¡°El imperialismo estadounidense es m¨¢s terrible que el que sufri¨® M¨¦xico de la Corona espa?ola¡±
El autor viaja por cinco siglos de M¨¦xico en ¡®Ni siquiera los muertos¡¯ y considera que ¡°en ciertos sectores de Espa?a hay un intento de ver la conquista como la llegada de la luz a Am¨¦rica, una visi¨®n terror¨ªfica¡±
Con poco m¨¢s de 400 p¨¢ginas, Ni siquiera los muertos (Sexto piso), novela del escritor espa?ol Juan G¨®mez B¨¢rcena (Santander, 1984), lleva al lector por un viaje de cinco siglos a trav¨¦s de la historia de M¨¦xico. Seguimos a Juan de To?anes, un soldado de la conquista venido a menos que espera aburrido en una polvorienta taberna a que las autoridades reconozcan su servicio a la Corona, cuando el virrey de M¨¦xico le encomienda una ¨²ltima aventura: cazar a un ind¨ªgena rebelde, tambi¨¦n llamado Juan, que va por las tierras conquistadas predicando herej¨ªas entre los suyos. En las p¨¢ginas ¨Ccon una narrativa que recuerda a El Quijote, las Cr¨®nicas de Indias o los cuentos de Rulfo¨C llenas de cadencia y tambi¨¦n humor aparecen la epidemia de 1545 que aniquil¨® a millones de ind¨ªgenas, las crueldades de la conquista espa?ola, la insurrecci¨®n contra el conquistador, la revoluci¨®n mexicana, la migraci¨®n, la violencia de Ciudad Ju¨¢rez y sus mujeres desaparecidas, hasta los d¨ªas de Trump, con su discurso de odio contra quienes intentan llegar a su pa¨ªs en busca de mejores horizontes. Es una proeza narrativa con la que G¨®mez B¨¢rcena afirma que quiere demostrar que la historia es c¨ªclica y que los seres humanos parecemos condenados a repetir los mismos errores. ¡°Me interesa el an¨¢lisis del pasado como v¨ªa para comprender al ser humano¡±, afirma el escritor en esta entrevista realizada por zoom entre Ciudad de M¨¦xico y Madrid.
Pregunta. Su novela ha sufrido, como much¨ªsimos proyectos en este a?o, el golpe de la pandemia. Sali¨® justo en marzo, cuando Europa y Am¨¦rica se cerraban a cal y canto. ?C¨®mo ha llevado esos meses de encierro con un proyecto que ped¨ªa a gritos ser conocido y reconocido?
Respuesta. No conoc¨ªamos el alcance de esto. Yo, y algunas personas a mi alrededor, ten¨ªamos la ficci¨®n de que durar¨ªa unas semanas. Daba rabia que coincidiera justo con la salida del libro. Luego, cuando vas viendo la gravedad de la situaci¨®n, empiezas a pensar menos en la literatura y m¨¢s en la vida. Desde luego fue muy duro, porque es el trabajo de tres a?os. Esto revela lo que vivimos en el mundo editorial, porque si un libro no despega durante los dos primeros meses casi est¨¢ condenado al desconocimiento absoluto. Por suerte, y no s¨¦ c¨®mo ha sido en M¨¦xico, aqu¨ª los libros han gozado de un recorrido diferente, porque los libros de marzo, el m¨ªo entre ellos, contin¨²an apareciendo en los escaparates. Ha habido una comprensi¨®n por parte de las librer¨ªas y el mercado de que estos libros deb¨ªan tener una vida diferente.
P. Uno de los cap¨ªtulos m¨¢s duros relata precisamente la epidemia que aniquil¨® a millones de ind¨ªgenas en M¨¦xico durante la conquista. Ah¨ª est¨¢ el primer gui?o de actualidad en una obra cr¨ªtica con lo que ocurre en nuestros tiempos.
R. Ese gui?o fue absolutamente azaroso, porque cuando yo escrib¨ª la ¨²ltima l¨ªnea de la novela all¨¢ por noviembre [de 2019] ni siquiera conoc¨ªa la existencia de este virus. Si escog¨ª tratar la epidemia de 1545 es porque me parece muy sorprendente lo catastr¨®fica que fue, porque est¨¢ entre las epidemias m¨¢s graves del mundo, con el a?adido de que extermina casi por completo toda una cultura. Y sin embargo esto no se trata casi en libros, apenas hay fuentes, apenas hay un acercamiento historiogr¨¢fico a la cuesti¨®n. Hoy d¨ªa ni siquiera estamos del todo seguros de qu¨¦ fue lo que mat¨® a tantos ind¨ªgenas en 1545. Hay quien ha hablado de la salmonela, pero no est¨¢ probado. Y eso me resultaba un desconocimiento muy flagrante, que al final tiene que ver con el sesgo racista de la historia, porque en la medida que no afect¨® a los europeos me parece que no hubo demasiado inter¨¦s en tratarla. Y entonces a m¨ª me interesaba mucho tratar la epidemia y al mismo tiempo usarla como s¨ªmbolo de la destrucci¨®n del mundo ind¨ªgena.
P. La novela es un viaje a ese pasado que vivi¨® M¨¦xico con la conquista. ?C¨®mo debemos acercarnos a aquella historia? ?Simplificarla? ?Verla bajo la lupa de buenos y malos, conquistados y conquistadores, saqueados o saqueadores?
R. Al final todos estamos simplificando un poco la cuesti¨®n y a m¨ª lo que me gusta a la hora de acercarme a la historia, que es algo a lo que est¨¢ muy vinculada mi obra literaria, es ser lo m¨¢s profundo y riguroso posible, porque tratar con simplicidad el pasado nos lleva a tratar con simplicidad nuestro presente. Muchas veces escogemos mirar el pasado de una manera para justificar pol¨ªticas de hoy. Siempre me he encontrado una posici¨®n un tanto dif¨ªcil dentro de las lecturas de la conquista, porque hay quien ve la conquista como un genocidio sistem¨¢tico, como un proyecto espa?ol de destruir las culturas ind¨ªgenas. Creo que las fuentes prueban que esto no es cierto en lo absoluto, que al mismo tiempo existieron proyectos humanistas dentro de la conquista, lo que pasa es que no podemos esperar de ellos una sensibilidad contempor¨¢nea. Por otro lado, lo que observo desde Espa?a, por lo menos en ciertos sectores, es un intento de ver la conquista como la llegada de la luz a Am¨¦rica, como casi un regalo de civilizaci¨®n que concede Europa a los pueblos primitivos. Esa visi¨®n me parece terror¨ªfica, porque no podemos obviar las inmensas matanzas, la despreocupaci¨®n por las epidemias, la esclavitud de facto que vivieron millones de ind¨ªgenas. Yo con esta novela quer¨ªa demostrar una posici¨®n un tanto intermedia, no por aquello de la equidistancia, sino porque el an¨¢lisis de las fuentes nos lleva a una posici¨®n m¨¢s matizada.
P. ?Personalmente c¨®mo la ve ahora?
R. El problema es que creo que la estamos usando con fines pol¨ªticos de manera muy clara y creo que a veces es una manera, desde M¨¦xico, de apartar el foco de problemas contempor¨¢neos que puede tener, por ejemplo, la poblaci¨®n ind¨ªgena, que es algo de lo que a m¨ª me gustar¨ªa que se hablara m¨¢s. Y desde Espa?a, por supuesto, es una forma muy indulgente de ver el propio pasado y tambi¨¦n una manera de despertar cierto nacionalismo espa?ol que yo por lo menos cre¨ªa m¨¢s mitigado, pero que el ascenso de partidos de ultraderecha como Vox claramente me demuestra que me equivoqu¨¦.
P. Su novela es un viaje por cinco siglos: Conquista, revoluci¨®n, la Bestia, migraci¨®n, Ciudad Ju¨¢rez y sus desaparecidas, proxenetas, violencia¡ Es un trabajo que lleva al lector ¨Centre el horror y el humor¡ªpor la historia de M¨¦xico, pero tambi¨¦n que da la idea de que la historia se repite en sus mismos errores.
R. S¨ª. Corresponde exactamente a mi visi¨®n del mundo. Tengo la sensaci¨®n de que permanentemente hay ciertas ideas y ciertos discursos que adoptan diferentes m¨¢scaras y formas, pero que en realidad van coteando entre ¨¦pocas de tal modo que muchas veces el an¨¢lisis del pasado, cuando es profundo, nos da claves para comprender el presente. Me interesa mucho ese proceso de repetici¨®n en la medida que seguimos siendo los mismos seres humanos, teniendo unas emociones semejantes, con luchas de poder iguales. Me interesa ese an¨¢lisis del pasado como v¨ªa para comprender al ser humano.
P. Uno de los momentos cumbre de la novela es el que relata el mitin de Trump y la par¨¢bola de la serpiente que muerde a quien le ayuda, la oposici¨®n entre un Estados Unidos bueno y los migrantes malos. ?Trump se presenta como la en¨¦sima tragedia mexicana?
R. Sin duda. Ese discurso de la serpiente es aut¨¦ntico. Lo que Trump seguramente ignora es que es una f¨¢bula que viene de Esopo. Creo que lo que est¨¢ haciendo Trump, seguramente sin saberlo, es un nuevo aderezo a partir de ciertos discursos simplistas, de odio, racistas, que llevan siglos funcionando y estableciendo una nueva jerarqu¨ªa de denominado y opresi¨®n basada en una supuesta idea de libertad, relacionada con el liberalismo econ¨®mico y con el capitalismo galopante en que vivimos. Me interesaba mucho demostrar c¨®mo a trav¨¦s de toda esa tradici¨®n finalmente Trump, en ciertos elementos, es una vuelta al origen. Con esto jugaba ya no solo a lo que dec¨ªamos antes de que el pasado se repite, sino que la historia tiene una cierta querencia por lo circular.
P. ?Puede haber un paralelismo en la historia entre aquella conquista espa?ola y la opresi¨®n que ha intentado imponer a los migrantes mexicanos el presidente de Estados Unidos?
R. Sin duda. Y era uno de los objetivos de la novela, comparar el imperialismo espa?ol con el imperialismo estadounidense. Por supuesto presentan much¨ªsimas diferencias, pero hay ciertos elementos en los que el imperialismo estadounidense es m¨¢s terror¨ªfico que el que sufri¨® M¨¦xico con la Corona espa?ola.
P. ?Terror¨ªfico en qu¨¦ sentido?
R. Ya no solo introduce una dominaci¨®n f¨ªsica, sino ideol¨®gica, crea una c¨¢rcel del pensamiento en la que el migrante en ¨²ltimo t¨¦rmino tiene que pelearse con su propia identidad cultural, establecer un grado cero al llegar a EE UU, renunciar y rechazar sus ra¨ªces, lo que me parece una amputaci¨®n de la peor clase.
P. El fin del libro recuerda aquella frase atribuida a Porfirio D¨ªaz: ¡°Pobre M¨¦xico, tan lejos de Dios y tan cerca de Estados Unidos¡±.
R. Efectivamente. Me parece una frase estupenda. Y claro, parte de la tragedia de M¨¦xico es su vecino.
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