La literatura del nuevo amor
Tres escritores de Argentina, M¨¦xico y Per¨² conversan en la FIL de libros atravesados por los debates contempor¨¢neos sobre la pareja, el matrimonio o la familia
Ese viejo asunto que siempre vuelve. El amor y sus consecuencias ¡ªla pareja, el matrimonio, la familia¡ª sigue muy presente en la literatura reflexionando sobre c¨®mo entendemos hoy los afectos y los v¨ªnculos. La argentina Tamara Tenenbaum, la mexicana Aura Garc¨ªa-Junco y el peruano Jaime Rodr¨ªguez han publicado ensayos y novelas recientes sobre el tema. En el marco de la FIL de Guadalajara, se sentaron con EL PA?S ¡ªen el caso de Rodr¨ªguez por teleconferencia¡ª para analizar los libros que andan repensando la monogamia y el resto de patrones del amor rom¨¢ntico, d¨¢ndole vueltas a la maternidad, la crianza o la masculinidad tradicional.
Pregunta: En el ensayo de Garc¨ªa-Junco hay referencias expl¨ªcitas al Arte de amar, de Ovidio. ?C¨®mo dialoga la literatura contempor¨¢nea del amor con la tradici¨®n?
Aura Garc¨ªa-Junco: Ovidio en su ¨¦poca era muy transgresor. Por ejemplo, con personajes femeninos s¨²per fuertes. Ahora parece retr¨®grado pero nos sirve para ver a trav¨¦s del tiempo las cosas que han sido un continuo y las que se tienen que ir rompiendo. Me pareci¨® el mejor lugar de donde a partir en esta historia de la literatura amorosa
Tamara Tenenbaum: Hay much¨ªsimos textos s¨²per interesantes que se pueden retomar y dialogar con ellos. Ana Karenina, Madame Bovary, las novelas de infidelidad, las novelas de Voltaire. En el siglo XIX hay un mont¨®n de novelas de adulterio, lo cual te habla de que estaban pensando en el tema a trav¨¦s de esas cosas. Ahora, por ejemplo, vivimos en un momento en el que mucha gente escribe novelas de divorcio.
Jaime Rodr¨ªguez: Hay mucha gente en contra de revisar seg¨²n qu¨¦ novela. El ejemplo m¨¢s paradigm¨¢tico es Lolita. Creo que es m¨¢s interesante agregar capas de entendimiento, de interpretaci¨®n. Revisar la literatura universal es la ¨²nica forma en que creo que podemos generar nueva literatura con otras representaciones del amor y de la afectividad.
P. ?Es posible trabajar estos temas fuera del ensayo o la autoficci¨®n, m¨¢s all¨¢ de la literatura del yo?
A.G.J.: Pienso que si lo que quieres es pensar, en este caso las relaciones, a veces es mejor escribir un ensayo que escribir ficci¨®n. Porque a veces la idea puede quedar demasiado adelante de la ficci¨®n. Las ficciones tienen que ser m¨¢s abiertas. Hay un riesgo de convertir una ficci¨®n en un panfleto. Luego est¨¢ el auge de la novela del yo que muchas veces renuncia a narrar como una polifon¨ªa que permita tener m¨¢s puntos de vista. Pienso por ejemplo en Ana Karenina, donde cada personaje demuestra una postura psicol¨®gica muy clara y al mismo tiempo nunca pierde el hilo de la ficci¨®n.
Tres autores a vueltas con el amor
Tamara Tenenbaum. Buenos Aires, 1989. Narradora, poeta y periodista. Es autora del reciente ensayo El fin del amor (Ariel)
Aura García-Junco. Ciudad de México, 1988. Escribe narrativa, ensayo y es traductora. Su último ensayo es El día que aprendí que no sé amar (Seix Barral)
Jaime Rodríguez, Lima, 1973. Narrador, poeta, editor y periodista. Su última novela es Solo quedamos nosotros (Galaxia Gutenberg)
J.R.: Sigue habiendo mucha m¨¢s ficci¨®n pura y dura que de autoficci¨®n. Pero s¨ª creo que ah¨ª hay cosas que solo se pueden contar desde el yo y que depende del grado de riesgo que quieras asumir t¨² como escritor. Aunque a mi, como hombre machista, me interesa m¨¢s el tema, por ejemplo, del amor rom¨¢ntico y su toxicidad en la literatura. El haber dejado que estas formas se impongan en lo que entendemos como literatura de amor. Que temas como cazar una ballena sean considerados literatura universal y una relaci¨®n de madres e hijas, como aparecen en Apegos feroces de Vivian Gornik, por ejemplo, sea literatura de mujeres. Los escritores tendr¨ªamos que empezar a pensar, desde nuestra condici¨®n de personas machistas, como no caer en estos par¨¢metros con los que se ha construido la literatura del amor y el desamor m¨¢s all¨¢ de si es autoficci¨®n o no.
P. ?Qu¨¦ ejemplos de novelas consideran que ya est¨¢n rompiendo con esos patrones?
A.G.J.: Por ejemplo, M¨¢tate, amor, de Ariana Harwicz, me parece una novela que dif¨ªcilmente se hubiera podido escribir en otro siglo. Habla de una maternidad muy enrarecida y a la vez de una relaci¨®n rom¨¢ntica brutal y violenta. Tambi¨¦n acabo de leer Caliente de Luna Miguel, que rompe la estructura convencional del ensayo para hablar la sexualidad femenina.
J.R.: Estaba pensando en una novela que se public¨® hace tres a?os. Asimetr¨ªa, de Elisa Halliday. Es la historia de una joven editora, de 27 a?os, que empieza a tener un v¨ªnculo sexual con un autor muy mayor, uno de los m¨¢s importantes de la editorial, Philip Roth, de m¨¢s 70 a?os. No es una novela de denuncia en ning¨²n sentido.
T.T.: Estoy de acuerdo. Tiene un pensamiento muy sutil sobre sobre una relaci¨®n que obvio es asim¨¦trica, pero con muchas aristas. Porque ella es una chica joven, bonita, con todas las puertas abiertas y ¨¦l es un anciano. Las asimetr¨ªas van por todas partes. Trabaja muy bien un mont¨®n de sutilezas en relaci¨®n con el poder y la sexualidad desde un lugar que me interesa bastante y que no es el de la denuncia.
P. ?Qu¨¦ ejemplos han encontrado en la poes¨ªa?
J.R.: Luna Miguel tambi¨¦n tiene un libro que se llama Poes¨ªa masculina realmente extraordinario. Usa la voz de su expareja, que ser¨ªa la voz po¨¦tica, para escribir los poemas. Se apropia de la voz de su pareja para hablar a veces de ella misma. Tambi¨¦n es un juego de espejos sobre la masculinidad realmente brillante. Y por otro lado, Anne Carson y La belleza del marido me parecen una respuesta brillant¨ªsima a Cartas de cumplea?os de Ted Hughes, que escribe a Silvia Plath. Ellos son la pareja literaria mon¨®gama por antonomasia. Y ya sabemos c¨®mo acab¨® aquello. Es un libro que a m¨ª de muy joven, me fascin¨®, me marc¨® mucho. Y ahora, en esa labor de reinterpretaci¨®n, exuda una profunda masculinidad que puede ser bastante t¨®xica, esa especie de avasallamiento constante, disfrazado de amor y de devoci¨®n. Me parece que en esos dos libros puestos en relaci¨®n abre una reflexi¨®n interesant¨ªsima por estas cosas que estamos hablando.
P. ?Hasta qu¨¦ punto estas reflexiones sobre las relaciones afectivas suponen un cierto privilegio de la clase media o alta y c¨®mo podr¨ªa influir esto en su literatura?
A.G.J.: S¨ª, pienso por ejemplo en lo que dice Brigitte Vasallo sobre en qu¨¦ espacios el lenguaje inclusivo se considera pertinente o una prioridad. Es dif¨ªcil hablar de relaciones no mon¨®gamas en espacios en los que impera una violencia que tiene mucho que ver con papeles de g¨¦nero muy fijos y hay mucha literatura que habla de eso. Por ejemplo, en contextos en los que hay mucho narco, las relaciones entre g¨¦neros se vuelven muy fijas. Fuera de ciertos c¨ªrculos se vuelve incluso peligroso hablar de cierto tipo de relaciones.
T.T.: Yo creo que en general se trata m¨¢s bien al rev¨¦s. Cuando Foucault trata de buscar la explicaci¨®n a la represi¨®n victoriana desmonta la hip¨®tesis marxista de que es algo que los burgueses arman para tener controlados a los trabajadores. ?l dice que los reprimidos son los burgueses y que los trabajadores tiene una vida sexual mucho m¨¢s libre. Lo que pasa es que no hay un discurso sobre eso necesariamente. No una elaboraci¨®n te¨®rica por su parte. Y, claro, toda la literatura hoy es elitista, al menos en Am¨¦rica Latina. Acceder a la literatura y a las discusiones sobre literatura ya es algo que no es de masas. Quiz¨¢s lo fue en alg¨²n momento y hoy no lo es.
J.R.: Qu¨¦ importante es la transversalidad. Es dif¨ªcil entender este tipo de cosas, lo digo como inmigrante peruano en Espa?a, sin pensar, por ejemplo, en el racismo o en el colonialismo. Hablar de ser un hombre machista en Per¨² no puede ser lo mismo que hacerlo en Par¨ªs, por ejemplo. Yo creo que para pensar estos temas desde Latinoam¨¦rica es important¨ªsimo el pensamiento decolonial.
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