C¨®mo potenciar una autoestima sana en nuestros hijos y alumnos
Si los adultos fu¨¦ramos m¨¢s conscientes de que depende de nuestro buen hacer y de la satisfacci¨®n de las necesidades de ni?os y adolescentes, seguro que tendr¨ªamos j¨®venes mejor preparados para enfrentarse a los envites de la vida y con menor sufrimiento
Los ni?os, al igual que los adultos, tienen una serie de necesidades que precisan ser cubiertas. Comer, descansar, l¨ªmites y ser protegidos cuando sienten miedo son algunos ejemplos de las necesidades que tienen nuestros hijos. La diferencia entre ni?os y adultos a la hora de satisfacer sus necesidades es que los segundos tienen herramientas para cubrir sus propias necesidades, mientras que los primeros carecen de dichas herramientas, motivo por el cual, precisan de un adulto que las cubra por ellos. Las investigaciones que han estudiado la autoestima han llegado a dos interesantes conclusiones: la primera de ellas es que la autoestima es una de las variables que mejor predice la calidad de vida futura de nuestros hijos. La segunda conclusi¨®n es que los ni?os que gozan de una buena autoestima son aquellos cuyos padres conectan con las necesidades de sus hijos para, posteriormente, cubrir dichas necesidades. Cuando un ni?o se muestra rabioso porque otro ni?o se le ha colado en la fila de una atracci¨®n, es imprescindible que sus padres conecten o sintonicen con su rabia, le permitan sentirse rabioso y le ayuden a alcanzar la calma despu¨¦s de ese episodio de injusticia.
Todos los padres y maestros queremos que nuestros hijos y alumnos tengan una buena autoestima. Aun as¨ª, creo que es importante saber, que tener una buena autoestima no es algo que dependa del menor, sino de los adultos significativos que le acompa?amos en su d¨ªa a d¨ªa. Parece que el prefijo ¡°auto¡± de la palabra autoestima indica que es algo que depende del ni?o, y lo cierto es que escapa a su control. Como bien dice el psiquiatra infantil Jorge Barudy ¡°lo que una madre o un padre siente, piensa o hace por sus hijos y la forma en que lo comunica tendr¨¢ un impacto significativo en la manera en que una ni?a o ni?o se concibe a s¨ª mismo¡±.
Creemos que tener una autoestima muy alta es indicativo de salud mental, pero no es as¨ª. Est¨¢ claro que los ni?os necesitan ser vistos por sus padres y adultos significativos, pero cuidado con sobreprotegerles y decirles que todo lo hacen bien y que son capaces de todo. Los ni?os necesitan ser narcisizados por sus padres, pero un exceso de narcisizaci¨®n puede ser contraproducente y un mecanismo de defensa para tratar de ocultar determinadas carencias o limitaciones. El refranero popular es muy sabio: dime de qu¨¦ presumes y te dir¨¦ de qu¨¦ careces. Para comprender bien lo que implica la autoestima suelo utilizar la met¨¢fora de la piscina. Imagina que tienes delante de ti una piscina completamente vac¨ªa. Si solo tuviera un par de palmos de profundidad de agua, ?te tirar¨ªas a la piscina de cabeza? No, ?verdad? Ahora bien, ?qu¨¦ pasar¨ªa si la piscina empezara a rebosar agua por todos lados porque se ha llenado en exceso, pero nadie se ha percatado de que el agua sigue saliendo? En el primer caso hablar¨ªamos de alguien con la autoestima baja y en el segundo de una persona con la autoestima excesivamente alta, algo que, aunque aparentemente sea positivo, en realidad implica mucha apariencia, pero es tan desadaptativo como tener una baja autoestima. Lo ideal es tener una piscina suficientemente llena donde nos podamos tirar de cabeza de manera segura, pero sin que rebose el agua y sin aparentar m¨¢s de lo que es. El objetivo es que nuestros hijos tengan una autoestima ¨®ptima o suficientemente buena que les permita confiar en sus habilidades, destrezas y virtudes, pero que, a la vez, sean conscientes de sus limitaciones y puntos d¨¦biles.
Las consecuencias de una buena autoestima van a repercutir en todos los ¨¢mbitos de la persona: familiar, acad¨¦mico, social, emocional, personal, etc. Los j¨®venes con una autoestima ¨®ptima son conscientes de sus fortalezas y limitaciones, afrontan los retos con confianza y cierta seguridad, aceptan mejor los golpes de la vida, entienden el error y las ca¨ªdas como una oportunidad de aprendizaje, se sienten m¨¢s seguros, trabajan mejor en equipo y, en definitiva, est¨¢n m¨¢s equilibrados ps¨ªquicamente y son m¨¢s felices. En cambio, las personas con una autoestima baja sufren mucho en los diferentes ¨¢mbitos. Tienden a aislarse, son m¨¢s frecuentemente criticados, se muestran m¨¢s sensibles, se creen el mensaje que tienen grabado a fuego de ¡°no soy capaz¡± y la probabilidad de que busquen soluciones externas a la problem¨¢tica interna es mayor. As¨ª, por ejemplo, las personas con una baja autoestima, al sentirse vac¨ªas, tienen mayor probabilidad de desarrollar adicciones al alcohol, porros, m¨®viles, videojuegos, redes sociales, etc. El motivo es que la adicci¨®n sacia y rellena, aunque sea moment¨¢neamente, el vac¨ªo causado por la baja autoestima, lo que hace que la persona se sienta mejor y quiera volver a ¡°consumir¡± cuando los efectos placenteros han pasado. La droga, el m¨®vil o los likes en las redes sociales se convierten en su refugio de seguridad y bienestar. Si recuerdas la met¨¢fora de la piscina, la persona que tiene la autoestima baja y, por lo tanto, la piscina muy vac¨ªa de agua, tiende a rellenarla con conductas externas que, en ocasiones, se convierten en adictivas.
?Qu¨¦ podemos hacer las madres, los padres y los maestros para fomentar una buena autoestima en nuestros ni?os y adolescentes? A continuaci¨®n desarrollo una serie de orientaciones generales que pueden ayudar a potenciar la autoestima de nuestros hijos y alumnos:
- Empodera a tu hijo: conf¨ªa en sus posibilidades y hazle sentir que cuentas con ¨¦l. Hacerle ver que forma parte de la familia es fundamental para desarrollar una autoestima sana.
- Cuidado con la sobreprotecci¨®n: en ocasiones, los padres, con muy buenas intenciones, le hacen todo al ni?o porque creen que no ser¨¢n capaces de hacerlo o que tardar¨¢n mucho en llevarlo a cabo. Sabemos que la educaci¨®n requiere tiempo y paciencia. No te dejes contagiar por las prisas y deja que tu hijo lo intente. Si les hacemos todo a nuestros hijos acabar¨¢n creyendo que no son capaces y levantar esa losa no ser¨¢ nada sencillo.
- Seguridad: para que nuestro hijo tenga una autoestima ¨®ptima es necesario que se sienta seguro, pero solo nos sentimos seguros si hemos sido ni?os protegidos. Recuerda que el requisito de una buena autoestima son los buenos tratos en la infancia.
- Mam¨¢, mira lo que hago: nuestros hijos constantemente est¨¢n llamando nuestra atenci¨®n para que observemos lo que hacen o lo que han logrado. Es una gran oportunidad para que les veas a ellos y su proeza.
- Fomenta su autonom¨ªa: permite que tu hijo lo intente, siempre y cuando no haya ning¨²n peligro para ¨¦l ni para su entorno. Alentar su curiosidad, emprendimiento y capacidad de investigaci¨®n es muy sano para su autoestima y para que sientan que son capaces de hacer las cosas por s¨ª mismos con un m¨ªnimo de esfuerzo y sacrificio.
- El poder del todav¨ªa: a veces nuestros hijos quieren hacer algo, pero no tiene la suficiente fuerza o capacidad para hacerlo. Cuando el menor se da cuenta de que fracasa y te dice ¡°mam¨¢, no puedo¡± que no se te olvide a?adir ¡°todav¨ªa¡±. Seguro que m¨¢s adelante, con tiempo y sacrificio, lo conseguir¨¢. Mostrar nuestra confianza en sus capacidades y esfuerzo es muy positivo para su autoestima.
- La importancia de las explicaciones: es habitual que los ni?os piensen que son los culpables de algo negativo que ha ocurrido dado el pensamiento egoc¨¦ntrico que les caracteriza. Por ello, es fundamental que se les explique lo que ha ocurrido para evitar que piensen que son malos, despistados, tontos o que sus padres est¨¢n enfadados por su culpa.
- Es muy positivo que tu hijo dude y sienta miedo: los ni?os y los adolescentes con autoestima ¨®ptima no son aquellos que hacen todo bien ni conf¨ªan en ellos en todos los contextos, sino que son conscientes de sus limitaciones y saben sacar partido de sus fortalezas.
- Somos modelos: el hecho de que el adulto est¨¦ en un pedestal no es positivo para el menor. Es importante que las figuras significativas nos mostremos cercanas, comprensivas y mostremos nuestros errores y limitaciones a nuestros hijos.
Si los adultos fu¨¦ramos m¨¢s conscientes de que la autoestima de los ni?os y adolescentes depende de nuestro buen hacer y de la satisfacci¨®n de sus necesidades, seguro que tendr¨ªamos j¨®venes con la autoestima m¨¢s sana, mejor preparados para enfrentarse a los envites de la vida y con menor sufrimiento.
Rafa Guerrero es psic¨®logo y doctor en Educaci¨®n. Director de Darwin Psic¨®logos. Autor de los libros ¡°Educaci¨®n emocional y apego¡± (2018), ¡°Cuentos para el desarrollo emocional desde la teor¨ªa del apego¡± (2019), ¡°C¨®mo estimular el cerebro del ni?o¡± (2020), ¡°Educar en el v¨ªnculo¡± (2020) y ¡°Vinculaci¨®n y autonom¨ªa a trav¨¦s de los cuentos¡± (2020).
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