Los permisos de maternidad m¨¢s largos y remunerados protegen la salud mental de las madres
Desde la psicolog¨ªa y la psiquiatr¨ªa perinatal se lleva tiempo reivindicando una m¨¢xima avalada ahora por una nueva investigaci¨®n cient¨ªfica: que para poder cuidar y criar de forma m¨¢s saludable se precisa de bajas m¨¢s largas
Mientras los permisos de paternidad han ido aumentando exponencialmente su duraci¨®n en Espa?a en los ¨²ltimos a?os hasta alcanzar las 16 semanas en 2021 (hasta 2016 eran de apenas dos semanas), los de maternidad llevan estancados en esos cuatro meses desde 1989. Esto ha provocado que numerosas asociaciones y colectivos de mujeres lleven reivindicando desde hace a?os un incremento sustancial de esas bajas, al menos hasta alcanzar las 24 semanas. Una duraci¨®n que coincidir¨ªa con las recomendaciones de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS) para la lactancia materna: seis meses como alimentaci¨®n en exclusiva y hasta los dos a?os como complementaria.
Una revisi¨®n sistem¨¢tica sobre la relaci¨®n entre bajas parentales y salud mental publicada este mes de enero en The Lancet Public Health refuerza estas reivindicaciones. Liderada por investigadoras del departamento de Ciencias de la Salud P¨²blica de la Universidad de Estocolmo y del departamento de Salud P¨²blica Global del Instituto Karolinska de Solna, concluye que unos permisos de maternidad m¨¢s largos y remunerados act¨²an como protectores de la salud mental de las madres y que esa protecci¨®n se extiende durante a?os.
¡°En nuestra exhaustiva revisi¨®n encontramos que los mejores resultados en salud mental materna est¨¢n asociados con las prestaciones m¨¢s generosas¡±, explica a EL PA?S Sol P. Ju¨¢rez, profesora del departamento de Ciencias de la Salud P¨²blica de la Universidad de Estocolmo e investigadora principal del estudio. ¡°Es decir, no es tanto el hecho de poder estar en casa sin perder el empleo, sino de poder estar en casa con una retribuci¨®n adecuada y por un tiempo prolongado¡±, a?ade. Concretamente, hallaron que los efectos positivos en la salud mental de las madres se empiezan a notar a partir de los dos o tres meses de prestaci¨®n: ¡°Pero eso no significa que esa duraci¨®n sea la ideal, ya que las ventajas contin¨²an m¨¢s all¨¢ de este umbral¡±, asegura Ju¨¢rez.
La investigaci¨®n tambi¨¦n evalu¨® el mismo impacto en la salud mental de los padres, pero no encontr¨® en este caso resultados tan concluyentes, aunque como explican las autoras esto puede deberse en gran medida al menor n¨²mero de investigaciones realizadas: ¡°Es indudable que la madre experimenta importantes cambios hormonales, f¨ªsicos y emocionales relacionados con el embarazo, el parto y posparto que pueden impactar en su salud mental, pero la transici¨®n a la maternidad/paternidad supone un reto para ambos miembros de la pareja y para la pareja en su conjunto¡±. Seg¨²n Ju¨¢rez, ser padres supone una situaci¨®n de estr¨¦s relacionada con incertidumbres profesionales, con retos econ¨®micos, con la adopci¨®n de nuevos roles (padre y madre) y, posiblemente, con la intensificaci¨®n de otros roles de g¨¦nero.
Desde la psicolog¨ªa y la psiquiatr¨ªa perinatal se lleva tiempo reivindicando una m¨¢xima avalada por la evidencia cient¨ªfica: que para poder cuidar y criar de forma suficientemente buena y saludable a un reci¨¦n nacido es precisa la presencia, el tiempo y la calma. Esa presencia, ese tiempo y esa calma, sin embargo, requieren de unos condicionantes socioecon¨®micos que no siempre se dan.
¡°Es imprescindible contar con la seguridad de que se va a poder llegar a final de mes. Eso es clave para la salud de madres, de los beb¨¦s y de las familias. La inseguridad econ¨®mica es una fuente muy importante de estr¨¦s y malestar en cualquier etapa de la vida, pero muy especialmente cuando se es madre, porque los cambios que se experimentan se orientan hacia el cuidado maternal, lo que deja a las mujeres en un lugar especialmente vulnerable en caso de precariedad econ¨®mica¡±, reflexiona Ana Gonz¨¢lez Uriarte, psiquiatra y docente del Instituto Europeo de Salud Mental Perinatal, cuyo objetivo es la mejora de la atenci¨®n obst¨¦trica a madres y beb¨¦s en las instituciones sanitarias. Gonz¨¢lez Uriarte considera, adem¨¢s, que hay que tener en cuenta que toda inversi¨®n en los primeros 1.000 d¨ªas de vida del beb¨¦ tiene un impacto econ¨®mico tremendo a corto y largo plazo.
En ese sentido, para Ju¨¢rez, los resultados de la investigaci¨®n invitan a pensar que las pol¨ªticas parentales deber¨ªan tener un protagonismo fundamental en materia de salud p¨²blica. ¡°Las madres y los padres saludables son tambi¨¦n trabajadores saludables y contribuyen a familias saludables. En este sentido, implementar pol¨ªticas parentales generosas supondr¨ªa una inversi¨®n a muchos niveles¡±, argumenta la investigadora, que recuerda que los trastornos de salud mental en el per¨ªodo posparto afectan a entre un 10% y un 20% de las madres.
M¨¢s all¨¢ del posparto
¡°La crianza temprana va mucho m¨¢s all¨¢ del posparto y se extiende tanto al puerperio como a la lactancia materna como al periodo de exterogestaci¨®n, los segundos nueve meses despu¨¦s del parto y el embarazo. No se trata solamente de la salud mental de la madre cuando ha dado a luz, sino de la crianza, de lo que esta conlleva en la etapa temprana. Todo ese periodo hay que protegerlo¡±, se?ala Julia Ca?ero, antrop¨®loga y copresidenta de la Asociaci¨®n PETRA Maternidades Feministas, desde donde consideran que esta evidencia cient¨ªfica respalda sus reivindicaciones por la ampliaci¨®n de los permisos de maternidad.
¡°Aunque el resultado de esta investigaci¨®n pueda parecer obvio, esta evidencia cient¨ªfica nos ayuda a demostrar lo que llevamos mucho tiempo diciendo las madres. Y es que, muchas veces, el activismo va un paso por delante de la ciencia¡±, se?ala Ca?ero. Ella considera que el dato m¨¢s valioso de la investigaci¨®n es que demuestra que no basta solo con no perder el empleo y con tener tiempo, sino que es igualmente importante que ese tiempo sea remunerado para dar estabilidad a las madres. ¡°Es interesante que el tiempo sea prolongado. Las 16 semanas que tenemos actualmente son totalmente insuficientes y nosotras defendemos permisos amplios y que, adem¨¢s, sean transferibles para que cada familia se organice como quiera, porque cuando se cumplen las 16 semanas muchas madres queremos seguir estando con nuestros beb¨¦s y no nos sirve de nada que nos digan que va a estar nuestra pareja, porque las que queremos estar somos nosotras¡±, reflexiona la antrop¨®loga.
Pero adem¨¢s de prolongado, este tiempo tiene que ser remunerado, porque eso da una protecci¨®n a la madre y reconoce el trabajo de crianza: ¡°Por eso desde PETRA pedimos que los permisos sean universales y que puedan acogerse a ellos todas las mujeres, independientemente de su situaci¨®n laboral. En la actualidad, muchas madres desempleadas tienen el tiempo, pero no la prestaci¨®n, por lo que se encuentran totalmente desprotegidas¡±.
La psiquiatra Ana Gonz¨¢lez Uriarte coincide en calificar de insuficientes los permisos actuales, ¡°tanto para la madre como para los hijos¡±. Y recuerda que la madre es la que experimenta la enorme transformaci¨®n que supone gestar, parir y la capacidad de amamantar a su beb¨¦: ¡°Por tanto, es la que necesita suficiente permiso retribuido para recuperarse, reubicarse y poder vincularse y criar¡±. ¡°Inicialmente, la d¨ªada madre-beb¨¦ necesita el apoyo y el cuidado de su pareja, de su familia, de su red. Madre y beb¨¦ no han de estar solos¡±, incide. Para Uriarte, el padre en ese sentido es fundamental como sost¨¦n y tambi¨¦n en la creaci¨®n de su propio v¨ªnculo espec¨ªfico con el ni?o: ¡°Pero el permiso que disfruten ellos no deber¨ªa en ning¨²n caso ser a costa de no ampliar el de las madres, que es lo que ha ocurrido en Espa?a¡±.
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