y por ¨²ltimo: ?qu¨¦ hace a un ni?o feliz? En el fondo, todas estas preguntas, que tanto padres como educadores se hacen cada d¨ªa, se resumen en una pregunta: ?qu¨¦ podemos hacer para que la felicidad de nuestro hijo no sea algo circunstancial, sino algo que nace desde dentro de su personalidad y que incluso puede llegar a manejar? No son preguntas f¨¢ciles de contestar. Y la ¨²ltima es, en fin, particularmente espinosa.
En biolog¨ªa existe un concepto llamado Environment of Evolutionary Adaptedness (EEA), que podr¨ªa traducirse por ¡°el entorno donde evoluciona una especie¡±. Todas y cada una de las caracter¨ªsticas de un ser vivo ¨Cdesde su constituci¨®n f¨ªsica hasta su conducta, pero sobre todo c¨®mo funciona su cerebro¨C se han desarrollado durante millones de a?os para lograr una adaptaci¨®n id¨®nea a ese entorno. La meta de ese proceso es alcanzar una vida larga y sana, una reproducci¨®n exitosa y la pervivencia de la especie. Por eso, cuando existe un desajuste entre el organismo y el entorno ¨Ces decir, cuando se vive en un entorno diferente de aquel donde la especie ha evolucionado¨C aparecen los problemas.
Nuestros hijos son como camellos en el polo norte u osos polares en el desierto. Se desarrollan en un entorno muy alejado de ese donde ha evolucionado y vivido nuestra especie el 99% de su agitada existencia. En la actualidad los ni?os viven en comunidades grandes, culturalmente diversas y socioecon¨®micamente estratificadas, junto a miles de individuos no emparentados gen¨¦ticamente. Adem¨¢s, comen alimentos que hasta hace nada eran poco abundantes, est¨¢n expuestos a diferentes conjuntos de pat¨®genos que son bastante recientes ¨Ca cambio, se han controlado innumerables enfermedades¨C y mantienen patrones de actividad f¨ªsica que raramente ten¨ªan nuestros antepasados. Existe, pues, un desajuste evolutivo.
Dicho de otro modo, nuestra gen¨¦tica, que determina nuestro cerebro y su funcionamiento, se ha configurado durante millones de a?os para optimizar la supervivencia en un entorno concreto muy diferente del que vivimos. No es sencillo entender c¨®mo funciona la evoluci¨®n, pues no se percibe intuitivamente, dado que hablamos de un proceso de cientos y cientos de miles de a?os. Es complicado aceptar la explicaci¨®n de que, por ejemplo, un delf¨ªn proviene evolutivamente de un mam¨ªfero de cuatro patas que volvi¨® al mar hace cientos de miles de a?os y para sobrevivir en el nuevo medio cambi¨® las patas por aletas y subi¨® los agujeros de la nariz encima de la cabeza para poder respirar. El delf¨ªn, adem¨¢s, hace algo tan ins¨®lito como dormir con la mitad del cerebro mientras la otra permanece despierta. Las razones son evolutivas. Y aceptarlas a veces parece un acto de fe.
Ese desajuste evolutivo es la base de algunos problemas de los ni?os que vemos a nuestro alrededor, como, entre otros, obesidad infantil, mala higiene del sue?o, inactividad, ansiedad o desajustes emocionales. En Quiero que mi hijo sea Feliz, pero hago todo lo posible para evitarlo¡± , pretende? jhn
desde el punto de vista cient¨ªfico, c¨®mo se desarrollan estos problemas en nuestros hijos y c¨®mo podemos intentar solucionarlos. Para ello, a trav¨¦s de seis cap¨ªtulos, explicamos cu¨¢les son los fundamentos de ese desajuste que, en definitiva, se halla en la ra¨ªz de no pocos problemas que no por casualidad son estrictamente contempor¨¢neos.
Salvo el primero de los cap¨ªtulos, donde se explican los conceptos fundamentales que se manejar¨¢n a lo largo del libro, los dem¨¢s pueden leerse de manera individual. Todos tienen una introducci¨®n que detalla c¨®mo la naturaleza a lo largo de millones de a?os ha conformado los conceptos b¨¢sicos del tema que se trata: la alimentaci¨®n, el sue?o, el juego y las emociones. Despu¨¦s se analiza pormenorizadamente cada problema y sus posibles soluciones, avaladas por estudios cient¨ªficos de los mejores especialistas en campos como la antropolog¨ªa o la neurociencia
De esta forma, comenzamos por la alimentaci¨®n, donde se explican las causas de la obesidad infantil de las sociedades modernas, la natural preferencia de grasas y az¨²cares o algunos mitos -muchos de ellos ciertamente nocivos- sobre las dietas. El objetivo no es otro que explicar cu¨¢l es la mejor manera de fomentar costumbres alimentarias sanas en los ni?os y adolescentes para que se conviertan en h¨¢bitos saludables.
El siguiente cap¨ªtulo trata sobre el sue?o infantil, sus fundamentos y las causas de la mala higiene del sue?o en muchos ni?os. Hablamos de los despertares, pesadillas y terrores nocturnos. Se analizan los tipos de sue?o y su distribuci¨®n desde el nacimiento hasta la pubertad. Tambi¨¦n se describe la forma de mejorar la latencia de sue?o y el autoconsuelo para que los ni?os vayan as¨ª acostumbr¨¢ndose a dormir sin la presencia continua de los padres. Por ¨²ltimo, se explican los diferentes perfiles o cronotipos diurnos y nocturnos.
En el cap¨ªtulo del juego se habla de su vital importancia, en sus diferentes modalidades, para el desarrollo normal de los ni?os. La relevancia del juego al aire libre y con ni?os de diferentes edades, los componentes fundamentales de todo juego -expl¨ªcitos y sobre todo impl¨ªcitos- y un an¨¢lisis objetivo sobre el uso de dispositivos electr¨®nicos son algunos de los temas que nos sirven para comprobar por qu¨¦ el juego es parte de nuestro dise?o evolutivo.
El n¨²cleo principal del libro se desarrolla en los siguientes cap¨ªtulos, donde tratamos el mundo de la emoci¨®n en el ni?o y la influencia en su percepci¨®n de felicidad y bienestar. Para eso es fundamental saber qu¨¦ parte de su personalidad es heredada y qu¨¦ parte es adquirida por el entorno. Los diferentes rasgos de la personalidad y c¨®mo mejorarlos para que el ni?o sepa desenvolverse en el mundo, tan rico en est¨ªmulos y experiencias, son otros de los temas que usaremos para trazar un mapa de las emociones.
La reflexi¨®n final desarrolla un concepto tan ambiguo como el de la felicidad, que usamos tan frecuentemente y que est¨¢ sujeto a no pocas interpretaciones culturales, pero que, como pasa con el amor, puede explicarse mediante ciertos procesos bioqu¨ªmicos que tienen lugar en nuestro cerebro. La diferente percepci¨®n de los padres y de los ni?os sobre la felicidad, as¨ª como unos consejos para encontrar algunas pistas con las que mejorar la gesti¨®n de la adversidad, nos sirven para contestar con mayor o menor precisi¨®n a esa pregunta que nos hac¨ªamos al comienzo y cuya respuesta, sin necesidad de superficiales manuales de autoayuda o magufer¨ªas de toda ¨ªndole, podemos hallar en la ciencia.
*Mario Fern¨¢ndez es neurocient¨ªfico en la Universidad Aut¨®noma de Madrid
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.