Cuidar a la madre y el beb¨¦, la labor b¨¢sica del padre en las etapas tempranas
La implicaci¨®n paterna marcar¨¢ en gran parte c¨®mo se afrontar¨¢ la crisis evolutiva que supone la llegada de un hijo o hija a la familia, y para ello son claves el compromiso, la presencia, la cercan¨ªa y la sensibilidad
A lo largo de las ¨²ltimas d¨¦cadas, diferentes estudios han planteado la importancia de proteger la salud mental de la madre durante el embarazo, el parto y el posparto, y las implicaciones que tiene a corto y largo plazo no hacerlo, tanto para ella misma como para el beb¨¦ y el resto de la familia. En este sentido, especialistas en salud mental perinatal sostienen que el padre tiene un papel fundamental como soporte emocional y log¨ªstico de la d¨ªada madre-beb¨¦, ya que su capacidad para ...
A lo largo de las ¨²ltimas d¨¦cadas, diferentes estudios han planteado la importancia de proteger la salud mental de la madre durante el embarazo, el parto y el posparto, y las implicaciones que tiene a corto y largo plazo no hacerlo, tanto para ella misma como para el beb¨¦ y el resto de la familia. En este sentido, especialistas en salud mental perinatal sostienen que el padre tiene un papel fundamental como soporte emocional y log¨ªstico de la d¨ªada madre-beb¨¦, ya que su capacidad para el cuidado y para recolocarse en el nuevo escenario familiar marcar¨¢n en gran parte c¨®mo se afrontar¨¢ esta crisis evolutiva.
Tener hijos e hijas es una experiencia transformadora. Lo es a nivel f¨ªsico y emocional para las madres, debido a que atraviesan profundos cambios, y lo es tambi¨¦n para los padres, quienes aunque no experimentan procesos como el embarazo o el parto, s¨ª deben transitar el camino hacia la paternidad. Este tr¨¢nsito de hombre a padre es lo que Javier de Domingo, psic¨®logo, coordinador de paternidad del Instituto Europeo de Salud Mental Perinatal y padre de tres hijos, denomina como transici¨®n paternal. ¡°Con la llegada de un beb¨¦ se crea un nuevo espacio de cuidado propio y en com¨²n que debe entenderse y protegerse. El padre debe entender su nueva posici¨®n y su nuevo rol, y reconocer el lugar del ni?o y de su progenitora para convertirse en el sost¨¦n de ambos¡±, se?ala De Domingo.
En ello incide David Segu¨ª, psic¨®logo cl¨ªnico y padre de dos hijas, quien recuerda que el papel del hombre en la crianza es fundamentalmente cuidar para hacer posible, junto a la mam¨¢, un desarrollo sano y saludable de los hijos. ¡°Su papel es ser corresponsable en los cuidados, crear una atm¨®sfera y un mundo relacional en donde el amor se ponga en el centro y la funci¨®n b¨¢sica protectora del apego se haga posible. Para ello se necesita compromiso, presencia, cercan¨ªa y sensibilidad¡±, explica Segu¨ª. Los imperativos de g¨¦nero y las expectativas sociales definen patrones o conductas que en muchas ocasiones se alejan de ese rol cuidador. Adem¨¢s, ese nuevo rol debe conjugarse con el resto de roles como hijo, pareja y profesional. ¡°A veces nos quedamos enganchados, atrapados, en conflictos o necesidades como hijos o como parejas, estando m¨¢s en la falta o en lo perdido que centrados en nuestra labor como padres¡±, a?ade.
Pocos padres demandan ayuda
El nacimiento de un beb¨¦ puede incrementar los conflictos de pareja no resueltos que ya exist¨ªan antes de la maternidad o la paternidad, o pueden hacer surgir nuevas complicaciones. Complicaciones que, seg¨²n David Segu¨ª, suelen estar relacionadas con querer conservar un statu quo imposible de sostener con la llegada del nuevo miembro y con no querer aceptar la nueva realidad. ¡°Querer mantener los privilegios de una pareja sin hijos hace insoportable los cambios a los que nos somete la llegada de un beb¨¦ y las exigencias del nuevo guion de vida¡±, explica el psic¨®logo.
Para Javier de Domingo estos problemas derivan sobre todo del desconocimiento de las necesidades del beb¨¦ y la reciente madre: ¡°El agotamiento; los diferentes grados de implicaci¨®n en los cuidados; la lucha por los tiempos y espacios personales, sociales y laborales; las tareas dom¨¦sticas y responsabilidades log¨ªsticas; el desplazamiento de la vida sexual; la p¨¦rdida de inter¨¦s por el otro; el choque por distintas visiones de la crianza y los tiempos y energ¨ªas adscritas al modelo de cada uno... son algunos de los conflictos que m¨¢s veo en consulta y todos tienen de base el desconocimiento de las necesidades tanto de la madre como del beb¨¦¡±.
A pesar de los malestares que muchos hombres presentan en su tr¨¢nsito a la paternidad, la realidad es que son pocos los hombres que acuden y demandan ayuda en esta etapa vital. ¡°Los enraizados patrones de g¨¦nero hacen que no queramos ver, que tomemos escasa consciencia de problema y que, a pesar de la aparici¨®n de s¨ªntomas en muchas ocasiones, nos resistamos a abrir nuestra caja de pandora, nuestro particular universo emocional, muchas veces cargados de dificultades que dificultan nuestro acceso a la paternidad¡±, sostiene David Segu¨ª.
Lo mismo apunta De Domingo, quien se?ala que muchos llegan a consulta animados por sus parejas o debido a alg¨²n conflicto (laboral, vincular, de pareja, con los hijos o limitante en lo f¨ªsico) que ha pasado de lo privado a lo p¨²blico y ya no se puede esconder m¨¢s. Recuerda el psic¨®logo que es importante integrar en ese soporte una mirada perinatal que tenga en cuenta el conocimiento de las necesidades f¨ªsicas, emocionales y ps¨ªquicas de madre e hijo en los primeros momentos: ¡°Los profesionales que acompa?an a padres deben poner el foco en las necesidades del beb¨¦ desde la ¨®ptica del beb¨¦ y no desde la del adulto socializado, que es la que padres, madres y profesionales traemos con el sesgo de la cultura de cada uno. El manual del beb¨¦ existe, pero exige leerlo con las gafas de lo perinatal¡±.
M¨¢s all¨¢ de la psicoeducaci¨®n
A menudo se habla de educar a los padres para que cuiden. ?Es suficiente? Para Segu¨ª, una visi¨®n psicoeducativa, sin m¨¢s, est¨¢ condenada al fracaso: ¡°A menudo nos encontramos con una visi¨®n instructiva o educativa, como si fuera una cuesti¨®n relacionada con pautas transmitidas de unos a otros, de expertos en nuevas masculinidades que nos hablen de c¨®mo ser un buen padre o c¨®mo ejercer una paternidad positiva¡±. Para este experto la cuesti¨®n es mucho m¨¢s compleja y apelar ¨²nicamente a aspectos personales, de falta de habilidades o saberes, aleja mucho de las soluciones a largo plazo y como sociedad en su conjunto.
En ese sentido, Segu¨ª cree que es necesario a nivel pol¨ªtico poner en el centro los cuidados y lo reproductivo, d¨¢ndoles el valor que merecen y sin subordinarlos al mundo productivo-capitalista. ¡°Necesitamos cambios pr¨¢cticos y reales en cuestiones del ¨¢mbito laboral y econ¨®mico, con estrategias y programas concretos que permitan y posibiliten una verdadera corresponsabilidad en los cuidados¡±, dice. Asimismo, ve fundamental cuidar los mensajes que los agentes de socializaci¨®n trasladan a la infancia, especialmente los que nos llegan desde el ¨¢mbito familiar y educativo: ¡°Crear una sociedad m¨¢s justa y que lleve a los hombres a acercarse a los cuidados conlleva dejar de perpetuar una visi¨®n sexista y divisoria del ser humano. Adem¨¢s, el lenguaje, la publicidad, los medios de comunicaci¨®n e informaci¨®n, las editoriales infantiles, los libros de texto, el mundo textil... deber¨ªan transmitir otro tipo de mensajes, de c¨®digos y normas no sexistas¡±.
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