La alianza del PRI, PAN y PRD: una f¨®rmula vac¨ªa para vencer al enemigo com¨²n
La uni¨®n entre las tres formaciones nace para ara?ar el poder del presidente pero sin un modelo ideol¨®gico, a juicio de los analistas


La anunciada uni¨®n del PRI y el PAN ante las elecciones legislativas de 2021 no ha supuesto gran sorpresa para algunos, sin embargo, como lo ha calificado el presidente de M¨¦xico, Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador, es un acontecimiento ¡°hist¨®rico¡± debido a su tradici¨®n de rivales pol¨ªticos durante d¨¦cadas. Ambas formaciones han encontrado un enemigo com¨²n al que vencer, aunque su proyecto ideol¨®gico no tenga l¨ªneas precisas. La gran mayor¨ªa que atesora L¨®pez Obrador en las C¨¢maras y los altos ¨ªndices de aprobaci¨®n que conserva entre el electorado, a decir de las encuestas, se alzan todav¨ªa como una barrera infranqueable para cualquier aventura de la oposici¨®n, que se lanza de forma desesperada a esta alianza. Un frente com¨²n, en todo caso, siempre es temible y el partido del presidente, Morena, se apresura a criticar un conglomerado (PRI, PAN y PRD) que le parece ¡°perverso¡± y con un solo objetivo: seguir manteniendo las cotas de poder que perdieron.
Quienes se manifiestan preocupados por la enorme presencia del presidente y su partido en las instituciones democr¨¢ticas ven en esta alianza ¡°un paso en la direcci¨®n correcta para resolver el problema de la fragmentada oposici¨®n¡±. ¡°Se ha impuesto el pragmatismo pol¨ªtico, las identidades ideol¨®gicas se han diluido. No es de extra?ar que esto ocurra, en realidad, el presidente est¨¢ usando la misma estrategia que ya us¨® el PRI durante d¨¦cadas, romper la oposici¨®n. L¨®pez Obrador es hostil hacia los partidos pol¨ªticos, incluso al suyo¡±, r¨ªe al tel¨¦fono Soledad Loaeza, profesora em¨¦rita de Ciencias Pol¨ªticas del Colegio de M¨¦xico.
Las tres formaciones representan lo que L¨®pez Obrador -que milit¨® en el PRI y en el PRD- ha calificado de viejo r¨¦gimen, y que la conocida como Cuarta Transformaci¨®n pretende liquidar. El PAN y el PRD ya acudieron juntos a la ¨²ltima elecci¨®n presidencial, con Ricardo Anaya como candidato. Ahora la alianza cobra fuerza con el PRI, el omnipresente partido de M¨¦xico, que gobern¨® el pa¨ªs durante 90 a?os ininterrumpidos hasta el 2000, y que retom¨® el poder en 2012 con Enrique Pe?a Nieto. Las acusaciones de corrupci¨®n han lastrado la imagen del partido. El PAN es el archienemigo de L¨®pez Obrador, en la medida en que fue la formaci¨®n con la que Felipe Calder¨®n lleg¨® a Los Pinos, en unas elecciones tachadas de fraudulentas por el actual presidente.
A juicio de Loaeza, la coalici¨®n es ahora ¡°m¨¢s normal¡± que d¨¦cadas atr¨¢s, porque sus principios son ¡°similares, aunque lo que tienen m¨¢s en com¨²n es un adversario, el presidente de la Rep¨²blica, ni siquiera a Morena¡±, a?ade. ¡°Creo que est¨¢ en juego el reformismo pol¨ªtico, el presidente no ha buscado la reconciliaci¨®n, le dan desgana los que no piensan como ¨¦l, le da flojera, a menos que se pelee con ellos. No s¨¦ si el fracaso en la pluralidad pol¨ªtica que buscamos en los ochenta han sido los partidos, L¨®pez Obrador no tiene fuerza para atribuirle tanto. O quiz¨¢ los mexicanos somos refractarios a la organizaci¨®n, pero el hecho es que los partidos no cuajan, pierden y se descomponen¡±, afirma. Pero Loaeza cree que hay una oposici¨®n de clase media creciendo ¡°a pasos agigantados que va a traer problemas al Gobierno¡±.
La alianza, que ha recibido el aliento de organizaciones civiles conservadoras y ligadas al empresariado, se presentar¨¢ en las intermedias en 158 de los 300 distritos electorales, encabezada por el Partido Acci¨®n Nacional (PAN) en 61 de ellos, por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) en 53 y por el Partido de la Revoluci¨®n Democr¨¢tica (PRD) en 44. ¡°Yo no creo que esta unificaci¨®n le venga mal al presidente, al contrario, puede venirle bien, porque quedar¨¢ claro que, aun as¨ª, no ser¨¢n una alternativa para llegar a la marca [de Morena], seg¨²n dicen las encuestas por ahora¡±, afirma Lorenzo Meyer, profesor de Historia Pol¨ªtica del M¨¦xico contempor¨¢neo.
Ese es precisamente el peligro para la democracia que ve el historiador Enrique Krauze, la enorme concentraci¨®n de poder, bien que legitimado por las urnas. ¡°Debemos luchar contra eso, en M¨¦xico tenemos a?os, siglos, con esa experiencia y no es bueno. Hay que introducir equilibrios, yo siempre estar¨¦ a favor de eso¡±, se?ala. Krauze conoce bien el pasado rival del PRI y el PAN, cuando el primero se consolidaba, d¨¦cada a d¨¦cada, como la ¡°dictadura perfecta¡±, en palabras del Nobel Vargas Llosa, y el segundo ¡°bregaba eternidades¡± present¨¢ndose a las elecciones una y otra vez, sin desmayo, para nada, ante la ficci¨®n de un PRI imbatible. Pero cree que el actual ¡°r¨¦gimen autoritario y populista¡± requiere una f¨®rmula como la ahora propuesta. ¡°Se trata de evitar un mal mayor y conseguir un equilibrio de poder¡±, afirma. Equilibrado o no, es el resultado que quiso la ciudadan¨ªa mexicana apenas hace dos a?os. ¡°Sin duda, lo ganado en las urnas es sagrado, pero para llegar a ello, tan leg¨ªtima como esta alianza es la que form¨® Morena, con partidos como los evang¨¦licos. No es algo que debamos lamentar, es el juego de la vida pol¨ªtica y creo que el primer problema que ha tenido M¨¦xico siempre es la concentraci¨®n de poder¡±, dice Krauze. El autor de M¨¦xico. Biograf¨ªa del poder (Tusquets) es consciente de que detr¨¢s de esta f¨®rmula electoral de la oposici¨®n ¡°no hay una convergencia ideol¨®gica ni de programas, sino que se trata de que Morena no tenga en la C¨¢mara de Diputados una mayor¨ªa como la actual¡±.
En eso, curiosamente, coincide con el presidente, que ve en este movimiento solo una jugada pol¨ªtica ¡°para recuperar el poder¡± y lo asocia a la incomodidad de sus adversarios por haber perdido el modelo del pasado, que este mismo lunes ha resumido en ¡°corrupci¨®n y presupuesto¡±.
En M¨¦xico, dice la analista pol¨ªtica Viridiana R¨ªos, la gente no vota por resultados, sino por modelos. ¡°Todos expusieron un modelo para salvar al pa¨ªs. El PRI dec¨ªa que hab¨ªa que apostar al libre mercado y se gener¨® un pa¨ªs de oligopolios cercanos al poder; el PAN consideraba que lo que hac¨ªa falta era fortalecer el Estado de Derecho y se elev¨® la violencia; el pe?anietismo dec¨ªa que M¨¦xico no funcionaba porque hac¨ªan falta reformas estructurales, y se increment¨® la pobreza y la corrupci¨®n. El modelo de L¨®pez Obrador podr¨¢ parecer populista y tradicional, pero es m¨¢s fresco: habla de M¨¦xico como una plutocracia, y todos sabemos que es as¨ª, corrupci¨®n pol¨ªtica y nepotismo. Por d¨¦cadas, este pa¨ªs no ha tenido una interpretaci¨®n de por qu¨¦ las cosas no funcionan que haya contado con tanto eco entre la gente. Y no creo que eso vaya a cambiar en solo dos a?os¡±, afirma. ¡°Esta nueva plataforma [de oposici¨®n] no tiene un proyecto, m¨¢s que quitar a L¨®pez Obrador el poder¡±.
El neocardenismo que encarn¨® como aspirante a la presidencia uno de los hijos del general, Cuauht¨¦moc C¨¢rdenas, y su partido, el PRD, fueron los inicios de la confluencia entre el PRI y el PAN, de nuevo ante la inminencia de un poderoso enemigo com¨²n. Ambas formaciones han coqueteado en los ¨²ltimos tiempos y establecido alianzas electorales en el ¨¢mbito local. No es nuevo que ahora reediten esa experiencia con mayor ambici¨®n. Lorenzo Meyer cree, como se afirma tambi¨¦n en Morena, que ha habido cesiones de poder entre uno y otro partido, por tanto, ¡°ninguna sorpresa¡± constituye para ¨¦l esta coalici¨®n. ¡°Lo que no me explico es por qu¨¦ no lo hicieron en 2018¡±, se pregunta. ¡°Ahora s¨ª han visto el dedo de Dios que les se?ala lo que tienen que hacer¡±, se r¨ªe al otro lado de la l¨ªnea. Y coincide con los dem¨¢s en que los dos partidos, anta?o adversarios ac¨¦rrimos, ¡°no tienen ya razones para enemistarse, son el mismo proyecto. De hecho, no tienen proyecto¡±.
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