M¨¦xico abandera un nuevo orden latinoamericano
La necesidad de una recomposici¨®n en la regi¨®n planteada por L¨®pez Obrador choca con la OEA, que ha perdido relevancia en la regi¨®n en los ¨²ltimos a?os
Tom¨® casi tres a?os de mandato, pero Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador finalmente le habl¨® a Latinoam¨¦rica. ¡°La propuesta es, ni m¨¢s ni menos, que construir algo semejante a la Uni¨®n Europea, pero apegado a nuestra historia, nuestra realidad y a nuestras identidades. En ese esp¨ªritu, no debe descartarse la sustituci¨®n de la OEA por un organismo verdaderamente aut¨®nomo, no lacayo de nadie¡±. Ese fue el mensaje que el mandatario mexicano lanz¨® a la regi¨®n el pasado 24 de julio con motivo del natalicio de Sim¨®n Bol¨ªvar y que dio en la reuni¨®n de cancilleres de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribe?os (Celac), en un discurso poco habitual para un presidente que no ha visitado a ninguno de sus hom¨®logos de la regi¨®n y que, desde que lleg¨® al poder en diciembre de 2018, ha defendido que ¡°la mejor pol¨ªtica exterior es la interior¡±. El momento pol¨ªtico ha puesto a M¨¦xico en el centro del escenario regional: encabezando una respuesta conjunta frente a la pandemia, poniendo a prueba su poder de convocatoria para la reuni¨®n de jefes de Estado de la Celac que organizar¨¢ en septiembre pr¨®ximo y perfil¨¢ndose como sede de las negociaciones sobre la crisis venezolana, un hecho que parece inminente a falta del anuncio oficial. La pol¨ªtica exterior de bajo perfil se acab¨®, al menos, por ahora.
¡°La consigna de ¡®Am¨¦rica para los americanos¡¯ termin¨® de desintegrar a los pueblos de nuestro continente¡±, dijo L¨®pez Obrador en el Castillo de Chapultepec, el mismo sitio donde se firm¨® en 1992, tras la mediaci¨®n mexicana, el acuerdo de paz para poner fin al conflicto armado en El Salvador, un hecho que pas¨® de largo en el discurso presidencial. ¡°Solo existe un caso especial, el de Cuba, el pa¨ªs que durante m¨¢s de medio siglo ha hecho valer su independencia enfrentando pol¨ªticamente a Estados Unidos. Podemos estar de acuerdo o no con la Revoluci¨®n Cubana y con su Gobierno, pero el haber resistido 62 a?os sin sometimiento, es toda una haza?a¡±, se?al¨®, tras las protestas masivas de principios de julio en la isla. Hasta all¨ª ha mandado un par de buques con alimentos y suministros m¨¦dicos, a pedido expreso del presidente Miguel D¨ªaz-Canel. ¡°Sostengo que ya es momento de una nueva convivencia entre todos los pa¨ªses de Am¨¦rica, porque el modelo impuesto hace m¨¢s de dos siglos est¨¢ agotado, no tiene futuro ni salida, ya no beneficia a nadie. Hay que hacer a un lado la disyuntiva de integrarnos a Estados Unidos o de oponernos en forma defensiva¡±, agreg¨® el mandatario mexicano. ¡°No somos un protectorado, una colonia o su patio trasero¡±, remat¨®.
Los m¨¢s entusiastas con el discurso de L¨®pez Obrador son Gobiernos como Venezuela y Cuba, pero tambi¨¦n despert¨® algunas reticencias, como en la Canciller¨ªa colombiana y dio lugar a silencios que dicen mucho, como el caso de Brasil. M¨¢s all¨¢ del ruido medi¨¢tico por el apoyo a Cuba y los dardos hacia la OEA, la internacionalista Natalia Saltalamacchia destaca una lectura geopol¨ªtica poco com¨²n en los posicionamientos p¨²blicos de L¨®pez Obrador. ¡°La novedad es que present¨®, en un lenguaje sencillo y llano, una visi¨®n sobre qu¨¦ es lo que le espera a Am¨¦rica Latina en la era de la competencia hegem¨®nica entre China y Estados Unidos¡±, dice la acad¨¦mica del Instituto Tecnol¨®gico Aut¨®nomo de M¨¦xico. El mensaje es recalcar que a M¨¦xico le interesa un Washington fuerte y al mismo tiempo insistir en que se tienen que replantear los t¨¦rminos para que la relaci¨®n funcione mejor con el continente: mayor autonom¨ªa pol¨ªtica y mejor cooperaci¨®n econ¨®mica.
La principal inc¨®gnita es c¨®mo se ver¨ªa en t¨¦rminos concretos ese nuevo orden continental. El diplom¨¢tico en retiro Ernesto Campos sostiene que la idea no es nueva y que fue enarbolada por figuras como Lula o Hugo Ch¨¢vez, sin ¨¦xito. ¡°No veo que exista un ambiente para transformar a la OEA o para crear un nuevo organismo¡±, dice Campos, que fue representante de M¨¦xico en varios pa¨ªses de la regi¨®n y exdirector en la Canciller¨ªa para Am¨¦rica Latina. Celac, la gran apuesta del Gobierno actual, tiene ausencias de peso como Brasil, adem¨¢s de las obvias, las de EE UU y Canad¨¢. ¡°Es un discurso muy taquillero¡±, dice Campos, ¡°pero no se puede tener una conversaci¨®n real sin considerar a los tres pa¨ªses con mayor extensi¨®n territorial y a los dos m¨¢s poblados¡±. El capital pol¨ªtico para empujar un asunto que no parece ser prioritario para la Casa Blanca y el tiempo que le queda en el poder, poco m¨¢s de tres a?os, no parecen ser suficientes.
Sustituir a la OEA se dice f¨¢cil, pero ambos especialistas coinciden en que desmontar ese entramado institucional no parece viable. Hacia dentro, L¨®pez Obrador se ha caracterizado por descabezar organismos que, en su visi¨®n, son intrascendentes, corruptos o disfuncionales. Pero la OEA no es solo un membrete, es hablar, por ejemplo, del Sistema Interamericano de Derechos Humanos, que ha actuado como ¨²ltima barrera contra dictaduras, asesinatos de Estado y violaciones a las garant¨ªas individuales. ¡°Obedece quiz¨¢s a un desconocimiento profundo de lo que hace la organizaci¨®n¡±, cuestiona Campos. Adscribir a la OEA como el antiguo ministerio de colonias de EE UU se enmarca, sobre todo, en el pleito que hay entre la Canciller¨ªa mexicana y Luis Almagro. ¡°Que el pa¨ªs que es el tercer mayor contribuyente busque desaparecer el organismo dice m¨¢s de la mala gesti¨®n del secretario general de la OEA que del emisor del mensaje¡±, argumenta Saltalamacchia.
Aunado al conflicto con Almagro, el Gobierno mexicano ha escogido cuidadosamente sus batallas, con el comod¨ªn del principio de no intervenci¨®n bajo la manga. Ha sido vocal en su apoyo a la Revoluci¨®n cubana, fiel a la tradici¨®n diplom¨¢tica mexicana, y tambi¨¦n alz¨® la voz ante la defenestraci¨®n de Evo Morales en Bolivia. Con m¨¢s cautela, critic¨® la represi¨®n en la Nicaragua de Daniel Ortega, pero ha sido elusivo sobre el Gobierno de Nicol¨¢s Maduro. ¡°Es una aplicaci¨®n muy casu¨ªstica del principio de no intervenci¨®n, pr¨¢cticamente a conveniencia¡±, observa Campos. ¡°Ha sido una excusa para decir poco¡±, complementa Saltalamacchia.
En el an¨¢lisis mexicano, ser tajante sobre Venezuela trae m¨¢s costos que beneficios. Pero hablar de un l¨ªder regional es hablar de un pa¨ªs que, adem¨¢s de guiar y aglutinar simpat¨ªas, est¨¢ dispuesto a asumir costos. No queda claro que M¨¦xico vaya a asumir ese papel, con las mieles y los sacrificios. S¨ª se le presenta, gracias a la equidistancia que ha guardado entre Maduro y sus opositores, la oportunidad de tener cierto protagonismo, que tiene beneficios condicionados al ¨¦xito o al fracaso de las negociaciones. Todav¨ªa no se ha hecho expl¨ªcito, sin embargo, qu¨¦ papel tendr¨¢ en el proceso, si mediar¨¢ o si se limitar¨¢ a facilitar las conversaciones.
?Qu¨¦ cambi¨® para que M¨¦xico haya tomado la iniciativa? Una hip¨®tesis es que la inclinaci¨®n del Gobierno de L¨®pez Obrador por guardar ese bajo perfil se vio trastocada por un contexto en el que no pod¨ªa encerrarse en s¨ª mismo. ¡°Hay una realidad internacional que se impone¡±, dice Saltalamacchia. La otra parte se explica por un factor interno: la insistencia de Marcelo Ebrard, el secretario de Exteriores, que en el inicio del sexenio parec¨ªa confinado a un espacio muy acotado y que ha aprovechado la pandemia para apuntalar su capital pol¨ªtico y su protagonismo con miras a construir una candidatura presidencial en 2024. De pronto, el pa¨ªs, que hab¨ªa visto sobre todo hacia dentro, tiene una oportunidad de tomar la iniciativa y participar en los eventos pol¨ªticos regionales m¨¢s relevantes hacia el final de este a?o.
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