Esta es la edad a la que tu hijo deber¨ªa salir solo de casa
Conseguir que los ni?os desarrollen la autonom¨ªa necesaria es una tarea que empieza desde peque?os
Una de las decisiones m¨¢s dif¨ªciles a la que se enfrentan los padres, tras a?os de crianza intensiva y dependencia absoluta, es la de permitir que los polluelos empiecen a volar solos. Cu¨¢ndo, c¨®mo y d¨®nde hacerlo de la manera m¨¢s segura posible, sabiendo desde el principio que no todos los ni?os est¨¢n preparados a la misma edad y que depender¨¢ de su madurez y de la autonom¨ªa que hayan ido adquiriendo, pero tambi¨¦n de otros factores como el entorno f¨ªsico y la red de apoyo con la que contemos. Lo importante es no dejar que los miedos nos lleven a sobreproteger al menor, como asegura el doctor Jes¨²s Pa?os, psic¨®logo infantil del Hospital San Rafael en Madrid: ¡°Es posible que algunas familias tiendan a sobreproteger para evitar riesgos potenciales".
Por ejemplo, el tema de las desapariciones preocupa a los progenitores. Los datos indican que en Espa?a, el 40% (2.749) de los casos activos de desaparecidos ¡ª6.801 a fecha 3 de mayo, seg¨²n datos del Ministerio de Interior¡ª corresponden a menores. Y de ellos, m¨¢s de la mitad pertenecen a ni?os y a adolescentes que se han fugado de centros de acogida, a?aden las mismas fuentes. "No podemos polarizar y destacar siempre el riesgo y el peligro. Los ni?os necesitan ganar en autonom¨ªa y en responsabilidad y para ello hay que prepararles, no hacerlo es irresponsable. Hay que ense?arles a enfrentarse a situaciones desconocidas, de forma progresiva y segura. La sobreprotecci¨®n desprotege en el futuro¡±.
Para Pa?os no es aconsejable dejar salir solos a los ni?os antes de los 12 a?os si no ha habido una preparaci¨®n previa, ya que presentan limitaciones en su capacidad de atenci¨®n, razonamiento y orientaci¨®n: ¡°No est¨¢n preparados para valorar posibles situaciones de peligro ni para reaccionar ante ellas¡±. El saber cu¨¢ndo hacerlo depende del entorno f¨ªsico (de los lugares que van a recorrer, la distancia, la iluminaci¨®n, la presencia de otras personas, la intensidad del tr¨¢fico, etc.) y de su grado de madurez. ¡°Muchos padres piensan err¨®neamente que sus hijos est¨¢n preparados para afrontar una conducta llegada una determinada edad aunque no hayan sido entrenados con anterioridad. Pero si nuestros hijos han sido preparados, la edad ya no es un factor tan determinante¡±. S¨ª lo es el desarrollo de determinadas habilidades y el aprendizaje adquirido, que se puede observar en competencias como la autonom¨ªa, la capacidad de organizaci¨®n, la destreza motora, el autocontrol o las habilidades sociales y emocionales, que ¡°son un requisito b¨¢sico para la interacci¨®n social y la convivencia y deber¨ªan de estar presentes en la educaci¨®n en la familia y en la escuela¡±, afirma Rafael Bisquerra, director del Postgrado en Educaci¨®n Emocional y Bienestar de la Universidad de Barcelona.
La manera en que los padres se aproximan a esta cuesti¨®n var¨ªa mucho de un pa¨ªs a otro. Para el psicopedagogo italiano Francesco Tonucci los ni?os deber¨ªan de poder ir solos a la escuela desde los seis a?os, y defiende que las ciudades deber¨ªan repensarse teniendo en cuenta a la infancia. Lo que a nuestros ojos puede parecer una quimera es una realidad en pa¨ªses tan cercanos como Suiza, donde se recomienda encarecidamente -y se facilita- que los ni?os adquieran esa capacidad desde una edad muy temprana. Tambi¨¦n sucede en Jap¨®n, donde la confianza social depositada en los miembros de la comunidad hace que los menores adquieran pronto un elevado grado de autonom¨ªa. El programa televisivo Hajimete no Otsukai, en antena desde 1990, muestra a ni?os de solo dos o tres a?os realizando en su barrio y por s¨ª solos alg¨²n tipo de recado para sus familias, como en este v¨ªdeo donde la peque?a Ao recibe el encargo de su madre de ir a comprar tofu y visitar el templo local. En Estados Unidos, hace pocas semanas que Utah se convirti¨® en el primer estado en permitir por ley que los ni?os puedan realizar solos actividades como pasear por sus barrios, jugar fuera de sus casas o ir a la escuela sin que sea considerado un delito. Por contra, muchos estados poseen leyes seg¨²n las cuales dejar a los ni?os sin supervisi¨®n es ilegal si se considera que la seguridad o la salud del ni?o se ha visto amenazada, y las familias pueden tener serios problemas legales por simplemente dejar que sus hijos vayan solos al parque. El estilo de crianza en libertad, o free-range parenting, tiene numerosos detractores en el pa¨ªs por defender que los ni?os deber¨ªan de aprender a actuar independientemente, y la autora neoyorquina Lenore Skenazy, una de sus defensoras m¨¢s visibles, fue tachada en 2008 como ¡°la peor madre de Am¨¦rica¡± por permitir que su hijo de nueve a?os, provisto de mapa y dinero, volviera a casa solo desde unos grandes almacenes.
Facilitar que nuestros hijos adquieran la autonom¨ªa y la madurez necesarias para moverse solos con seguridad es una tarea que requiere de los padres tiempo y dedicaci¨®n. ¡°Educar no implica solo cuidar de las necesidades b¨¢sicas de nuestros hijos, hay que ayudarles a entrenar habilidades y desarrollar ciertas competencias¡±, sostiene Pa?os. Y hacerlo desde peque?os y progresivamente, para que sepan enfrentarse a nuevas situaciones, razonar y buscar soluciones. Tareas como organizar su habitaci¨®n, poner la mesa, preparar su cartera o quedarse solos por breves periodos de tiempo les ayudan a darse cuenta de su autonom¨ªa y su val¨ªa, porque autonom¨ªa y autoestima van de la mano. ¡°Veo con frecuencia que algo tan b¨¢sico como esto no ha sido entrenado en algunos ni?os; se lo hacen los pap¨¢s y mam¨¢s o la cuidadora¡±. Para Bisquerra, hay que ¡°educar en un dif¨ªcil equilibrio entre la conciencia de los riesgos y el desarrollo de la autonom¨ªa personal. Lo importante no es tanto si salen solos a los dos, a los cuatro o a los 10 a?os, sino que cuando lleguen a la adolescencia est¨¦n realmente preparados para salir solos o en grupo, adoptando un comportamiento responsable y c¨ªvico, evitando comportamientos de riesgo (violencia, vandalismo, consumo de sustancias, etc.) y no confundiendo valent¨ªa con imprudencia o temeridad¡±.
Aprender a ser aut¨®nomos en un lugar seguro como nuestra vivienda nos permite despu¨¦s progresar en el exterior; primero en un entorno cercano (mand¨¢ndole a sacar la basura, a ir a por el pan o a buscar algo a casa de un vecino, etc.) y luego en trayectos m¨¢s alejados.
Algunas de las pautas que podemos seguir son:
Ofrecerles informaci¨®n adaptada a su edad de los riesgos y los peligros que pretendemos evitar. Ense?arles a mirar antes de cruzar, a buscar el lugar m¨¢s seguro para hacerlo, a usar casco si montamos en bici, a hacernos visibles¡ Es fundamental que conozcan el significado de las se?ales de tr¨¢fico, las rutas m¨¢s seguras y las razones para ello.
Educarles en seguir instrucciones y en prepararse para las situaciones. Ense?arles a evitar personas sospechosas o desconocidas y comportamientos de riesgo.
No agobiarles con demasiadas advertencias de peligro si no van acompa?adas de conductas de enfrentamiento y prevenci¨®n. De nada sirve asustarlos sin ofrecerles recursos, pues generar¨ªamos inseguridad.
Cuando llegamos a un lugar nuevo y desconocido, acordar con ellos d¨®nde encontrarnos si nos perdemos y asegurarnos de que llevan anotado en una pulsera o papel nuestro n¨²mero de tel¨¦fono y su nombre. Si tienen m¨¢s de seis a?os, que lo memoricen.
Darles la oportunidad de expresar su opini¨®n sobre c¨®mo afrontar algunas tareas antes de enfrentarse a ellas. Esto les obliga a organizarse y razonar antes de actuar. Adem¨¢s transmite que valoramos su aportaci¨®n y sus decisiones y les anima a ser responsables.
Practicar las nuevas conductas. La pr¨¢ctica nos permite mejorar y nos enfrenta a los errores; no debemos dar por sabido algo que solo se ha explicado verbalmente. H¨¢ganlo juntos.
Una vez entrenado, hacer seguimiento y acompa?arles desde la distancia los primeros d¨ªas, observando su conducta. Despu¨¦s pasar a acompa?arles una parte del trayecto y permitir que cubran el resto solos, facilitando la comunicaci¨®n antes y despu¨¦s.
¡°Vemos muchos ni?os que llegan a la consulta con diferentes problemas en los que la causa es la falta de aprendizaje de nuevos comportamientos¡±, avisa el doctor Pa?os. ¡°Los propios padres, en ocasiones, son la dificultad. Sus miedos, sus angustias y su falta de tiempo (...) Por favor, hay vida m¨¢s all¨¢ de los centros comerciales. Fomenten en sus hijos la exploraci¨®n del medio, su barrio, su pueblo o su ciudad, las actividades en la naturaleza, la pr¨¢ctica del deporte, la conducta de ayuda a otros en acciones solidarias, el aprendizaje de nuevas actividades¡ Ens¨¦?enles a organizar sus propias reuniones con otros amigos, a organizar excursiones o planificar actividades familiares¡±.
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