Los comerciantes de la capital: ¡°No nos afectan las restricciones porque la gente no les hace caso¡±

La entrada de urgencias del Hospital General de M¨¦xico se encuentra rodeada de un campamento improvisado de familiares de pacientes que esperan entre sillas de camping, cartones y tuppers. Este centro empez¨® a revertir su transformaci¨®n en hospital covid el pasado 10 de agosto ante la baja de hospitalizaciones, 139 d¨ªas despu¨¦s de ingresar a su primer paciente y tras haber alcanzado su pico m¨¢ximo de ocupaci¨®n el 31 de mayo, cuando ten¨ªan 202 pacientes hospitalizados. Pero este viernes, con 297 nuevos ingresos por coronavirus en la capital ¡ªel n¨²mero m¨¢s alto desde junio¡ª, el ambiente fuera de este hospital recuerda a los peores momentos de la pandemia. Ahora, las camas se est¨¢n ocupando hasta llegar al l¨ªmite de su capacidad. Actualmente hay 3.916 personas hospitalizadas en Ciudad de M¨¦xico, lo que representa el 56% de la capacidad de atenci¨®n hospitalaria. ¡°En urolog¨ªa han tenido que volver a suspender las cirug¨ªas y atender solo urgencias para poder usar mejor los recursos¡±, se queja un joven enfermero en las puertas del hospital tras un turno de 72 horas sin descanso.

A pocos kil¨®metros de all¨ª, el Centro Hist¨®rico vive una realidad paralela. Sus calles son un laberinto de comercios en donde miles de personas, algunas sin cubrebocas, se aglomeran y chocan entre s¨ª para comprar regalos y adornos navide?os. Las calles parecen no recoger el urgente mensaje de esta ma?ana, cuando el presidente, Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador, y la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, pidieron un confinamiento voluntario a los habitantes de la capital para la ¨¦poca de fiestas de fin de a?o. ¡°Si no tenemos nada verdaderamente importante que hacer, no salgamos a la calle¡±, ha insistido el mandatario en un esfuerzo por poner orden en la capital. Este viernes, el pa¨ªs report¨® 12.127 nuevos casos de la covid-19, de las cuales 4.459 fueron en la ciudad. M¨¦xico registr¨® 690 muertes, 88 de ellas en Ciudad de M¨¦xico.

En el Hospital General del Instituto Mexicano del Seguro Social el bullicio a¨²n no ha llegado. Elena Hern¨¢ndez Mendoza espera en esta calle a la ambulancia para acompa?ar a su hermana a hacerse unas pruebas. La ingres¨® hace dos d¨ªas por un infarto cerebral y asegura que en este centro, marcado en rojo en el mapa de hospitales covid por su baja disponibilidad de camas, han sido atendidas sin ning¨²n problema por un doctor exhausto. ¡°Los m¨¦dicos se han puesto la camiseta, se la est¨¢n jugando por nosotros¡±, dice con orgullo. Esta enfermera jubilada habla con tono preocupado. A su hermana le encontraron un cuadro de neumon¨ªa y ha tenido que hacerse la prueba PCR, algo que Hern¨¢ndez no entiende por qu¨¦ si han seguido todas las recomendaciones. Por eso le da ¡°tanto coraje¡± pensar en que la poblaci¨®n ¡°sigue actuando como si no pasara nada¡±, como el taxista que la llev¨® hasta ah¨ª. ¡°Ni cubrebocas llevaba, me dijo que ¨¦l se toma un t¨¦ para combatir el virus y listo¡±, recuerda con enfado. Al llegar presenci¨® c¨®mo los trabajadores sanitarios se reun¨ªan fuera del hospital para orar por un m¨¦dico recientemente fallecido por la covid.

El aumento de hospitalizaciones ha sido imparable desde principios de octubre, cuando la disponibilidad de camas hab¨ªa llegado a su punto m¨¢s alto. Antes de acabar el mes, la curva cambi¨® y empez¨® a ascender. Desde entonces, ni la reducci¨®n de horario de los bares y restaurantes, ni la limitaci¨®n de aforo, ni la cancelaci¨®n de las celebraciones del D¨ªa de Muertos han dado resultados. La Ciudad de M¨¦xico, junto a Baja California y Zacatecas, que han vuelto al sem¨¢foro rojo este viernes, se encuentran entre las zonas m¨¢s afectadas por la pandemia. La capital se mantiene en sem¨¢foro naranja para evitar el desplome de la econom¨ªa. Las nuevas restricciones anunciadas este viernes prometen reforzar las medidas y filtros sanitarios sin imponer el uso del cubrebocas ni las cuarentenas estrictas. ¡°La poblaci¨®n ya respondi¨® muy bien al principio de la pandemia. No es necesario tomar toques de queda¡±, ha insistido la alcaldesa.

Las enfermeras que hacen un descanso de su turno aseguran que los capitalinos no se lo est¨¢n tomando en serio. ¡°Hoy ven¨ªa en el metro y vi como un hombre sin mascarilla estornudaba en su mano y la usaba para agarrarse al barandal otra vez¡±, narra con disgusto. Entre sus compa?eros se habla de que cada vez falta m¨¢s personal y camas para atender a los pacientes. ¡°Incluso en Pediatr¨ªa tengo una compa?era que me dice que su pabell¨®n est¨¢ lleno y mientras la gente piensa que estando en sem¨¢foro naranja se puede salir libremente¡±, lamenta. Cuando llegue a casa se dar¨¢ una ducha, se desinfectar¨¢ e intentar¨¢ adelantar los preparativos para las fiestas, que celebrar¨¢ solo con las personas con las que convive. ¡°Este a?o, mi familia las pasar¨¢ cada uno en su casa¡±, sentencia.

En el Centro Hist¨®rico las calles de comercios est¨¢n saturadas. El laberinto urbano es un hormiguero de gente que se abre paso entre empujones y bolsas con regalos entre las estrechas aceras. La m¨²sica navide?a y las luces amenizan las largas colas que se forman para pasar el filtro sanitario antes de entrar a las tiendas. Para sacar dinero de un cajero en esta zona comercial se necesita una espera de m¨¢s de media hora. Entre las bocinas del tr¨¢fico colapsado, los compradores deben gritarse para pedirse perd¨®n cada vez que se chocan entre ellos por la falta de espacio para caminar. En la jugueter¨ªa Toy Storm aseguran que estas aglomeraciones son habituales y que se pondr¨¢n peor a medida que se acerque el 25 de diciembre. Liliana Aparicio, gerente de la tienda, asegura que las nuevas restricciones que ha impuesto el Gobierno no se notar¨¢n en las ventas. ¡°No nos va a afectar por la gente no hace caso¡±, dice con seguridad.

En la calle Rep¨²blica de Uruguay, unos ni?os tiran de las faldas de su madre en las puertas de una tienda de adornos y fiestas del que cuelgan pi?atas. Ya ofertan las guirnaldas y los ¨¢rboles de Navidad entre los globos y las velas de cumplea?os. Sus trabajadores, quienes se quejan de que no todos los clientes llevan el cubrebocas, relatan c¨®mo se ha notado la disminuci¨®n tanto de las compras como del valor de los art¨ªculos comprados. La mayor¨ªa de sus ventas ahora son para reuniones peque?as, pero admiten que siguen teniendo pedidos para fiestas. No creen que las nuevas medidas ayuden a frenar los contagios. ¡°?Si ya cuando est¨¢bamos en sem¨¢foro rojo la gente sal¨ªa y hac¨ªa lo que quer¨ªa!¡±, afirman entre risas.