Ser el mejor ejemplo y cuatro consejos m¨¢s para que nuestros hijos sean generosos
Inculcar valores a lo largo de las diversas etapas de crecimiento deber¨ªa ser una ense?anza prioritaria en la educaci¨®n
Vivimos en una sociedad muy competitiva que va demasiado deprisa y que cada vez piensa menos en los dem¨¢s. Donde tenemos demasiadas cosas en la cabeza y entre manos y nos cuesta reconocer o valorar todo lo bueno que nos sucede. No sabemos lo privilegiados que ya somos y parece que vivamos siempre en la insatisfacci¨®n continua. Hemos dejado de ser capaces de disfrutar de los peque?os detalles, del d¨ªa a d¨ªa, de la gente a la que queremos. Cada vez cuesta m¨¢s encontrar a personas que defiendan su...
Vivimos en una sociedad muy competitiva que va demasiado deprisa y que cada vez piensa menos en los dem¨¢s. Donde tenemos demasiadas cosas en la cabeza y entre manos y nos cuesta reconocer o valorar todo lo bueno que nos sucede. No sabemos lo privilegiados que ya somos y parece que vivamos siempre en la insatisfacci¨®n continua. Hemos dejado de ser capaces de disfrutar de los peque?os detalles, del d¨ªa a d¨ªa, de la gente a la que queremos. Cada vez cuesta m¨¢s encontrar a personas que defiendan sus valores con decisi¨®n y crean en¨¦rgicamente que son la base de las relaciones.
Los valores son las reglas de conductas y actitudes seg¨²n las cuales nos comportamos. Permiten tomar decisiones adecuadas y vivir en sociedad. Motivan a las personas a actuar de una u otra manera porque forman parte de su sistema de creencias, determinan sus conductas y expresan sus intereses y sentimientos. Definen los pensamientos de los individuos y c¨®mo estos desean vivir y compartir sus experiencias con quienes les rodean.
Inculcar valores a lo largo de las diversas etapas de crecimiento deber¨ªa ser una ense?anza prioritaria en la educaci¨®n de los hijos. Los valores son necesarios para que puedan desarrollarse de forma arm¨®nica y les ayudar¨¢n a establecer relaciones sanas y a tener una buena autoestima. Unos aprendizajes que les permitir¨¢n relacionarse correctamente con su entorno y entender las din¨¢micas que se consideran en ¨¦l.
La educaci¨®n en valores fomentar¨¢ el respeto y la comprensi¨®n de la diversidad, el desarrollo del pensamiento cr¨ªtico, la adquisici¨®n de habilidades sociales y comunicativas, como la empat¨ªa o la cooperaci¨®n. De la misma manera que nuestros hijos aprenden m¨²sica, matem¨¢ticas o idiomas, deber¨ªamos ense?arles, a trav¨¦s del ejemplo, a desarrollar la perseverancia, la amistad, la bondad, la humildad o la generosidad. Nuestros hijos no siempre nos escuchan, pero s¨ª nos observan a diario, as¨ª que la forma en la que nos relacionemos con los dem¨¢s, c¨®mo pidamos las cosas, agradezcamos o ayudemos, ser¨¢ la manera como ellos lo har¨¢n.
Sin duda, la generosidad es uno de los mejores valores que podemos ense?arles. Esta es lo que nos impulsa a dar sin esperar recibir nada a cambio. Es la cualidad de ser amable y comprensivo con los dem¨¢s, ofreciendo nuestro tiempo y ayuda de forma desinteresada. Es una de las mejores virtudes que puede tener una persona y uno de los pilares del bienestar emocional. Sin duda, el prop¨®sito de todas las familias es que sus hijos sean felices y esa felicidad pasa por conseguir desarrollar en ellos el h¨¢bito de la generosidad.
Debemos ense?arles a ser generosos desde bien peque?os y cuanto m¨¢s se practique a diario mejor se integrar¨¢ en la personalidad. Ser generosos permitir¨¢ a nuestros hijos e hijas a apreciar y disfrutar plenamente de la vida, a entender y empatizar con lo que pasa a su alrededor. Y es una de las emociones m¨¢s saludables y enriquecedoras que existen. Nos ayuda a ser capaces de apreciar lo que tenemos, conseguimos o somos. Nos permite vivir en mayor armon¨ªa y satisfacci¨®n, y a conectar con nosotros mismos, nos energiza y nos engrandece. Potencia nuestra ilusi¨®n, nuestras ganas de mejorar y nos genera mucha paz. Practicarlo mejora nuestro autoconocimiento y autoestima y nos hace ser mucho m¨¢s agradecidos y vivir con menos estr¨¦s. Adem¨¢s, nos conecta con la paz, el amor, la confianza y la ilusi¨®n. Y con la abundancia, la positividad y la alegr¨ªa interna. Los ni?os y j¨®venes educados en la generosidad ser¨¢n mucho m¨¢s emp¨¢ticos, desarrollar¨¢n un liderazgo positivo y aprender¨¢n a sacar lo mejor de los dem¨¢s, con empat¨ªa y respeto.
?C¨®mo podemos ayudar a nuestros hijos a desarrollar el valor del agradecimiento?
- Convirti¨¦ndonos en el mejor ejemplo que puedan tener: ayudando a los dem¨¢s siempre que podamos y explic¨¢ndoles todos los aspectos positivos que nos aporta ser generosos.
- Ense?¨¢ndoles a ser generosos no solo con cosas materiales, sino tambi¨¦n con nuestra ayuda desinteresada, nuestro tiempo, con palabras de aliento y gestos de cari?o y comprensi¨®n. Ayud¨¢ndoles a identificar las necesidades de las personas que les rodean.
- Anim¨¢ndoles a ayudar a aquellos que lo necesitan: en casa, cumpliendo con las tareas asignadas; en la escuela, teniendo una buena actitud en clase con sus profesores y compa?eros o colaborando con alg¨²n amigo que muestre dificultades para realizar alguna tarea o ejecutando los cargos de la clase.
- Ayud¨¢ndoles a reflexionar sobre c¨®mo se sienten cuando alguien de forma desinteresada les ayuda y les ofrece su cari?o y tiempo. Habl¨¢ndoles tambi¨¦n de la importancia de ser agradecidos y valorar los esfuerzos que hacen por nosotros las personas que nos quieren.
- Mostrando desagrado ante el ego¨ªsmo, felicit¨¢ndoles cuando se muestran generosos con sus hermanos o amigos, ayud¨¢ndoles a identificar y a hacer frente a las emociones que sienten cuando les cuesta compartir.
Arist¨®teles dec¨ªa: ¡°De todas las variedades de virtud, la generosidad es la m¨¢s estimada¡±. Ense?emos a ni?os y adolescentes a ser generosos, a dar a los dem¨¢s todo aquello que puedan ofrecer, a no esperar una recompensa por la ayuda desinteresada, colaborando as¨ª en la construcci¨®n de un mundo mejor.
*Sonia L¨®pez es maestra, psicopedagoga y divulgadora educativa. Mam¨¢ de dos adolescentes.
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