Marta Sahag¨²n, la primera dama que quer¨ªa salvar a los pobres y se salv¨® a s¨ª misma
La periodista Olga Wornat presenta la reedici¨®n de ¡®La jefa¡¯ a 20 a?os de su publicaci¨®n, una biograf¨ªa que caus¨® gran revuelo en el M¨¦xico de Vicente Fox
Marta Sahag¨²n quer¨ªa ser la Evita Per¨®n mexicana. O al menos eso dec¨ªa a la prensa cuando era primera dama. La esposa del expresidente Vicente Fox Quesada (2000-2006) se mostraba obsesionada con la abanderada argentina de los descamisados, la mujer de Juan Domingo Per¨®n que se hizo conocida mundialmente como defensora de los pobres. ¡°Yo tengo que ser Evita¡±, repet¨ªa Sahag¨²n en aquel entonces. Pero esa mujer de clase media que lleg¨® al poder prometiendo ayudar a los m¨¢s necesitados acab¨® envuelta en esc¨¢ndalos y acusaciones de corrupci¨®n. ¡°Termin¨® en el ocaso m¨¢s oscuro¡±, dice la periodista argentina Olga Wornat (Misiones, 62 a?os). A dos d¨¦cadas de la publicaci¨®n de La jefa, una biograf¨ªa de la exprimera dama que caus¨® gran revuelo en M¨¦xico en los inicios del sexenio de la transici¨®n, la autora presenta la reedici¨®n.
¡°Todo lo que hizo Marta Sahag¨²n, lo hizo para s¨ª misma¡±, dice Wornat por videollamada desde Argentina, donde vive desde que dej¨® M¨¦xico en 2011 bajo amenazas de muerte. Cuando Fox gan¨® la elecci¨®n presidencial y puso fin a 71 a?os de priismo en el poder, lleg¨® a Los Pinos de la mano de Sahag¨²n, con quien en ese entonces ten¨ªa una relaci¨®n amorosa extramatrimonial. La mujer, nacida en una ciudad industrial del Estado de Michoac¨¢n, pas¨® inmediatamente a ser la vocera del presidente. Presumida, coqueta y siempre con una sonrisa en el rostro, la portavoz gan¨® tanto protagonismo que ¡°mandaba casi a la par¡± del mandatario.
Con una popularidad mucho mayor a la de Fox, Sahag¨²n empez¨® a so?ar con la presidencia. ¡°Las mujeres humildes estaban contentas porque dec¨ªan: ¡®Por un fin una primera dama que no es sumisa¡±, recuerda la periodista. Pero el poder se le fue a la cabeza. ¡°Marta cambi¨®. Dej¨® de ser aquella mujer que parec¨ªa que iba a ocuparse de los m¨¢s vulnerables. Se corrompi¨®, se corrompieron sus hijos, se corrompi¨® el Gobierno y ocurrieron cosas terribles en ese sexenio¡±.
La jefa ventila las intimidades de la pareja en su carrera a Los Pinos y durante el Gobierno, desde acusaciones por violencia de g¨¦nero al primer marido de Sahag¨²n hasta los problemas en la alcoba presidencial, y recorre las desavenencias palaciegas y los pactos de impunidad con criminales. Cuando se public¨® por primera vez ¡ªun best-seller casi inmediato¡ª, Wornat insinuaba tr¨¢fico de influencias y el uso de recursos p¨²blicos para fines privados. La autora cargaba ya en 2001 contra los hijos que la primera dama tuvo con un veterinario de Guanajuato por ser ¡°unos buenos para nada¡± con una ¡°voracidad manifiesta para hacer negocios¡± que generaban serias dudas sobre la legalidad. Pocos a?os despu¨¦s, dos de los herederos terminaron envueltos en el caso Oceanograf¨ªa, un esc¨¢ndalo de corrupci¨®n que involucraba a la petrolera nacional.
¡°Ella sab¨ªa lo que hac¨ªan sus hijos, era su socia, los apa?aba¡±, comenta Wornat. Sahag¨²n llev¨® a la escritora a los tribunales por da?o moral tras la publicaci¨®n en 2005 del libro Cr¨®nicas malditas, un texto donde profundizaba sobre los negocios il¨ªcitos de los herederos de la primera dama. Un caso que lleg¨® a la Corte Suprema y termin¨® ganando la argentina. ¡°Yo nunca me met¨ª con su vida, ejerc¨ª mi derecho a escribir sobre una persona que estaba en el poder¡±, dice la periodista. La reedici¨®n de la obra toma actualidad en medio del proceso judicial contra el jefe de la polic¨ªa Genaro Garc¨ªa Luna, detenido en Estados Unidos por delincuencia organizada. El exn¨²mero uno del cuerpo policial durante el sexenio de Felipe Calder¨®n (2006-2012) fue una pieza clave en la pol¨ªtica de seguridad de Fox. Su caso ha puesto en la mira a varios personajes, entre los que se encuentra uno de los hijos de Sahag¨²n.
En su obsesi¨®n por convertirse en la Evita mexicana, ¡°la jefa¡± cre¨® una fundaci¨®n a imagen y semejanza de la creada por la primera dama argentina. Vamos M¨¦xico naci¨® inicialmente para ayudar a los marginados, pero se convirti¨® en una organizaci¨®n que costeaba los lujos de la elite pol¨ªtica del momento. ¡°Ella misma llamaba por tel¨¦fono para pedir dinero¡±, asegura Wornat. ¡°Un empresario muy poderoso me dijo: ¡®Yo sab¨ªa que ese dinero iba directo a su cuenta bancaria y que no iba a parar a los ni?os pobres, pero ?qui¨¦n le iba a decir que no a la mujer del presidente?¡±. La asociaci¨®n termin¨® el sexenio tal como lo hizo su fundadora, devorada por las acusaciones de lavado de dinero y fraude.
Alejada de la pol¨ªtica y de las c¨¢maras, la primera dama que quer¨ªa ser presidenta pasa sus d¨ªas actualmente en un rancho en Guanajuato, junto a su marido. Todas las promesas que hizo, principalmente a los pobres y a las mujeres vulnerables, se esfumaron junto a su popularidad. ¡°No ten¨ªa la obligaci¨®n de cumplir, pero tampoco ten¨ªa ning¨²n derecho de enriquecerse, extorsionar gente y aliarse con las mafias¡±, agrega la escritora.
Tras la muerte de Evita en 1952, Per¨®n se volvi¨® a casar. Mar¨ªa Estela Mart¨ªnez, o Isabelita, como le llamaban, asumi¨® la presidencia despu¨¦s del fallecimiento del general en 1974. Su mandato marc¨® el inicio de una de las ¨¦pocas m¨¢s negras y crueles de la historia argentina. Cuando Wornat recuerda las palabras de Sahag¨²n sobre convertirse en una abanderada de los pobres, piensa: ¡°?Evita? Bueno, cuidado. La historia es muy cruel y tambi¨¦n se puede ser Isabelita¡±.
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