Un hospital inundado, 17 fallecidos y 10.000 evacuados: Tula, ciudad bajo el agua
El desbordamiento del r¨ªo aneg¨® este municipio de Hidalgo y colaps¨® la red el¨¦ctrica del centro m¨¦dico del IMSS. Los pacientes, enfermos de covid-19, murieron al perder la respiraci¨®n asistida
La ¨²ltima vez que Adriana Horta habl¨® con su esposo Sa¨²l fue el s¨¢bado pasado. Estaba ingresado por covid-19 en el hospital del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) de Tula de Allende, en el Estado de Hidalgo. Ahora, la mujer espera el cuerpo de su marido, en una esquina del auditorio municipal, reconvertido en un campamento de emergencia frente a las inundaciones que asuelan la ciudad. Sa¨²l, pensionista de 64 a?os, es uno de los 17 fallecidos. En la madrugada del lunes, el r¨ªo Tula se desbord¨®, aneg¨® el centro de la ciudad y entr¨® en el hospital, situado a 100 metros de su cauce. En unos 20 minutos, el agua inund¨® quir¨®fanos y salas, alcanz¨® casi dos metros y colaps¨® la red el¨¦ctrica. El edificio no contaba con una planta suplementaria de energ¨ªa, y 17 personas, enfermas de coronavirus, murieron al perder la respiraci¨®n asistida. Los cuerpos tardaron casi 24 horas en ser evacuados. El resto de los 56 pacientes que se encontraban en el centro m¨¦dico fueron trasladados a lo largo del martes. Adem¨¢s de estos decesos, el desbordamiento ha dejado casi 10.000 evacuados y 200 vecinos repartidos en los seis albergues de la ciudad.
En la nave blanca y de techos altos donde los familiares de las v¨ªctimas esperan, se almacenan v¨ªveres, se hacen cadenas humanas para el reparto, y esta noche todav¨ªa se cuela el agua por las goteras. El pabell¨®n iba a funcionar como un recurso de acogida para los afectados, pero las autoridades municipales creen que corre el riesgo de inundarse tambi¨¦n, y finalmente es el Ej¨¦rcito el que ha montado aqu¨ª su campamento de emergencia. En una esquina, en segundo plano e inmunes al trasiego de los soldados, Carlos y su esposa Ver¨®nica llevan horas esperando el cuerpo de su padre. El hombre, de 49 a?os y operador de transportes, llevaba una semana ingresado por covid-19 en el IMSS. La ¨²ltima noticia que les lleg¨® sobre ¨¦l fue hace un par de d¨ªas: ¡°Estaba mejorando, pero segu¨ªa conectado al ox¨ªgeno¡±.
Junto a ellos tambi¨¦n espera Francisco Garc¨ªa. Su cu?ada, Leticia Garc¨ªa, de 64 a?os, es otra de las fallecidas. Lleva en la nave desde las 12 de la ma?ana, esperando alguna noticia sobre la situaci¨®n de los cad¨¢veres. Manuel Hern¨¢ndez, presidente municipal de Tula de Allende, ha asegurado que ¡°todos los cuerpos han sido trasladados¡±, y ya est¨¢n en poder de la funeraria. El dirigente ha afirmado, en una entrevista telef¨®nica con EL PA?S, que proporcionar¨¢n ayudas econ¨®micas a las familias damnificadas: ¡°Vamos a dar la mano a toda la poblaci¨®n, tenemos el respaldo del Gobierno del Estado¡±. Hern¨¢ndez tambi¨¦n ha lamentado el terremoto de 7,1 de magnitud que ha sacudido el pa¨ªs desde Guerrero: ¡°No terminamos de salir del problema de la inundaci¨®n y tiembla todo¡±. Sin embargo, ha confirmado que por el momento no hay heridos.
En la tarde del lunes, unas lluvias incansables terminaron por desbordar el cauce del r¨ªo Tula. La parte oriental de esta ciudad qued¨® anegada. En total, nueve colonias y m¨¢s de 31.000 personas afectadas. Francisco M¨¦ndez, trabajador en la refiner¨ªa que Pemex tiene en la zona, oy¨® sobre la medianoche c¨®mo los cristales de la casa cruj¨ªan. Estallaron conforme fue subiendo el agua. ¡°Fue muy r¨¢pido, en cuesti¨®n de 10 o 15 minutos ya alcanzaba casi dos metros¡±, explica este arquitecto. Tuvieron que subir r¨¢pido a la azotea, donde alrededor de las cuatro de la ma?ana fueron rescatados por una lancha de la polic¨ªa estatal. ¡°Hac¨ªa 40 a?os que no se viv¨ªa una situaci¨®n tan tr¨¢gica por las precipitaciones¡±, ha resumido el gobernador Omar Fayad.
El nivel del agua baj¨® a lo largo del martes, pero los rescates contin¨²an y el revoloteo de los helic¨®pteros acompa?a la tarde. Muchas de las calles empedradas del centro ya est¨¢n despejadas. Como prueba del desbordamiento solo quedan los sacos de arpillera en los bajos de las puertas de los comercios, la basura que los torrentes han dejado acumulada en las esquinas, y algunos dependientes que se afanan en limpiar sus tiendas o sacar lo poco que queda de valor antes de la rapi?a que empieza despu¨¦s de los desastres. La Guardia Nacional ayuda a Sa¨ªde Salvador a sacar las pocas cajas de zapatos que se salvaron del negocio familiar. ¡°La p¨¦rdida ha sido total, pero por lo menos no hab¨ªa nadie trabajando a esas horas¡±.
A pocos metros, el nivel del agua hace imposible el paso. En las calles aleda?as del hospital, pinzadas entre los dos r¨ªos, solo las ruedas inmensas de los camiones de bomberos y la Comisi¨®n Nacional del Agua (Conagua) logran abrirse paso por entre la corriente como planeadoras. Jose Luis Olgueda, parte del equipo de Protecci¨®n Civil de Pachuca, cuenta que han rescatado subida en una carretilla a una mujer de 96 a?os que estaba aislada en el tercer piso de su casa. Olgueda trata de buscar alg¨²n aspecto positivo dentro del desastre: ¡°Lamentablemente han fallecido 17 personas en el hospital, pero fuera, de momento, no ha muerto nadie, ni hay reporte de personas desaparecidas¡±. Un compa?ero suyo matiza: ¡°Aunque a¨²n es pronto para que haya datos, el agua podr¨ªa haberse llevado gente¡±.
En el terreno trabajan 1.000 miembros de la Guardia Nacional, el cuerpo creado por el presidente L¨®pez Obrador. El agente Vargas y su equipo llevan 40 horas sin dormir y sin quitarse la ropa mojada. Han cargado durante toda la noche a ni?os y ancianos, pero su turno no termina hasta que cese el agua. Y la lluvia no da tregua al municipio. A las siete de la tarde, a bordo de una camioneta, llegan a la colonia San Lorenzo, donde los est¨¢ esperando un grupo alterado de vecinos. El arroyo Requena se desborda, est¨¢ abriendo una grieta, temen por todas las viviendas que hay colina abajo. ¡°Ese arroyo va a reventar¡±, dice en alto Vargas, michoacano, de 39 a?os y 23 de experiencia en el Ej¨¦rcito, al ver como la lluvia cobra fuerza de nuevo. Se suben r¨¢pido al veh¨ªculo y, como desde hace horas, hacen sonar la alarma porque hay que avisar a los vecinos: ¡°Est¨¢ usted en una zona de riesgo, es urgente la evacuaci¨®n, para m¨¢s noticias encienda la radio o la televisi¨®n¡±.
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