¡®El coche fant¨¢stico¡¯ | ¡°?Falta mucho? ?Hemos llegado ya?¡±
Los gur¨²s que se llenan la boca con lo de salir de la zona de confort no han hecho un viaje largo con ni?os en coche. Porque cambiar de aires en vacaciones est¨¢ muy bien, pero el desplazamiento puede ser agotador
Los gur¨²s que se llenan la boca con lo de salir de la zona de confort no han hecho un viaje largo con ni?os en coche. Porque cambiar de aires en vacaciones est¨¢ muy bien, pero el desplazamiento puede ser agotador.
Nos enfrentamos a esa traves¨ªa, cargados de maletas necesarias y de bolsas con cosas ¡°por si acaso¡± que nunca usaremos. A menos que el destino est¨¦ cerca y los ni?os mu...
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Los gur¨²s que se llenan la boca con lo de salir de la zona de confort no han hecho un viaje largo con ni?os en coche. Porque cambiar de aires en vacaciones est¨¢ muy bien, pero el desplazamiento puede ser agotador.
Nos enfrentamos a esa traves¨ªa, cargados de maletas necesarias y de bolsas con cosas ¡°por si acaso¡± que nunca usaremos. A menos que el destino est¨¦ cerca y los ni?os muy acostumbrados a viajar en coche, esa jornada inicial te quita las ganas de salir de casa. Y no solo por el t¨ªpico ¡°?Falta mucho? ?Hemos llegado ya?¡± con el que nosotros ya torturamos a nuestros padres.
Pasada la curiosidad inicial de ver un poco de paisaje, de escuchar m¨²sica y de adormilarse un ratillo, los ni?os se agobian y comparten su agobio con los adultos. Pueden ponerse repetitivos, intensos y¡ muy pesados. Que todos hemos soltado un: ¡°paro el coche y volvemos a casa, que esto lo hacemos por vosotros¡±.
Menci¨®n especial tienen los beb¨¦s, que dormitan m¨¢s, pero cuando lloran inclinan la balanza hacia la inquietud. O¨ªr que tu querida criatura est¨¢ desconsolada en el asiento trasero sin que la puedas aliviar te rompe el alma. La angustia de ¡°?estar¨¢ bien?¡± y el tormento de ¡°que se calle ya, que tendremos un accidente¡± te hacen parar donde sea, a dar teta en ¨¢reas de servicio en el mejor de los casos o en cualquier descampado agreste. (La opci¨®n de viajar un adulto detr¨¢s choca con la dificultad f¨ªsica de encajar un culo entre dos sillitas infantiles.) Si en Gran Hermano todo se magnifica, en los viajes largos con beb¨¦ tambi¨¦n.
Hay padres expertos que llevan m¨²sica infantil, juguetes inofensivos que no puedan tragarse o rasgar un ojo con un frenazo, cuadernos para pintar, comida apetitosa que los tenga distra¨ªdos¡ Y el comod¨ªn tramposo al que recurrir en momentos de caos: la t¨ªpica pantalla con dibujos animados. Lo que interesa es hacer el trayecto con el menor estr¨¦s posible, porque corto ya sabemos que no ser¨¢. A?¨¢dele un 30% de tiempo m¨¢s a lo que te diga el Google Maps y prep¨¢rate para la aventura.
Las paradas siempre ser¨¢n m¨¢s de las que planifiques y consumir¨¢n m¨¢s tiempo de lo previsto. Si llevas comida preparada, el problema ser¨¢ encontrar una mesa que no est¨¦ ni llena de cagadas de palomas, ni a pleno sol, ni muy lejos del coche por si te roban el maletero. Si prefieres la tranquilidad de que otros cocinen por ti, en las ¨¢reas de servicio encontrar¨¢s mucha cola, comida sosa, precios desorbitados y m¨¢s p¨²blico cuando los ni?os monten el pollo.
El d¨ªa que nos podamos teletransportar como en Star Trek, ser¨¢ fabuloso ir de vacaciones donde sea. Mientras tanto, o viajamos de noche, para que vayan dormidos m¨¢s horas, o conducimos apretando el pedal de la paciencia. Y por mucho que disfrutes con el cambio de aires, siempre sabr¨¢s que te queda el d¨ªa de vuelta. ?nimos.
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