Una v¨ªctima de violaci¨®n: ¡°El Estado mexicano no est¨¢ interesado en resolver la violencia contra las mujeres¡±
A¨ªda Mulato cuenta las agresiones de la Justicia durante la investigaci¨®n de su caso, por el que el Estado debe ahora reparar el da?o
A¨ªda Mulato, de 35 a?os, se apoya sobre las m¨¢s de mil hojas que tiene su carpeta de investigaci¨®n por violaci¨®n. La monta?a de papeles pesa tanto que para transportarla, la joven de cuerpo delgado, cabello negro y ojos rasgados utiliza una bolsa de mercado. Parece una gu¨ªa telef¨®nica. Manoseada, se?alada y estudiada al detalle. Mulato conoce los recovecos del expediente porque en estos dos ¨²ltimos a?os, su vida ha girado en torno a ¨¦l. Conseguir justicia se ha vuelto un proceso desgastante y revictimizante en el que ha aprendido junto a sus abogadas no solo a defenderse de su agresor, sino tambi¨¦n del sistema de justicia. ¡°Entiendo que las mujeres no denuncien o no concluyan sus procesos legales porque, tal y como funciona el sistema, los agresores nos pueden seguir violentando en complicidad con las autoridades. En este sistema machista en el que vivimos, pesa m¨¢s c¨®mo ibas vestida, si te defendiste, si te practicaste un aborto o si has tenido varias parejas. El Estado mexicano no est¨¢ interesado en resolver la violencia contra las mujeres¡±, sentencia Mulato.
La mujer entra por la puerta de la Fiscal¨ªa General de Justicia de la Ciudad de M¨¦xico (FGJ), un edificio que ocupa toda una cuadra y al que se conoce como ¡°el b¨²nker¡±, agarrada a sus papeles. Hace unas semanas, un grupo de mujeres encapuchadas atacaron las instalaciones y quemaron cajas con expedientes como protesta por la represi¨®n policial a tiros en una manifestaci¨®n contra el feminicidio de la joven Alexis en Canc¨²n, Quintana Roo. Este 25 de noviembre, d¨ªa para erradicar la violencia de g¨¦nero, miles de mujeres protestar¨¢n en el pa¨ªs contra un Estado que no las protege. El hartazgo y la sensaci¨®n de que la justicia nunca alcanza a las mujeres en M¨¦xico, ha convertido a las fiscal¨ªas y procuradur¨ªas ¨Dencargadas de investigar las denuncias¨D en uno de los blancos de las protestas feministas. En un pa¨ªs en el que 10 mujeres son asesinadas al d¨ªa y la tasa de impunidad de los delitos supera el 95%, solo una de cada diez se atreve a denunciar, de acuerdo con datos oficiales.
Hay una palabra que flota sobre todos estos casos de violencia: revictimizaci¨®n. A la sensaci¨®n de inseguridad en el pa¨ªs, se suma un sistema incapaz de proteger a las mujeres que las violenta en cada paso. La investigaci¨®n de A¨ªda estuvo plagada de tantas irregularidades, que acab¨® en el fondo de un caj¨®n, como la mayor¨ªa de experdientes. En el primer peritaje psicol¨®gico que le hicieron, las especialistas de delitos sexuales copiaron y pegaron la informaci¨®n de otro caso que no ten¨ªa nada que ver con la denuncia de Mulato. En 2020, la Fiscal¨ªa reconoci¨® en un informe que hab¨ªa hecho mal su trabajo y por lo tanto, que no pod¨ªa cerrar el caso. Se falt¨® al debido proceso y no se aplic¨® en ning¨²n momento la perspectiva de g¨¦nero. Ahora, el Estado mexicano est¨¢ obligado a reparar el da?o. ¡°Mi caso ya hab¨ªa sido archivado, pero fue rescatado de nuevo cuando la Comisi¨®n de Derechos Humanos de la Ciudad de M¨¦xico lo incluy¨® junto a otros 16 casos de v¨ªctimas de violencia sexual en la recomendaci¨®n 08/2019, por violencia institucional¡±, subraya.
¡°La violencia institucional se ejerce contra las mujeres en todos los niveles del Estado y est¨¢ recogida en la ley a nivel federal y en las leyes estatales¡±, explica Suhayla Bazbaz, directora de la organizaci¨®n Cohesi¨®n Comunitaria e Innovaci¨®n Social (CCIS). Polic¨ªas, fiscal¨ªas y jueces violentan a las mujeres cuando no les dan un trato digno, se las intenta disuadir para que abandonen la denuncia, se las prejuzga o no se aplica la perspectiva de g¨¦nero ni en la investigaci¨®n ni en el juicio. Un ejemplo de ello es el feminicidio de Abril P¨¦rez hace un a?o y la cadena de errores jur¨ªdicos y periciales que acab¨® con su vida, su marido, el principal sospechoso est¨¢ pr¨®fugo.
¡°Tambi¨¦n violentan los funcionarios del poder legislativo y ejecutivo cuando se criminalizan las protestas feministas o se aprueban leyes en contra de sus derechos¡±, explica Bazbaz. Desde que lleg¨® la nueva fiscal al cargo hace dos a?os, Ernestina Godoy, la FGJ ha abierto 300 carpetas de investigaci¨®n por delitos sexuales contra polic¨ªas y elementos de la Guardia Nacional y la Sedena. Ocho de cada 10 ocurrieron cuando los servidores p¨²blicos se encontraban de servicio, se?alan desde CCIS. Solo han conseguido llegar ante un juez el 13% de ellas. ¡°La Fiscal¨ªa de delitos sexuales tiene ahora mismo 9.000 carpetas sin resolver y otras 19.000 en la Fiscal¨ªa que se encarga de violencia familiar¡±, comenta Ximena Ugarte, Asesora Jur¨ªdica del Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio.
A¨ªda, que forma parte de ese 10% visible que denuncia, se adentra en el laberinto de ventanillas y despachos del ¡°b¨²nker¡± hasta dar con el escritorio del ministerio p¨²blico (MP) que lleva su caso. La silla est¨¢ vac¨ªa. La funcionaria que investigaba su carpeta ha sido transferida a otra unidad sin previo aviso y su compa?era ser¨¢ la encargada de dar continuidad a las investigaciones: 235 casos m¨¢s que acaba de heredar adem¨¢s de los propios. La funcionaria comienza a leer un expediente equivocado hasta que la v¨ªctima le explica que ese no es su caso. Vuelve a revisar entre las monta?as de archivadores y pasados unos minutos da con la carpeta correcta. Mientras, los papeles apilados y las cajas de cart¨®n llenas de documentos se acumulan en los pasillos, sobre las mesas y las sillas. La sensaci¨®n es ca¨®tica.
Como la nueva fiscal no conoce el asunto, la joven tiene que volver a contar, otra vez, detalles de su violaci¨®n a manos de un m¨¦dico, un funcionario p¨²blico. Alguien que, seg¨²n el relato de la v¨ªctima, se aprovech¨® de la relaci¨®n de confianza para drogarla y abusar de ella. Pese al tir¨®n de orejas de la Comisi¨®n de Derechos Humanos, la Fiscal¨ªa volvi¨® a incorporar una nueva evaluaci¨®n psicol¨®gica llena de prejuicios, detalles de su vida personal que nada ten¨ªan que ver con la violaci¨®n y nuevos datos falsos.
¡°Hay una falla sist¨¦mica que tiene que ver con la cultura patriarcal y con actos y omisiones de los servidores p¨²blicos que no cumplen la obligaci¨®n del Estado de respetar y garantizar el derecho de las mujeres a una vida libre de violencia. Decir que es un problema sist¨¦mico no reduce la responsabilidad de quienes est¨¢n en un cargo p¨²blico¡±, concluye Suhayla Bazbaz. Ximena Ugarte est¨¢ de acuerdo con esta afirmaci¨®n y agrega: ¡°En este pa¨ªs las mujeres consiguen justicia a base de pelearla ellas mismas. Si ellas no luchan, el Estado no las protege¡±.
Despu¨¦s de m¨¢s de dos horas, A¨ªda Mulato sale de la Fiscal¨ªa con un sabor amargo en la boca. ¡°Debemos hablar de la importancia que tiene poder juzgar y condenar a los agresores sexuales, porque la violaci¨®n es la antesala del feminicidio. Si est¨¢n matando a 10 mujeres al d¨ªa en M¨¦xico es porque el Estado no est¨¢ haciendo lo que le corresponde¡±. Su lucha por conseguir justicia todav¨ªa no acaba.
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