Alejandro Schujman, psic¨®logo: ¡°Los padres se han convertido en iguales de sus hijos, y eso supone un gran problema¡±
El experto en adolescencia asegura en su libro ¡®No huyo, solo vuelo: El arte de soltar a los hijos¡¯ que la generaci¨®n actual de progenitores no ense?a a los j¨®venes a resignarse, a estar frustrados, por lo que estos se atrincheran en la adolescencia
Los padres est¨¢n siempre ah¨ª para sus hijos. Sin embargo, los tiempos son como son y nada permanece, y los chicos necesitan volar. Esta es la idea principal que traslada el psic¨®logo especialista en familias Alejandro Schujman (Buenos Aires, Argentina, 58 a?os) en su libro No huyo, solo vuelo: El arte de soltar a los hijos (Hojas del Sur, 2020). El escritor define este arte como un proceso que abarca desde el nacimiento hasta que los hijos transitan la vida por s¨ª mismos. Para el autor, su relato es un axioma en el que los padres tienen que estar cerca para cuidar y lejos para no asfixiar. ¡°Explico tres herramientas b¨¢sicas que los padres deben proporcionar y ense?ar a sus hijos desde el momento en el que nacen y deben de hacerlo de forma progresiva: sentido de la responsabilidad, tolerancia a la frustraci¨®n y capacidad de decisi¨®n adaptado a su etapa vital y desarrollo¡±, cuenta el tambi¨¦n director de la llamada Red Asistencial de Psicolog¨ªa.
El conferenciante entiende que el sentimiento que atraviesa de forma sistem¨¢tica la crianza de los hijos, en todas las etapas de su desarrollo, es el miedo de los padres a que estos lo pasen mal: ¡°Que no sepan afrontar determinados sucesos solos o que algo negativo les sobrevenga¡±. De igual modo, Schujman recomienda a las familias gestionar los temores para evitar trasmitirles sus propias frustraciones.
L¨ªmites desde el amor y que se sostengan
El experto en adolescencia sostiene que los progenitores se van al otro extremo por no querer que sus hijos sufran: ¡°A los padres se nos ha ca¨ªdo la letra D, nos hemos convertido en pares [iguales con los hijos], y eso supone un gran problema. Los menores precisan padres y madres que les sostengan y nuestra tarea es darles herramientas para entrar en el mundo adulto de la mejor manera posible¡±. ¡°Si no les contagiamos pasi¨®n y les decimos que crecer y que la etapa adulta es un buen lugar para quedarse, se atrincheran en la adolescencia, y ah¨ª viene la problem¨¢tica de la generaci¨®n nini, j¨®venes que ni estudian ni trabajan¡±, apunta Schujman.
El psic¨®logo asegura que existe una gran dificultad entre los progenitores para poner l¨ªmites a sus hijos e incide en que es un error concebir el l¨ªmite como penitencia o castigo: ¡°Es m¨¢s una consecuencia de una acci¨®n poco saludable. El l¨ªmite es amor y es cuidado¡±. Para Schujman, la generaci¨®n actual de padres, en el intento de que sus hijos sean felices, no ense?a a los j¨®venes a resignarse, a estar frustrados, por lo que, en su opini¨®n, no aprenden a crecer: ¡°Por ejemplo, si tu adolescente se distrae con el tel¨¦fono m¨®vil y no estudia habr¨¢ que quit¨¢rselo o reducir el uso para que se concentre. Este l¨ªmite es parte del amor (no del grito o del golpe) y hay que sostenerlo aunque cueste, y lograr un acuerdo entre los progenitores¡±. Para el profesional, que los ni?os y j¨®venes se cr¨ªen con empacho de confort y sin apenas escuchar un ¡°no¡± les deja desamparados frente a la vida.
El escritor sostiene tambi¨¦n que los adolescentes pueden escudarse en el consumo de alcohol u otras sustancias, en una sexualidad muy temprana y en el uso excesivo de pantallas, entendiendo que madurar resultar¨¢ un proceso complejo que no pueden afrontar y ante el que no se sienten preparados. Por otro lado, afirma que los menores no son capaces de tomar decisiones y, en la actualidad, los adultos pueden excederse en permitir su participaci¨®n en asuntos que por edad no les competen: ¡°Hace muchos a?os los ni?os no ten¨ªan ni voz ni voto en temas considerados de adultos. En realidad, el punto oportuno est¨¢ en que no tengan un poder excesivo para opinar o decidir, ni que se encuentren silenciados¡±.
Para el psic¨®logo, y como dice en la introducci¨®n del propio libro, la mejor recomendaci¨®n para un hijo y para uno mismo en este a?o nuevo es: ¡°Que seas feliz, o que al menos lo intentes. Que te enamores locamente, que cuides a quien te ama, que ames a quien desde el alma te cuide. Que en este mundo de trajines, de corridas y vaivenes dejes la prisa de lado, porque los relojes no son buena compa?¨ªa para el vivir. Que seas buena gente, que no te usen, que no sufras en silencio, es una triste manera de sufrir... Que vayas tras los sue?os, despacio, pero que no dejes de ir. Que corras riesgos saludables, es ahora, es ahora. Viaja si puedes, te abre la cabeza, el mundo es infinito, y el alma se hace m¨¢s grande si la paseas por ac¨¢ y por all¨¢. Que ames la vida, la tierra, el mar. Que ames... Y que vueles, y que pueda verte volar, por eso estamos. ?A vivir!¡±.
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