La pandemia regula la plaga de ardillas universitarias
El campus de la UNAM, el m¨¢s grande del mundo en espa?ol, ha sufrido la sobrepoblaci¨®n de este roedor que afila sus dientes en el cableado del internet
La pandemia de covid ha acabado con la plaga de ardillas que ten¨ªa en graves apuros a la Universidad Nacional Aut¨®noma de M¨¦xico, la UNAM, el campus en espa?ol m¨¢s grande del mundo. Y no han hecho falta escopetas ni modificaciones gen¨¦ticas para cortar su reproducci¨®n. El coronavirus se ha encargado por v¨ªa indirecta.
La ardilla no solo corre, salta y vuela como locuela, que dec¨ªan los textos infantiles. En la UNAM anidaba en los ...
La pandemia de covid ha acabado con la plaga de ardillas que ten¨ªa en graves apuros a la Universidad Nacional Aut¨®noma de M¨¦xico, la UNAM, el campus en espa?ol m¨¢s grande del mundo. Y no han hecho falta escopetas ni modificaciones gen¨¦ticas para cortar su reproducci¨®n. El coronavirus se ha encargado por v¨ªa indirecta.
La ardilla no solo corre, salta y vuela como locuela, que dec¨ªan los textos infantiles. En la UNAM anidaba en los sitios m¨¢s insospechados, robaba la merienda, los celulares, cualquier cosa a su alcance y, como buen roedor, limaba sus dientes en el cableado que provee de internet al campus, entre otras fechor¨ªas. Ha habido m¨¢s de un incidente de gravedad. La plaga ten¨ªa ya hasta los pelos a los responsables del centro universitario.
M¨¦xico tiene dos estaciones, la seca y la de lluvias. En la primera, las ardillas perd¨ªan poblaci¨®n porque no encontraban alimento suficiente, que luego recuperaban en la siguiente. Con esas condiciones naturales entraban en celo una vez al a?o. Pero en la UNAM est¨¢n matriculados unos 360.000 estudiantes a los que reciben alrededor de 40.000 profesores. Muchos de ellos se sientan en el c¨¦sped a comer y comparten con estos roedores su avituallamiento. La err¨®nea solidaridad estudiantil ocasionaba hasta cinco ovulaciones anuales a las ardillas, com¨ªan y ovulaban, com¨ªan y ovulaban. La poblaci¨®n se fue convirtiendo en plaga. Por no hablar de las 40 toneladas de residuos que se generan al d¨ªa, donde las ardillas y otros animales encuentran tambi¨¦n una buena despensa. Todo eso se acab¨® cuando la universidad cerr¨® sus puertas para evitar los contagios por coronavirus.
¡°Empez¨® el olor a bicho muerto en algunas dependencias, porque muchas quedaron atrapadas al suspender las clases y clausurar los edificios¡±, dice Guillermo Gil, encargado de flora y fauna en la Reserva Ecol¨®gica del Pedregal de San ?ngel, 237 hect¨¢reas del total de 700 que conforman el campus de la UNAM. Y se acabaron los robos, los sillones ra¨ªdos, los muebles de madera con se?ales de dientes. ¡°Si no roen sus dientes les acaban matando¡±, explica Gil. Y eso hac¨ªan. Hasta se devoraron parte de la colecci¨®n de ma¨ªz prehisp¨¢nico que las facultades guardaban en sus laboratorios. ¡°En un estado sin intervenci¨®n humana, de cada seis cachorros, uno o dos llegaban a edad reproductiva, pero con alimento continuo la camada prosperaba al completo¡±, a?ade. Por eso se usan roedores en los laboratorios, porque pueden obtener hasta cuatro generaciones en un a?o, lo que permite a los cient¨ªficos avanzar r¨¢pido en sus l¨ªneas de investigaci¨®n.
La ardilla pierde su poblaci¨®n, tambi¨¦n de forma natural, cuando sale a buscar la comida y se topa con los depredadores. Eso tambi¨¦n hab¨ªa cambiado en la universidad. La plaga continuaba. ¡°La reproducci¨®n genera mucho gasto metab¨®lico y prefieren sitios c¨¢lidos y con ventilaci¨®n, por eso anidan en estaciones de luz y lugares con cableado el¨¦ctrico¡±, se?ala Gil. En definitiva, hab¨ªan encontrado nuevas formas de vivir y reproducirse afectando ¨®rganos medulares del servicio de internet que ha tra¨ªdo de cabeza a la comunidad universitaria.
Palomitas, tortillas, cacahuetes y toda clase de porquer¨ªas en bolsa llenan el est¨®mago de las ardillas urbanas -en M¨¦xico est¨¢n por todas partes y son un problema en medio mundo- aunque las mantiene malnutridas. ¡°Son bonitas, pero es solo una rata con cola. Como todos los roedores, no es bueno intimar con ellas, ni prestarles el plato, pueden transmitir enfermedades¡±, previene Gil. Ratas con cola, lo mismo que las palomas son ratas con alas y su poblaci¨®n, por cierto, tambi¨¦n se ha regulado en parte con la pandemia.
¡°No puedes atraparlas y llevarlas a otro lado, eso solo traslada el problema. La soluci¨®n es dejar de alimentarlas, permitir que vivan con sus condiciones naturales¡±. A eso se ha dedicado Gil desde que comenz¨® la pandemia, ha repartido octavillas entre el escaso personal que a¨²n segu¨ªa yendo por all¨ª, jardineros, equipos de mantenimiento, algunos docentes. Cree en la concienciaci¨®n boca a boca y no ceja en su tarea, convencido de que, si regresa el estudiantado y persisten las costumbres, el problema reaparecer¨¢. Por ahora, la pandemia ha dado una tregua.
Suscr¨ªbase aqu¨ª a la newsletter de EL PA?S M¨¦xico y reciba todas las claves informativas de la actualidad de este pa¨ªs