12 pasos para desarrollar el apego seguro en ni?os, clave para criar hijos resilientes
El factor que determinar¨¢ c¨®mo se desenvuelven en la escuela y en la vida es la fuerza de la relaci¨®n que ¨¦l o ella tenga con el padre, la madre o cuidador principal
Tanto las madres como los padres persiguen un objetivo principal en la educaci¨®n de sus hijos: que sean felices. El objetivo est¨¢ claro pero el c¨®mo conseguirlo no es tan sencillo y no siempre sabemos c¨®mo hacerlo. La investigaci¨®n nos demuestra que aproximadamente un 60% de la poblaci¨®n tiene un apego seguro, mientras que el 40% restante tiene un apego inseguro. El objetivo de que nuestros hijos alcancen la felicidad no es exclusivo de los padres, sino que toda la sociedad deber¨ªa remar en esa misma direcci¨®n. Como reza un famoso proverbio africano ¡°para educar a un ni?o hace falta la tribu entera¡±. ?Cu¨¢nta verdad! Es por ello por lo que aqu¨ª se presentan algunas ideas que nos pueden servir para reflexionar o para poner en marcha con los m¨¢s peque?os con el objetivo de desarrollar un apego seguro en los ni?os:
1. Transmitirles protecci¨®n y seguridad: la caracter¨ªstica que mejor nos define como especie en el momento de nacimiento es la inmadurez. Somos el animal que nace m¨¢s inmaduro y el que m¨¢s tiempo necesita para valerse por s¨ª mismo. Por esa raz¨®n resulta imprescindible que, ante la inmadurez del reci¨¦n nacido, haya, al menos, una persona que se encargue de darle protecci¨®n, seguridad y cari?o. Esta figura generalmente suele ser la madre, aunque puede ser cualquier persona. Este proceso, como bien sab¨¦is, dura bastantes a?os.
2. Fomentar la autonom¨ªa: a las pocas semanas de haber nacido, el ser humano ya muestra una emoci¨®n b¨¢sica y que nos conduce hacia el aprendizaje: la curiosidad. Tan importante para el peque?¨ªn es sentirse protegido y querido como permitirle que sea curioso y fomentar su autonom¨ªa. Al principio mostrar¨¢ su curiosidad con la mirada para meses m¨¢s tarde comenzar a voltearse, reptar, gatear, andar, etc. Todo lo que est¨¢ su alrededor le llama la atenci¨®n, puesto que nunca lo ha visto, tocado o explorado.
3. Explicarles aquellos sucesos que no entiendan: ¡°mam¨¢, ?por qu¨¦ esos ni?os se est¨¢n peleando?¡±, ¡°Pap¨¢, ?por qu¨¦ Rajoy ya no es el presidente?¡± o ¡°profe, estoy muy nervioso por el examen de ma?ana¡±. ?Os suenan estas frases? Los ni?os son muy curiosos como ve¨ªamos antes y una de las funciones que tenemos que cubrir tanto familiares como maestros es la darles respuestas a sus preguntas. Debemos tener en cuenta la edad y la situaci¨®n del ni?o para adaptar nuestra respuesta.
4. Ser vistos: cuando nuestros hijos o alumnos nos dicen ¡°mam¨¢, mira lo que tengo¡± o ¡°profe, mira lo que estoy haciendo¡± quieren llamar nuestra atenci¨®n y quieren que les observemos. Piden a la figura de autoridad o de apego que le observen y que le den un feedback sobre c¨®mo lo est¨¢n haciendo. Es fundamental que nuestros hijos sean vistos y que les dediquemos suficiente tiempo de calidad.
5. Ponerles l¨ªmites de forma sensible: el establecimiento de l¨ªmites en los ni?os es un aspecto fundamental en cualquier familia. Cuando decimos ¡°no¡± a nuestros hijos o alumnos y les damos una explicaci¨®n coherente y sensible, les estamos diciendo impl¨ªcitamente ¡°no te dejo hacer esto o aquello porque te quiero¡±. Aunque nos cueste denegarles algo, es imprescindible el establecimiento de l¨ªmites para su correcto desarrollo y autoestima.
6. Sintonizar emocionalmente con ellos: ?record¨¢is c¨®mo eran las antiguas radios? Ten¨ªamos que ser muy precisos en el dial de la emisora que busc¨¢bamos para poder escucharla bien. Pues lo mismo para con las emociones de nuestros hijos. Debemos identificar bien y de forma precisa lo que necesitan o la emoci¨®n que est¨¢n experimentando. La empat¨ªa es una herramienta muy ¨²til en estas situaciones.
7. Debemos actuar de manera responsiva: Una vez que hemos sintonizado con las emociones de los m¨¢s peque?os, ya estamos en disposici¨®n de entenderles y ayudarles a recuperar la calma poco a poco. Una vez identificada la emoci¨®n en cuesti¨®n, ya podemos cubrir sus necesidades. Por ejemplo, si nuestro hijo tiene miedo a un perro que le ladra en la calle, una vez que hemos sintonizado con su miedo, seremos capaces de actuar de manera responsiva, es decir, dar respuesta a lo que ellos precisan en ese momento.
8. Respetar y permitir la expresi¨®n de sus emociones: por todo ello, es imprescindible que seamos respetuosos con las emociones que est¨¢n experimentando nuestros hijos y que permitamos la expresi¨®n de las mismas. Cualquier emoci¨®n que sientan nuestros hijos es leg¨ªtima, pero no toda conducta asociada debe ser permitida o aceptada. Por ejemplo, es comprensible y leg¨ªtimo que nuestro alumno est¨¦ enfadado por haber perdido su bal¨®n en el patio, pero eso no le da derecho a empujar a sus compa?eros de clase. Por lo tanto, la emoci¨®n siempre ha de ser permitida y legitimada, pero la conducta asociada no siempre es adecuada.
9. Mostrarnos disponibles: para que los padres, las madres y los educadores en general puedan llevar a cabo estas funciones, deben mostrarse presentes y disponibles. Es importante mostrar una actitud positiva y respetuosa con el menor, entendiendo que el proceso de aprendizaje es una carrera de fondo que requiere de mucha paciencia y perseverancia.
10. Seamos predecibles y coherentes: ?conoces a alguna persona que tiene una manera de relacionarse contigo muy cambiante? No sabemos de qu¨¦ depende, pero estas personas a veces se muestran maleducadas y fr¨ªas, y en otras ocasiones, se nos acercan de forma agradable, comunicativa y emp¨¢tica. ?Verdad que te deja una sensaci¨®n de impredecibilidad? Pues esto es lo que queremos evitar como figuras de apego de nuestros cachorros. La anticipaci¨®n, el mostrarnos predecibles y coherentes les ayudar¨¢ mucho. Por ejemplo, en el apego ansioso-ambivalente, un tipo de apego inseguro, una de las caracter¨ªsticas m¨¢s sobresalientes de estos padres es que son muy ambivalentes, es decir, responden a sus hijos de manera irregular en funci¨®n de muchas variables que se escapan al control de los ni?os.
11. Empoderamiento: es muy importante para la autoestima de nuestros peque?os (y no tan peque?os) que confiemos en que lo van a hacer bien en diferentes ¨¢mbitos (escolar, familiar, social, comportamiento, etc). En esto consiste empoderar, en creer y en confiar en nuestros hijos y alumnos. Las investigaciones llegan a la conclusi¨®n de que el factor que mejor predice la calidad de vida de nuestros hijos es la autoestima, as¨ª que animaos a fomentarla en ellos.
12. Mirada incondicional: el resumen de todos los puntos que hemos descrito es lo que conocemos como mirada incondicional. Queremos a nuestros hijos por el simple hecho de que son nuestros hijos. No hay ning¨²n condicionante que haga subir o bajar nuestro cari?o o amor hacia ellos. No queremos m¨¢s a nuestros hijos por el hecho de que saquen mejores notas ni les queremos menos por el hecho de haberla liado en una fiesta. En este punto, debemos aprender de los animales que muchos de nosotros tenemos en casa. Su mirada es incondicional.
En conclusi¨®n, aunque todo lo que acabamos de ver pueda parecer dif¨ªcil de llevar a cabo, es importante tener en cuenta que sois las mejores madres y los mejores padres que pueden tener vuestros hijos. No hay otros mejores. Por todo ello, ¨¢nimo, en la aventura de educar a vuestros peque?os cachorros.
Rafael Guerrero Tom¨¢s es psic¨®logo y Doctor en Educaci¨®n. Director de Darwin Psic¨®logos. Profesor de la Facultad de Educaci¨®n de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), de la Universidad Rey Juan Carlos y del Centro Universitario Cardenal Cisneros. Experto en Psicoterapia breve con ni?os y adolescentes. Miembro de la Sociedad Espa?ola de Medicina Psicosom¨¢tica y Psicoterapia.
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