¡°Las aplicaciones nos van a reducir la paga¡±: los repartidores protestan contra el impuesto del 2% en Ciudad de M¨¦xico
El secretario de Desarrollo Econ¨®mico en la capital, Fadlala Akabani, afirma que es justo que las tecnol¨®gicas contribuyan por la infraestructura y el internet que utilizan para hacer negocio
Sa¨²l G¨®mez lleva el ¨²ltimo lustro montado en una bicicleta, esquivando baches, automovilistas y motos para entregar comida en las calles de la Ciudad de M¨¦xico. En una buena jornada, este repartidor, de 35 a?os, obtiene unos 400 pesos, pero hay d¨ªas que puede pasar toda la ma?ana con apenas dos viajes de 35 pesos. La noticia del nuevo cobro bajo la figura de ¡°aprovechamiento¡± del 2% sobre las ganancias de empresas como Uber Eats, Didi Food o Rappi, supone para G¨®mez y miles de personas m¨¢s que trabajan en esta actividad una amenaza a sus ya ajustados ingresos. ¡°Lo que va a suceder es que las aplicaciones nos van a reducir la paga y con los comercios van a empezar a cobrarles una comisi¨®n o van a cambiar las tarifas en la aplicaci¨®n¡±, prev¨¦ el repartidor.
El Gobierno de Claudia Sheinbaum public¨® el pasado 30 de diciembre la normativa fiscal que regir¨¢ este 2022. La miscel¨¢nea fiscal de este a?o contempla un pol¨¦mico impuesto del 2% para las compa?¨ªas que se dedican al reparto de comida y mercanc¨ªas, por el uso de calles y avenidas de la capital. En el papel, la normativa precisa que este aprovechamiento deber¨¢n pagarlo exclusivamente las empresas tecnol¨®gicas y no podr¨¢n transferirlo a sus repartidores o terceros, es decir, al cliente final. Sin embargo, para los miles de ¡°socios¡± que diario se conectan a las aplicaciones para entregar y recibir pedidos la condici¨®n de ser intransferible no tiene forma de aplicarse por no existe un mecanismo de vigilancia.
El primer pago mensual de este nuevo cargo deber¨¢ cubrirse durante los primeros d¨ªas de febrero. Antes de esa fecha, los repartidores est¨¢n alzando la voz para intentar frenar una medida que, desde su perspectiva, reducir¨¢ sus ingresos. El colectivo Ni Un Repartidor Menos present¨® esta semana un oficio contra el impuesto ante la Secretar¨ªa de Comunicaciones y Transportes, la Comisi¨®n Nacional de los Derechos Humanos y el Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminaci¨®n de la Ciudad de M¨¦xico (Copred). En el escrito los afectados hacen hincapi¨¦ en que las aplicaciones y plataformas inform¨¢ticas tendr¨¢n oportunidad de irle transfiriendo al repartidor este cobro, usando la actual manera de considerar a los repartidores como ¡°socios o asociados¡±, convirti¨¦ndolos, en ese momento, en sujetos obligado a pagar dicho gravamen.
La palabra ¡°socio¡± con el que este tipo de aplicaciones clasifica a la red de trabajadores dista mucho de la realidad de las miles de personas que en una motocicleta o bicicleta recorren todos los d¨ªas la ciudad, sin seguro m¨¦dico ni prestaciones laborales, estos trabajadores desconocen, incluso, la f¨®rmula que cada compa?¨ªa aplica para fijar su tarifa de servicio. En las aplicaciones apenas se desglosa que estos costes depender¨¢n de la distancia recorrida, la demanda de pedidos, el resto es un vac¨ªo para el repartidor y el cliente final. En el limbo de los derechos laborales, la cifra de repartidores operativos en la capital es un baile de n¨²meros: seg¨²n los colectivos sobrepasan las 50.000 personas, mientras las autoridades apuntan a un estimado de 10.000 repartidores.
G¨®mez adelanta que antes de la primera quincena de este mes presentar¨¢n un amparo ante la Suprema Corte, adem¨¢s de que realizar¨¢n movilizaciones en las calles. Despu¨¦s de la temporada decembrina, a?ade, la demanda de su trabajo ha disminuido ya en estos primeros d¨ªas del a?o en un 30% respecto al mes pasado. ¡°Nosotros tenemos que seguir trabajando de todas maneras, pero s¨ª se est¨¢ volviendo m¨¢s complicado¡±, reconoce. El temor de los repartidores capitalinos es que este cargo se extienda a otros Estados.
Paola ?ngel, de 26 a?os, tiene cuatro a?os como repartidora de Didi y Rappi. Ella decidi¨® dejar su labor como ayudante de cocina porque promet¨ªa mayores ingresos. ¡°Me gusta estar en la bici, me gusta la calle¡±, refiere. En ese tiempo ha pasado desde situaciones de acoso por parte de los clientes o due?os de comercios hasta accidentes, obst¨¢culos que ha ido sorteando en cada una de sus jornadas de hasta 10 horas diarias. Ahora, ?ngel observa con preocupaci¨®n el nuevo impuesto que se sumar¨¢ a sus dem¨¢s gastos: el servicio de internet en su celular y el mantenimiento a su bicicleta. Gastos que cubre sin que por ellos reciba derecho laboral o seguridad social para ella o para su hijo. ¡°Estoy muy molesta por este nuevo impuesto porque hay mucha gente que usa la calle como todos los informales y otros repartidores y a ellos no les cobran¡±, zanja.
La Asociaci¨®n de Internet Mx, a nombre de las empresas afiliadas Uber, Didi y Rappi, han criticado la medida y han se?alado que ¡°el impuesto inevitablemente perjudicar¨¢ a todo el entorno digital, desde comercios, restaurantes y consumidores hasta repartidores; no solo a las propias empresas¡±. Por escrito, la asociaci¨®n ha enfatizado que, derivado de una posible reducci¨®n en el n¨²mero de pedidos que reciben, los repartidores tendr¨¢n menos ganancias y esto afectar¨¢ directamente su econom¨ªa y la de sus familias.
Pese a las voces de protestas, el Gobierno capitalino asegura que ser¨¢n las empresas las obligadas a cumplir con esta nueva disposici¨®n fiscal e insiste en que el gravamen es una forma justa de hacer que las aplicaciones ayuden a pagar la infraestructura p¨²blica como internet y las calles que utilizan para hacer negocios. Fadlala Akabani, secretario de Desarrollo Econ¨®mico, explica que durante la pandemia ha habido un crecimiento exponencial de consumo de ventas en l¨ªnea, precisamente, por la conectividad que existe en la capital.
Frente a las cr¨ªticas del sector, que se?alan que otras empresas repartidoras no est¨¢n obligados a pagar este cargo, el funcionario precisa que es que porque son empresas establecidas que tienen a sus trabajadores en n¨®mina, obligaciones laborales que no cumplen estas aplicaciones. ¡°Una tienda departamental utiliza las calles para repartir, pero pagan tenencia sus veh¨ªculos, sus trabajadores est¨¢n en el seguro social, pagan el 3% de la n¨®mina. Yo pregunto, ?qu¨¦ aportaci¨®n le dan las plataformas a la ciudad, porque es algo digital, ellos son intermediarios, efectivamente pagan el IVA, pero a la ciudad no le dan nada. Si ellos deciden incorpora a su planta laboral, que son sus asociados como trabajadores entonces platicamos¡±, zanja.
Seg¨²n los c¨¢lculos de la Secretar¨ªa de Desarrollo Econ¨®mico de la Ciudad de M¨¦xico se recaudar¨¢n entre 100 y 200 millones de pesos anuales por este nuevo aprovechamiento. Akabani, ha a?adido que la Secretar¨ªa har¨¢ un ejercicio de supervisi¨®n de las tarifas y pagos de estas aplicaciones para cerciorarse de que este aprovechamiento no se traslade a terceros ni a los repartidores, aunque tengan un car¨¢cter de ¡°socio¡±. En caso de comprobar que las compa?¨ªas est¨¢n actuando en perjuicio de los repartidores o consumidores no descarta alguna sanci¨®n. ¡°Si nosotros sobre el ejercicio descubrimos un comportamiento que no es el adecuado y que tenga una motivaci¨®n que contenga premeditaci¨®n tomaremos las medidas que marca la ley o las creamos¡±, concluye.
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