Qu¨¦ es el apego seguro y qu¨¦ pueden hacer los padres y madres para fomentarlo

Cuando un padre hace algo y su hijo le observa se activan las mismas ¨¢reas del cerebro en ambos, favoreciendo que posteriormente el ni?o realice la misma acci¨®n. Esto es debido a la existencia de las neuronas espejo. ¡°Les ocurre a los beb¨¦s, dado que aprenden de forma impl¨ªcita. Por ejemplo, si un padre grita cuando algo le sale mal, el peque?o aprender¨¢ a expresar la frustraci¨®n tambi¨¦n gritando y cuando crezca recurrir¨¢ a los chillidos para expresar su malestar¡±, declara ...

Cuando un padre hace algo y su hijo le observa se activan las mismas ¨¢reas del cerebro en ambos, favoreciendo que posteriormente el ni?o realice la misma acci¨®n. Esto es debido a la existencia de las neuronas espejo. ¡°Les ocurre a los beb¨¦s, dado que aprenden de forma impl¨ªcita. Por ejemplo, si un padre grita cuando algo le sale mal, el peque?o aprender¨¢ a expresar la frustraci¨®n tambi¨¦n gritando y cuando crezca recurrir¨¢ a los chillidos para expresar su malestar¡±, declara Beatriz G¨®mez Herr¨¢ez, psic¨®loga sanitaria y neuropsic¨®loga. Es adecuado por parte de los padres lograr a trav¨¦s del afecto y la contenci¨®n que los hijos puedan vivir acontecimientos personales. ¡°Un proceso de regulaci¨®n y sentimiento de seguridad en los adultos puede beneficiar a sus reto?os desde su primera infancia¡±, prosigue G¨®mez Herr¨¢ez. Para la experta, la importancia de la autoestima y el convencimiento en los padres tambi¨¦n tiene que ver con el apego que permite la relaci¨®n con el entorno. Este se genera por las relaciones con ellos, que suelen ser los cuidadores principales. ¡°Los progenitores que se quieren y respetan estar¨¢n m¨¢s capacitados para crear un v¨ªnculo con sus hijos y transmitirles dicha importancia, propiciando el desarrollo de un sistema de apego seguro, a la vez que favorece una adaptaci¨®n sana y positiva al ambiente¡±, afirma G¨®mez. ¡°Se promueve tambi¨¦n el sentimiento de val¨ªa, capacidad de aceptaci¨®n de uno mismo¡±, prosigue, ¡°del mismo modo que un factor de protecci¨®n frente al desarrollo de trastornos como la ansiedad o la depresi¨®n¡±.

Seg¨²n la experta, el apego seguro se logra adem¨¢s teniendo en consideraci¨®n la relaci¨®n de los padres con los hijos. Pero, no debemos olvidar que, los progenitores son humanos: ¡°Habr¨¢ errores, pero admitirlos y aprender de ellos ser¨¢ un aprendizaje clave a nivel emocional en los hijos¡±. Existen, por lo tanto, determinados aspectos decisivos en el modo de proceder, seg¨²n explica G¨®mez:

• Lo que hacemos tiene mayor impacto en los ni?os o j¨®venes, que lo que les decimos, pero ambos comportamientos son importantes. Frente a este motivo, debemos mantener la coherencia entre lo que se dice y el modo de actuar, ya que esto promueve en los hijos mayor confianza hacia los padres.
• La expresi¨®n abierta de los sentimientos, donde no se cuestionen o invaliden los estados emocionales. Se les escucha y acompa?a para lograr comprenderlos y regularse de la mejor manera. Es decir, lo inadecuado nunca es el sentimiento, sino la conducta con que a veces se expresa.
• Atenci¨®n, afecto y disponibilidad. Los hijos tienen que sentir que los padres los miran, que son importantes para ellos y, sobre todo, que pueden contar con ellos, ya que son una figura de referencia.
• Mantener una actitud de aceptaci¨®n frente a la diferencia, es decir, asumir que cada miembro del n¨²cleo familiar puede tener opiniones o ideas diferentes, y que se traduzca a algo normal y no un signo de falta de lealtad.

Fomentar en el ni?o el sentimiento de val¨ªa y creencia personal

Cristina Hill Bestard, psic¨®loga especializada en menores y familia, asegura que diversos estudios sobre aprendizaje refrendan que los ni?os aprenden a manejar las respuestas de sus padres. ¡°Muchos progenitores por miedo a que sus hijos dejen de quererlos o que puedan actuar con desprecio, acaban dando todo aquello que su hijo demanda¡±, relata la experta. Incluso, seg¨²n mantiene, muchas madres en su consulta no entienden determinados comportamientos de sus reto?os, si ellas les proporcionan todo aquello que les piden (televisi¨®n en su habitaci¨®n, videojuegos...). La psic¨®loga asevera que un ni?o piensa en aquello que desea y hace lo posible por conseguirlo. No obstante, no puede valorar la importancia de aprender a ¡°gestionar emociones, habilidades de superaci¨®n o aspectos de razonamiento¡±. Es ah¨ª donde los padres tienen la responsabilidad de inculcarle la reflexi¨®n o valores como la empat¨ªa.

Para la experta, la falta de autoestima y confianza que puede sufrir un adulto la reciben los menores. Es muy importante la respuesta verbal y no verbal que se les ofrece. ¡°Yo siempre digo que dar todo a un ni?o, es ¡°dar nada¡± si no va unido a valores y dedicaci¨®n. Gracias a la plasticidad cerebral que presentan a esa edad, pueden captar muchas se?ales y aplicarlas en su d¨ªa a d¨ªa. Son lo que aprenden, lo que ven y lo que les transmitimos¡±, sostiene Hill Bestard. La especialista en psicolog¨ªa en menores y familias subraya que es contraproducente la comparaci¨®n en los menores. Sin embargo, la mejor ense?anza resulta promover en los hijos un sentimiento de aceptaci¨®n y amor propio que resultar¨¢ muy positivo para la autonom¨ªa personal.

Como persona que practic¨® vela y compiti¨® durante muchos a?os, Cristina Hill Bestard argumenta la importancia de la conveniencia en la pr¨¢ctica deportiva y de los valores correctamente inculcados a trav¨¦s de ella. ¡°El deporte es el reflejo de la vida. Aprendes las maneras de afrontar diferentes situaciones. A veces, somos los adultos los que nos olvidamos de esto y enfocamos la atenci¨®n en quien ha metido m¨¢s goles y lo ha hecho mejor. Por lo tanto, nos fijamos en la competitividad¡±, asevera la profesional. Del mismo modo, sugiere que es muy frecuente (casi lo primero que se hace) y poco acertado, preguntar a los ni?os por sus resultados acad¨¦micos en ex¨¢menes o trabajos. La seguridad, confianza y el sentimiento de valor que una persona, un adulto se da a s¨ª mismo, revierte en el hijo que lo observa a diario. ¡°Debemos ense?ar a querer, queri¨¦ndonos primero a nosotros mismos¡±, concluye Hill Bestard. La psic¨®loga comparte unas l¨ªneas aclaratorias sobre lo que repercute en el ni?o el centrar el foco en lo verdaderamente provechoso para su crecimiento personal:

1. Las habilidades que desarrolla un ni?o sentado en el banquillo todo un partido puede ser equivalente a no ser elegido como supervisor durante una semana en el trabajo.
2. Una peque?a discusi¨®n con un compa?ero, que debe gestionar ¨¦l solo, puede ser equivalente a las habilidades necesarias para solucionar un problema con un compa?ero del trabajo en el futuro.
3. Practicar el deporte de la vela, por ejemplo, y volcar con la embarcaci¨®n, puede suponer una gesti¨®n de emociones iguales a pinchar de mayor una rueda en la carretera.

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