El programa ¡®Qu¨¦date en M¨¦xico¡¯ regresa en medio de m¨¢ximos hist¨®ricos de detenciones y solicitudes de asilo en el pa¨ªs
El pol¨¦mico plan ha dejado como legado decenas de miles de personas expuestas en la frontera, violaciones masivas de derechos humanos y tensiones diplom¨¢ticas
El pol¨¦mico programa Qu¨¦date en M¨¦xico ha vuelto a ver la luz. Despu¨¦s de varios meses de especulaci¨®n, los Gobiernos de Joe Biden y Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador han acordado esta semana la reactivaci¨®n del plan, conocido por el acr¨®nimo oficial MPP (Protocolos de Protecci¨®n al Migrante) y que obliga a miles de solicitantes de asilo en Estados Unidos a esperar en el lado mexicano de la frontera mientras se resuelve su tr¨¢mite. El anuncio se ha producido despu¨¦s de que el pa¨ªs latinoamericano batiera los r¨¦cords vigentes en detenciones de migrantes y peticiones de asilo en su territorio en el ¨²ltimo a?o.
La medida fue un ejemplo claro de la pol¨ªtica de mano dura contra la migraci¨®n del expresidente Donald Trump y en menos de dos a?os de aplicaci¨®n su legado ha estado marcado por decenas de miles de personas varadas en condiciones deplorables, acusaciones de violaciones masivas de derechos humanos y nuevos puntos de tensi¨®n bilateral con una crisis migratoria que se ha hecho permanente como gran tel¨®n de fondo. La promesa de las autoridades es que la nueva versi¨®n del programa tendr¨¢ nuevas garant¨ªas para evitar caer en los abusos y los errores del pasado, pero las dudas persisten. ¡°Es imposible volver humano un programa inhumano¡±, afirma Aaron Reichlin-Melnick, especialista del American Immigration Council.
¡°Como hemos visto, no hay tal protecci¨®n en los Protocolos de Protecci¨®n al Migrante¡±, lamenta Reichlin-Melnick. Sus cr¨ªticas van en l¨ªnea de una extensa lista de cuestionamientos de parte de organismos internacionales y organizaciones civiles. ¡°Reiniciar el programa, en cualquier forma, viola tanto los derechos de la gente que busca protecci¨®n como las promesas del presidente Biden de construir un sistema de asilo justo y humano¡±, declar¨® Noah Gottschalk, l¨ªder de pol¨ªtica global en Oxfam Am¨¦rica. ¡°M¨¦xico, solo, no puede cargar con las responsabilidades de asilo de ambos pa¨ªses¡±, dijo Mar¨ªa Josefina Men¨¦ndez, directora de Save the Children M¨¦xico, horas despu¨¦s del anuncio. ¡°Hemos criticado repetida y p¨²blicamente la pol¨ªtica de MPP por considerarla inhumana y contraria al derecho internacional, ya que pone en peligro a las personas en contextos de movilidad¡±, denuncia, por su parte, la Organizaci¨®n Internacional para las Migraciones (OIM).
Adem¨¢s de los riesgos que enfrentan, el programa supone un laberinto burocr¨¢tico para los solicitantes de asilo, que a menudo no tienen acceso a asesor¨ªa legal para llevar sus tr¨¢mites con ¨¦xito. Solo uno de cada diez solicitantes ten¨ªa un abogado, estiman organizaciones promigrantes. ¡°Los abogados est¨¢n en un pa¨ªs y los solicitantes en otro, es absurdo¡±, resume Reichlin-Mellnik. La propia Administraci¨®n de Biden anunci¨® la terminaci¨®n del programa este a?o, en un proceso gradual que empez¨® en febrero, un mes despu¨¦s de que llegara al poder. El Gobierno dem¨®crata reconoci¨® que el MPP hab¨ªa logrado probablemente disminuir los flujos migratorios, pero a costos humanos ¡°sustanciales e injustificables¡±.
Desde el anuncio formal de inicio durante la Administraci¨®n de Trump en enero de 2019 hasta finales de marzo del a?o pasado, poco despu¨¦s del estallido de la pandemia, unas 70.000 personas fueron obligadas a esperar en M¨¦xico. De ellas, solo un 1% recibi¨® alg¨²n tipo de alivio migratorio, de acuerdo con la Universidad de Siracusa. Pese al anuncio de Biden, una sentencia de la justicia estadounidense impidi¨® la terminaci¨®n abrupta y orden¨® en agosto pasado que se retomara.
La sentencia es la causa directa de que la Administraci¨®n de Biden hiciera el anuncio de reanudaci¨®n esta semana. Sin embargo, especialistas como Reichlin-Melnick acusan que la orden judicial ha permitido a la Casa Blanca cumplir un doble prop¨®sito. Por un lado, pueden decir que la decisi¨®n no fue suya, sino que estuvieron obligados legalmente a hacerlo. Por el otro, la reinstauraci¨®n de un programa de mano dura le ayuda a enfrentar el tema migratorio, uno de los flancos d¨¦biles y m¨¢s cuestionados de esta presidencia. ¡°Se ha hecho evidente que hubo facciones dentro de la Casa Blanca que quer¨ªan que regresara el MPP y se ha escrito extensamente sobre c¨®mo muchos altos funcionarios gubernamentales creen que el programa es un disuasor y que lo quer¨ªan traer de vuelta para que bajaran las cifras de personas que llegaban a la frontera¡±, asegura.
Parte de la decisi¨®n tambi¨¦n recay¨® en el Gobierno mexicano, que accedi¨® a la petici¨®n del Gobierno de Biden. La base de la mayor¨ªa de los se?alamientos sobre Qu¨¦date en M¨¦xico es si en efecto hay condiciones para que los solicitantes se queden en M¨¦xico y si el pa¨ªs latinoamericano puede asumir esa carga bajo la exigencia de Washington de que tiene que hacer m¨¢s para frenar los flujos migratorios. El grueso de los cr¨ªticos cree que no, por la falta de infraestructura, la inseguridad, los diferentes tipos de violencia que enfrentan los migrantes y la presencia de grupos criminales en la frontera. ¡°M¨¦xico se ha convertido en un cuello de botella y se ha visto completamente rebasado¡±, asegura Eduardo Rosales, acad¨¦mico de la Facultad de Estudios Superiores Acatl¨¢n de la UNAM.
Rosales asegura que, de cualquier forma, M¨¦xico pr¨¢cticamente no ten¨ªa margen para negarse a reanudar el programa. ¡°Hay una relaci¨®n de subordinaci¨®n y de dependencia que impide que M¨¦xico pueda negarse a ¡®colaborar¡¯ con Estados Unidos¡±, argumenta el internacionalista. El MPP, de hecho, apareci¨® meses despu¨¦s de que Trump pusiera contra las cuerdas a sus vecinos y condicionara la renegociaci¨®n del Tratado de Libre Comercio de Am¨¦rica del Norte a que las autoridades mexicanas ¡°hicieran algo¡± para frenar la migraci¨®n. Ese episodio termin¨® de golpe los gui?os humanitarios que L¨®pez Obrador hizo a los migrantes en el inicio de su mandato hasta convertir al pa¨ªs en un ¡°muro virtual¡± constantemente rebasado por los flujos migratorios, en palabras del acad¨¦mico.
¡°Es muy preocupante que M¨¦xico, aun con m¨¢s de medio siglo de olas migratorias, no tenga una pol¨ªtica migratoria de Estado, de largo plazo¡±, zanja Rosales. ¡°Este Gobierno no tiene una pol¨ªtica migratoria clara¡±, insiste. ¡°M¨¦xico mantiene la misma pol¨ªtica humanitaria y solidaria con nacionales de otros pa¨ªses que ha delineado desde el a?o 2018, impulsando una migraci¨®n ordenada, segura y regular¡±, asegur¨® en cambio Roberto Velasco, el jefe de la Unidad para Am¨¦rica del Norte de la Canciller¨ªa mexicana.
La lectura del internacionalista es que, a cambio de convertirse una vez m¨¢s y de facto en un tercer pa¨ªs seguro ¡ªel cuarto de espera hacia Estados Unidos¡ª, el Gobierno mexicano pide recursos para hacer frente a la crisis: dinero para construir albergues, dar asistencia sanitaria a los solicitantes de asilo y migrantes, y para exportar programas sociales a Centroam¨¦rica que ataquen las causas de ra¨ªz de la migraci¨®n. ¡°Los migrantes son utilizados como moneda de cambio por M¨¦xico y como moneda de cambio y medida de presi¨®n por Estados Unidos¡±, afirma el acad¨¦mico.
En medio de un contexto internacional en el que la movilidad de personas ha llegado a niveles nunca antes vistos, la migraci¨®n no es solo cada vez mayor, sino tambi¨¦n m¨¢s intensa y diversa. M¨¦xico ha roto ya el r¨¦cord de arrestos anuales de migrantes sin papeles, al superar los 228.000 arrestos hasta octubre. Las solicitudes de asilo en el pa¨ªs tambi¨¦n han alcanzado un m¨¢ximo hist¨®rico de m¨¢s de 100.000 peticiones en lo que va de a?o. El c¨¢lculo es que la reactivaci¨®n del MPP y sus propias deficiencias incrementen esas cifras, con poca gente aceptada en el sistema estadounidense y m¨¢s personas que toman la opci¨®n de ¡°quedarse en M¨¦xico¡±, pero de forma permanente. La idea de las autoridades estadounidenses que los tr¨¢mites se puedan resolver en seis meses, aunque los especialistas consultados coinciden en que el c¨¢lculo es poco realista.
La permanencia del programa est¨¢ sujeta a lo que se decida en los tribunales estadounidenses, con la promesa de que ser¨¢ una medida temporal, aunque sin la certeza de cu¨¢nto durar¨¢. ¡°La soluci¨®n a la migraci¨®n no est¨¢ en la frontera de Estados Unidos¡±, dec¨ªa en entrevista Amy Pope, directora adjunta de la OIM y asesora de Biden en materia migratoria hasta marzo de este a?o. ¡°M¨¦xico no puede responder solo, EE UU no puede responder solo¡±, agregaba, ¡°los Gobiernos de la regi¨®n tienen que encontrar soluciones colectivas¡±. La inercia de las respuestas a la crisis, sin embargo, parece ir en direcci¨®n contraria.
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