¡®Ristos¡¯, est¨¢is nominados
Comprendo que las nulas ganas de cambios de pa?ales de Risto Mejide se sostienen porque Laura Escanes tiene felicidad y pasi¨®n por hacerlos todos ella. Laura o a la mujer a quien paguen para que lo haga, pero mujer en cualquier caso. Ese cuidatoriado invisible, precarizado y feminizado
Una de las cosas que m¨¢s nos gusta a las madres del cuidado de nuestros reto?os es el olor a caca al abrir el pa?al. Nos apasiona much¨ªsimo frotarles con la esponjita y el agua, con toallitas si nos pilla fuera de casa y, eso s¨ª, con mucha culpabilidad a posteriori, ya que se convierten en micropl¨¢sticos, y peces y mares se las acaban tragando. Nosotras siempre sonrisa amplia postiza y mucha culpa por todo, ya saben. Pero es que el ej¨¦rcito de madres produce oxitocina en cantidades industriales cuando hay que cambiar el pa?al. Lo hacemos con gusto, disfrutando, alegres y entonando al estilo musical de la Gran V¨ªa. Bueno, para eso cuando procedes al unboxing y el ser se tira un pedo y llena las gafas o la pared de arte. El ni?o o ni?a probando sus primeros drippings con pocos meses, ?pura delicia!
Por eso me parece incomprensible que Risto Mejide tenga nulas ganas de hacerlo. Lo que s¨ª comprendo es que sus cero cambios de pa?ales se sostienen porque Laura Escanes tiene felicidad y pasi¨®n por hacerlos todos ella. Laura o a la mujer a quien paguen para que lo haga, pero mujer en cualquier caso. Ese cuidatoriado invisible, precarizado y feminizado. Para eso est¨¢n las madres o las mujeres pobres, ?verdad? Para las tareas de cuidados poco fotografiables, sucias o apestosas. Para tener al ni?o limpio, la casa brillante y tragarse los trabajos m¨¢s ingratos. Dice Risto que cambiar el pa?al ¡°no tiene valor a?adido¡±. El capitalismo y sus neolenguajes llegan hasta el culo de un beb¨¦ lleno de mierda. El marketing ha conseguido atravesar la relaci¨®n m¨¢s ¨ªntima y at¨¢vica con otro ser humano como es un hijo. Roma, la ni?a, ?qu¨¦ es? ?Una empresa? ?En serio paternar en t¨¦rminos de rentabilidad, satisfacci¨®n, consumidor y servicios a terceros?
Armando Bastida es enfermero pedi¨¢trico y un referente en el universo del parenting. Dice que a los ni?os y ni?as se les olvida el tiempo, el cari?o, los abrazos y los juegos que hemos tenido con ellos de beb¨¦s. ¡°Y aunque cambiar un pa?al no es algo que nadie tenga especial ilusi¨®n por hacer, es un momento en el que podemos hacer algo m¨¢s como hablarle, cantarle o simplemente explicarle lo que estamos haciendo¡±. Bastida asegura que la hija de Risto no se lo agradecer¨¢, ¡°pero seguramente s¨ª se lo har¨¢ su mujer, que no creo que se despierte cada ma?ana pensando en que ojal¨¢ ese d¨ªa cambie un pa?al m¨¢s que el d¨ªa anterior¡±. Y reflexiona: ¡°Si Risto puede escaquearse del cambio de pa?al es porque siempre hay alguien que lo acaba haciendo por ¨¦l¡±.
Entiendo que la charla-pa?al, en el podcast de ambos, Cari?o, ?pero qu¨¦ dices?, es un momento de conversaci¨®n distendida entre una pareja, de la que, espectadoras nosotras, no conocemos el contexto que la envuelve. Pero como madre feminista me saltan las alarmas. Me recuerda a mi padre y a mi suegro, que quieren much¨ªsimo a mi hijo, el nieto de su coraz¨®n, pero que le cambie el culo la abuela. En clave de g¨¦nero: fiestas, bailes y diversi¨®n los abuelos; duchas e higiene las abuelas. A estos hombres no les ha pillado mayores (como dice el publicista) la crianza, les ha pillado machistas. Lo sucio, nosotras.
Hablaba del posible otro contexto que tenga la pareja. ?Y si se han repartido tareas??Y si, tal como yo me organic¨¦ con la m¨ªa, hay un responsable de alimentaci¨®n (por suponer) y otro responsable de cambio de pa?al? Yo fui ces¨¢rea y acab¨¦ rota. Desde una l¨®gica corresponsable e igualitaria, mi pareja iba a ser el encargado de cambio de pa?al y yo la presidenta de la lactancia. Hubo un acuerdo entre iguales en el que, aunque yo sal¨ªa perdiendo porque la teta en ocasiones es esclavista, hubo una voluntad de remar a la par.
Ares Gonz¨¢lez, adem¨¢s de un padrazo de cuatro ni?os, es un referente en educaci¨®n. Ha publicado Educar sin GPS (editorial Planeta) y desde Islandia manda unas letras: ¡°Partiendo de la base de que es importante que haya una corresponsabilidad en los cuidados, como cambiar los pa?ales, cocinar, limpiar y ordenar, cada pareja establece sus propios criterios y debemos respetarlos siempre que sean aceptados por ambos y se revisen¡±. Esto de ¡°respetarlos¡± me da un poco de repel¨²s. Yo no soy qui¨¦n para ir por casas ajenas haciendo un test de paternidades feministas, pero ?qu¨¦ posici¨®n en el negociado de las tareas de los cuidados tenemos las mujeres? ?Somos iguales de verdad, de facto, en la maternidad y la paternidad?
Lo de respetar consensos injustos para las madres, yo, como se?ora con un tatuaje feminista en el brazo, la verdad, no lo veo. Por lo menos, me apetece se?alar un poco con el dedo y animar a la Escanes, ya que si el peso de la crianza pesa como una losa es porque hay un se?oro al lado, en el sof¨¢. Decirle: hermana, ese man est¨¢ para una moci¨®n de censura.
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