?Pueden ser relajantes las vacaciones con varios hijos?

Para las familias que vamos aumentando el n¨²mero de hijos a cargo, llega una ¨¦poca en la que los veranos se complican a nivel log¨ªstico. De entrada, ya vivimos el cambio de las vacaciones de pareja a las de embarazo y beb¨¦. El ¡°pillamos un vuelo barato de ¨²ltimo momento y vamos a donde sea, comamos donde nos apetezca y no miramos el reloj para nada, que estamos de vacaciones¡± se convierte de golpe en ¡°no te dejes las bolsas del carrito, coge dos cremas m¨¢s por si acaso, y por lo poco que pesan, pilla 10 pa?ales m¨¢s que nunca se sabe¡±¡­

Se cambian el turismo gastron¨®mico de probar ese restaurante del concurso de la tele o de las recomendaciones del suplemento que lleva meses en el lavabo por un mont¨®n de potitos envasados al vac¨ªo para calentar en alg¨²n bar y polvitos de biber¨®n o teta a demanda. Y por supuesto, hay que respetar los horarios de comidas y minisiestas, que no se quede la criatura desnutrida y de paso pod¨¦is tener algo de conversaci¨®n adulta.

Seg¨²n la distancia entre v¨¢stagos, hay uno o dos veranos donde el beb¨¦ ya no es tan beb¨¦, puede comer lo mismo que los adultos y el cochecito ya no es ese armatoste gigantesco que no cabe en la mitad de los ascensores. Entonces te relajas y piensas que no es tan complicado y que pronto ya tendr¨¢s una personita que se espabila por s¨ª sola y que no hay que transportar ni alimentar t¨².

Y cuando el primero ya va m¨¢s o menos solo, llega el segundo y se repite el proceso. Como en las m¨ªticas pelis de gemelos de Van Damme, dos siempre dan m¨¢s guerra. Ahora necesitas m¨¢s sillitas, m¨¢s espacio en el maletero, m¨¢s juguetes para calmarlos, mayor variedad de comidas y medicinas¡­

La habitaci¨®n doble con cuna gratis y precio asumible ahora pasa a habitaci¨®n triple, cu¨¢druple o familiar, o te obligan a coger dos dobles, aunque al final acab¨¦is durmiendo todos en la misma cama y las otras solo sean el campamento base para pa?ales y juguetes.

Seg¨²n el tiempo que se lleven tus hijos, uno ya querr¨¢ aventura loca y el otro a¨²n necesitar¨¢ brazos o ser¨¢ totalmente suicida que juegue a lo mismo que su hermano. Controlar que los dos est¨¦n cuidados y felices ser¨¢ tan estresante que so?ar¨¢s con septiembre y el s¨¦ptimo de caballer¨ªa de los profes.

Y por supuesto, los que tienen tres, cuatro o cinco (los de seis para delante no tendr¨¢n tiempo de leer columnas de crianza) se ven atrapados en esta espiral durante m¨¢s a?os, qued¨¢ndose con dolor de espalda, mirada perdida y y¨¦ndose a hacer recados solos para no explotar contra la familia.

Pero por agotadores que sean, el tiempo convertir¨¢ estas vacaciones en id¨ªlicas.

Cuando los cr¨ªos se vuelvan adolescentes y se sienten en el restaurante sin apartar la mirada del m¨®vil, quej¨¢ndose de todo, echaremos de menos esas vacaciones en las que los ten¨ªamos todo el d¨ªa pegados a nosotros.

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