Gancho a la mand¨ªbula del sistema carcelario en M¨¦xico
El ¨¦xito de un programa de boxeo en dos prisiones del Estado de M¨¦xico cuestiona las pol¨ªticas de reinserci¨®n en el pa¨ªs
Del reguero de heridas y malos recuerdos que acumula Omar Serrano, uno destaca entre el resto, una enorme cicatriz en su antebrazo izquierdo. ¡°Fue una cuchillada¡±, dice, extra?ado, como si fuera la piel de otro, un cuadro en un museo. ¡°Me tuvieron que abrir para reconstruirme los tendones¡±, a?ade. La lejan¨ªa entre el hombre y su extremidad evoca otra distinta, hecha de hierro, concreto y prejuicios: la que separa la c¨¢rcel de Tenango (Estado de M¨¦xico), donde ha vivido los ¨²ltimos a?os, de la noci¨®n que cualquiera pueda tener de una c¨¢rcel en M¨¦xico.
En el fr¨ªo altiplano mexiquense, la nov¨ªsima prisi¨®n de Tenango del Valle ha acogido esta semana la presentaci¨®n de un libro sobre los resultados del programa de boxeo carcelario Knockout, no tires la toalla, iniciativa que usa el pugilismo como herramienta de reinserci¨®n. Engalanado, el centro penitenciario parec¨ªa escuela de negocios. Junto a la direcci¨®n, el secretario de Seguridad del Estado de M¨¦xico, Rodrigo Mart¨ªnez, ofrec¨ªa canap¨¦s a directivos del Consejo Mundial del Boxeo y algunas leyendas del ring mexicano, caso de Pipino Cuevas o Lupe Pintor.
Nada alud¨ªa a la imagen habitual de las c¨¢rceles mexicanas, hecha de masacres, motines, corruptelas o fugas masivas, como la ocurrida esta misma semana a 100 kil¨®metros de all¨ª, en Tula, en el Estado de Hidalgo. El mi¨¦rcoles, un comando armado asalt¨® la prisi¨®n con coches bomba para permitir la evasi¨®n de nueve internos. Un d¨ªa despu¨¦s, Tenango mostraba una cara distinta del sistema, tan agradable como inquietante, los resultados de un programa que cuestiona la totalidad del armaz¨®n penitenciario, su l¨®gica, su misma esencia.
Durante los ¨²ltimos tres a?os, entrenadores de boxeo, psic¨®logos y terapeutas han trabajado con 125 presos de las c¨¢rceles de Tenango y Nezahualc¨®yotl, municipio del ¨¢rea metropolitana de Ciudad de M¨¦xico. En muchos casos, los internos est¨¢n ya cerca de salir. En la mayor¨ªa, los delitos por los que viven encerrados son robos. ¡°La idea era combinar el box con talleres que logren cambiar las din¨¢micas en las que han vivido¡±, se?ala Eunice Rend¨®n, directora del programa. La disciplina del ring aplicada a la terapia. Entender las emociones como parte del entrenamiento.
Rend¨®n, que trabaj¨® durante a?os en la Subsecretar¨ªa de Prevenci¨®n del Delito durante el sexenio de Enrique Pe?a Nieto (2012-2018), defiende que este tipo de iniciativas tienen un enorme impacto en internos que ven de cerca la salida. ¡°El boxeo es una forma de implicarles, una puerta para entrar a trabajar emociones y conductas¡±, explica.
M¨¢s all¨¢ de la tasa de reincidencia de los presos liberados acogidos al programa, el ¨¦xito de Knockout empieza en su mera existencia. En un pa¨ªs donde el hacinamiento, el autogobierno y el tr¨¢fico de drogas son normales en las prisiones, la carencia de iniciativas de este tipo asombra. Con una poblaci¨®n carcelaria de m¨¢s de 200.000 personas, la reinserci¨®n dista de ser un fen¨®meno natural, un fruto del sistema.
Para Omar Serrano, el boxeo ha llegado a consolidar una vida nueva. Su caso es particular. A los 44 a?os, el hombre, natural de Toluca, capital del Estado de M¨¦xico, ha pasado m¨¢s de la mitad de su existencia encerrado, la adultez entera. A los 19 a?os lo mandaron a la c¨¢rcel por ¡°robo, portaci¨®n de arma y homicidio¡±, explica. No da muchos detalles, solo dice que en una fiesta discuti¨® con otro joven, que el asunto subi¨® de tono y acabaron a golpes. Que un amigo intervino, le peg¨® al otro con un palo y le abri¨® la cabeza. No fue ¨¦l quien lo mat¨®, dice, pero¡ ¡°Peca tanto el que mata a la vaca como el que le agarra la pata¡±, sentencia. Le condenaron a 24 a?os.
Serrano ha pasado por 15 de los 22 penales del Estado de M¨¦xico. Hasta hace 10 a?os, dedic¨® su tiempo a fumar marihuana. Una vez, en 2010, se fug¨®. Pas¨® 10 meses fuera, rent¨® una casa, empez¨® a trabajar. Su vida funcionaba hasta que un viejo conocido le vio en la calle y lo delat¨®. Serrano volvi¨® a prisi¨®n, al ¡°m¨®dulo de conductas especiales¡± de la c¨¢rcel de Otumba. ¡°All¨¢ me torturaron, nos daban unas madrizas a diario¡±, dice, con la misma extra?eza con que antes miraba la cicatriz en su brazo.
Serrano forma parte de la primera promoci¨®n de Knockout. ¡°Nunca antes hab¨ªa practicado¡±, dice, ¡°pero se me hace muy completo¡±. Aunque parezca mentira, el hombre asegura que no le guarda rencor a nadie. Ahora, 24 a?os despu¨¦s de ingresar a un sistema que le ha sido tan perverso como grato -al menos en los ¨²ltimos tiempos- solo aguarda unos d¨ªas para salir. El 12 de diciembre ser¨¢ su ¨²ltimo d¨ªa en prisi¨®n.
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