El temido pico despu¨¦s de la Semana Santa no ha llegado a M¨¦xico: algunas razones para la calma
La inmunidad de la poblaci¨®n, actividades al aire libre y una ciudadan¨ªa m¨¢s consciente son algunos de los factores que ayudan a embridar la covid
Al acabar la Semana Santa, muchos m¨¦dicos esperaban ya con los guantes puestos el rebrote de la pandemia de coronavirus. Los aeropuertos repletos, las playas a reventar, las terrazas llenas. Lo siguiente era la ocupaci¨®n completa de los hospitales, pens¨® la infect¨®loga Isabel Villegas Mota. Pero han pasado dos semanas y las cifras oficiales hablan de lo contrario: contagios a la baja, fallecimientos contenidos. El temido pico no se ha presentado, pero es pronto para decir que tampoco se le espera. Lo que s¨ª puede afirmarse ya es que estas ¨²ltimas vacaciones no han repetido el patr¨®n de las navide?as. No hay una sola causa. Los especialistas mencionan varias: las caracter¨ªsticas propias de este periodo de asueto respecto al de diciembre, quiz¨¢ el avance de la vacunaci¨®n, la inmunizaci¨®n natural de la poblaci¨®n. El reba?o ha aprendido a cuidarse solo. Quiz¨¢. Para algunos, apenas estamos en el silencio atronador que precede al tsunami.
En el hospital donde trabaja la doctora Villegas Mota, que prefiere no mencionar, la entrada y salida de pacientes se ha comportado como en el resto de M¨¦xico, con sus picos, curvas y mesetas, pero una cosa les ha diferenciado. Ellos tomaron much¨ªsimas muestras, no solo a los pacientes con s¨ªntomas evidentes, como mandaba el protocolo sanitario, tambi¨¦n a los que presentaban otros malestares, como diarrea, depresi¨®n, p¨¦rdida del apetito. Con el tiempo, todos ellos se han revelado tambi¨¦n como precursores de la enfermedad. Hallaron ¡°much¨ªsimos asintom¨¢ticos, una de cada cuatro embarazadas dio positivo y vieron nacer a muchos beb¨¦s contagiados¡±. Tambi¨¦n hicieron PCR a los contactos de todos ellos para buscar otros infectados y cortar las cadenas de transmisi¨®n. Conclusi¨®n: ¡°Creo que tenemos m¨¢s inmunidad de reba?o de la que creemos. Debemos pensar que los contagiados hay que multiplicarlos por ocho¡±. Esta barrera natural, que ha costado miles de muertes probablemente evitables ¡ªlas ¨²ltimas cifras ya alcanzan los 215.918 decesos¡ª, la calcula Villegas ¡°entre 20 y 40 millones de contagiados con cierta inmunidad¡± en M¨¦xico. Esta es una de las causas que la doctora ve m¨¢s factible para explicar por qu¨¦ ahora no hay esos picos tan notables que se dieron meses atr¨¢s. Pero hay m¨¢s.
La Semana Santa est¨¢ m¨¢s relacionada con actividades al aire libre y una menor relaci¨®n familiar, m¨¢s propia de la Navidad. Las playas son lugares abiertos, los restaurantes sacaron sus mesas a las calles, los religiosos prescinden de las juergas. ¡°Y las familias, los convivientes se trasladan, pero ellos solos, no se mezclan tanto con otros n¨²cleos familiares distintos¡±, dice Eduardo Clark, encargado de tecnolog¨ªas de la Ciudad de M¨¦xico y uno de los portavoces al frente de la pandemia. Esta diferencia entre el pico que se vivi¨® tras la Navidad, donde gentes de distintos pelajes se reun¨ªa en lugares cerrados, frente al respiro de la Semana Santa la mencionan varios de los consultados. Pero siempre hay un pero. Desde San Luis Potos¨ª, el especialista en Epidemiolog¨ªa ?scar Sosa menciona un detalle: ¡°Lugares como Quintana Roo, destino de muchos turistas, han experimentado un repunte pand¨¦mico, que son zonas, adem¨¢s, donde se han relegado en parte las precauciones en favor de la econom¨ªa¡±. Y las hospitalizaciones tambi¨¦n han experimentado un ascenso en Yucat¨¢n, Nayarit y Baja California, seg¨²n los ¨²ltimos datos. Pero, en todo caso, no ha sido generalizado y el pa¨ªs presenta cierta calma en la actualidad que prev¨¦ una vuelta, ahora s¨ª, a la normalidad.
En algunos hospitales, la Semana Santa fue tan tranquila que aprovecharon para desinfectar a fondo, reestructurar espacios. Esperaban el tsunami, que deb¨ªa llegar en las dos semanas siguientes. ¡°A¨²n no ha llegado, pero estamos viendo ya el arranque de una nueva ola. Para el 15 de abril ya se incrementaron los casos, aunque no ha sido tan agresivo como el mes de mayo del a?o pasado¡±. As¨ª lo cuenta, por la experiencia vivida en su hospital, un m¨¦dico intensivista que prefiere no revelar su nombre ni su lugar de trabajo. ¡°Los que han viajado de vacaciones es una poblaci¨®n no vacunada y esa es la raz¨®n de que ahora estemos viendo en los hospitales pacientes m¨¢s j¨®venes, de unos 50 a?os de media, cuando en diciembre eran casi puros viejitos. Son la poblaci¨®n activa, que sale a trabajar y de vacaciones, los que aguantaron el confinamiento y ahora se han relajado, tambi¨¦n por las vacunas que ven a su alrededor¡±, dice. Opina tambi¨¦n que se est¨¢n haciendo m¨¢s pruebas y ¡°eso diluye el n¨²mero de muertes sobre los contagiados. Incluso estamos recibiendo pacientes vacunados, porque se conf¨ªan, cuando la inmunidad completa, que nunca es al 100%, no llega hasta 15 o 20 d¨ªas despu¨¦s de la segunda dosis¡±, avisa. Este intensivista dice que el n¨²mero de j¨®venes, embarazadas y ni?os contagiados prev¨¦ un efecto Chile.
Sin embargo, la doctora Villegas cree que el incremento de las pruebas previo a las vacaciones, como ha ocurrido en Ciudad de M¨¦xico, ¡°ha permitido detectar m¨¢s casos y frenar los contagios¡±. ¡°Adem¨¢s, hay que contar el factor meteorol¨®gico. El invierno fue m¨¢s propicio a los contagios y el calor ayuda. Los virus tienen ese comportamiento estacional¡±.
¡°Nadie sabe a ciencia cierta¡±, dice Eduardo Clark cuando se le pregunta por las razones de esta nueva etapa m¨¢s optimista. ¡°En los ¨²ltimos meses hemos aprendido que actividades que cre¨ªamos m¨¢s inocuas, como reunirnos con la familia en casa, t¨ªpico de la Navidad, eran muy de riesgo, y que es mejor estar al aire libre¡±, como ocurre ahora en los restaurantes de la capital, donde la gente se concentra en las terrazas que se colocaron en las calles. Las fiestas en casa eran peores, aunque uno pudiera pensar en que, de alguna forma, estaba guardando el confinamiento. ¡°En Navidad, la familia se sent¨ªa protegida en sus casas con los suyos, no ten¨ªan paciencia para no ver a sus t¨ªos y primos durante todo un a?o. Y en la seguridad de la casa y de la familia se quitaban los cubrebocas¡¡±.
Entre las causas que menciona Clark para Ciudad de M¨¦xico, una de las zonas m¨¢s afectadas por la pandemia en el pa¨ªs, tambi¨¦n cita la inmunidad de reba?o. ¡°No es algo positivo que la gente se haya inmunizado de forma natural, pero nuestras cifras indican que un 35% o 40% puede tener ya anticuerpos¡±. Eso y los vacunados. Aunque ambas razones las ve d¨¦biles para explicar todo, porque, dice, eso habr¨ªa propiciado un desplome en los contagios y la enfermedad, que, sin embargo, ha ido reduci¨¦ndose paulatinamente. ¡°Es temprano para saberlo, pero s¨ª es cierto que la reducci¨®n de contagios en las ¨²ltimas dos semanas puede deberse a los mayores vacunados, que antes supon¨ªan entre el 65% y el 70% de los hospitalizados y ya no tanto. La edad de las defunciones ser¨¢ m¨¢s certera a la hora de determinar todo esto¡±, dice.
Clark menciona otra raz¨®n salida del laboratorio de la Ciudad de M¨¦xico. Desde hace alg¨²n tiempo se viene entregando ivermecticina a todos aquellos que dan positivo en los quioscos callejeros donde se les hacen las pruebas de forma gratuita. Las evidencias cient¨ªficas son muy endebles a¨²n. ¡°Hay cierta evidencia preliminar de que podr¨ªa reducir la transmisi¨®n de la enfermedad y mantenerla en fases m¨¢s leves. En todo caso no hay contraindicaciones, es solo un antiparasitario¡±, dice. Algunos m¨¦dicos opinan que estos medicamentos podr¨ªan retener a la gente en sus casas en lugar de acudir al hospital, donde ya llegar¨ªan con s¨ªntomas graves. De otra ¨ªndole, pero esa s¨ª ser¨ªa una contraindicaci¨®n.
Algo parecido ocurre con las vacunas. Por un lado, inmunizan y por otro est¨¢n suponiendo un relajo indeseable entre la poblaci¨®n, que cree que la ¨²ltima palabra est¨¢ dicha cuando uno recibe su dosis. Y no es as¨ª. Cubrebocas, espacios abiertos y paciencia, recetan todos.
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