Con 80 a?os y esquizofrenia: Catalina Acosta vuelve a trabajar para la familia que la mantuvo encerrada
Sus parientes denuncian extorsiones de la familia empleadora, defienden que la trabajadora del hogar se fue con ellos por chantaje emocional y que un d¨ªa antes hab¨ªan tratado de raptarla en plena calle
Denunci¨® malos tratos, palizas f¨ªsicas, insultos, jornadas de trabajo brutales que empezaban a las cuatro de la madrugada y terminaban a las once de la noche. Denunci¨® tambi¨¦n falta de comida, fr¨ªo por las noches, meses de salario que nunca le pagaron, mala atenci¨®n m¨¦dica. Mar¨ªa Catalina Acosta, ind¨ªgena, con 80 a?os, denunci¨® todo despu¨¦s de seis d¨¦cadas empleada interna en el hogar de una familia adinerada en Naucalpan (Estado de M¨¦xico). Durante la pandemia sus patrones apenas la dejaban salir a la calle y cortaron casi en su totalidad la comunicaci¨®n de la mujer con el exterior. Sus familiares y el Centro de Apoyo y Capacitaci¨®n para Empleadas del Hogar (CACEH) hablaron de un secuestro; el 9 de noviembre consiguieron sacarla de la casa y llevarla con su sobrina, Mar¨ªa Angelina Acosta. All¨ª, d¨ªas despu¨¦s, fue entrevistada por este peri¨®dico, en el que asegur¨® que solo quer¨ªa regresar a su tierra, en la Huasteca potosina, para olvidarse de todo. Dijo que no pod¨ªa aguantar m¨¢s, que ¡°jam¨¢s iba a volver¡± a la casa donde estuvo empleada, que no recibir¨ªa m¨¢s golpes. Sin embargo, ha vuelto a trabajar para la misma familia.
Despu¨¦s de irse con su sobrina, Mar¨ªa Catalina Acosta comenz¨® un proceso legal contra sus antiguos patrones en el que reclamaba el dinero que le deb¨ªan, 269.490,02 pesos (m¨¢s de 11.000 euros), de acuerdo con los c¨¢lculos de los abogados del CACEH, que le asesoraban. En esa cifra inclu¨ªan vacaciones nunca pagadas, indemnizaci¨®n, prima vacacional, de antig¨¹edad, aguinaldo y los meses de salario que le deb¨ªan. Para negociar con la familia, fueron a un Centro Federal de Conciliaci¨®n y Registro Laboral. El 2 de diciembre de 2021, d¨ªa de la segunda audiencia, hubo varias irregularidades, denuncia Mar¨ªa Angelina Acosta, que tambi¨¦n estaba presente. El abogado de las Acosta no pudo pasar, pero el de sus antiguos patrones s¨ª.
Durante la reuni¨®n, la familia comenz¨® a ejercer chantaje psicol¨®gico sobre ella, explica la mujer. ¡°El hijo le dijo que su mam¨¢ la extra?aba mucho, que la quer¨ªan de regreso, y que su hermano estaba muy enfermo. Catalina me dijo, ¡®este Luis [el hermano] que me peg¨® est¨¢ diab¨¦tico y muy enfermo porque me sal¨ª, est¨¢ arrepentido y triste. Est¨¢n preocupados por m¨ª¡±. Finalmente, la mujer accedi¨® a volver con ellos. Pero su sobrina asegura que fue presionada, que si su abogado hubiera estado en la sala la situaci¨®n hubiera sido diferente. Y que su t¨ªa sufre de esquizofrenia, adem¨¢s de numerosos problemas f¨ªsicos derivados de 60 a?os de trabajo.
¡°Yo le dije al conciliador: ¡¯Yo me opongo, le maltrataban, le pegaron cuando estuvo ah¨ª, ella ya no aguant¨®. Me habl¨® para que fuera a por ella, y ahora que est¨¢ fuera, ?c¨®mo va a regresar nuevamente?, ?c¨®mo usted va a permitirlo?¡¯. Tiene esquizofrenia, no est¨¢ bien de sus facultades, no puede decidir por ella misma. El conciliador no me contest¨® y no me hizo caso, me dijo que esperara afuera¡±, resume Mar¨ªa Angelina Acosta en el sal¨®n de su casa.
Cuando su t¨ªa se fue a vivir con ella, Mar¨ªa Angelina Acosta la llev¨® a realizarse un examen m¨¦dico, que en un primer momento acredit¨® que la trabajadora del hogar sufr¨ªa anemia y desnutrici¨®n. La Fiscal¨ªa General de Justicia de Ciudad de M¨¦xico encarg¨® que se le realizaran adem¨¢s tests psicol¨®gicos para determinar si ¡°derivado de las amenazas de las que fue v¨ªctima por parte de Roc¨ªo V. la v¨ªctima presenta alguna afectaci¨®n en su esfera psicoemocional, que atente contra la paz y seguridad de su persona¡±. Las pruebas, ejecutadas en la Cl¨ªnica Dr. Barrios, mostraron que la mujer sufr¨ªa esquizofrenia, seg¨²n el informe m¨¦dico al que ha tenido acceso este diario.
Nuevo intento de secuestro
Adem¨¢s, el d¨ªa de antes de la segunda audiencia, sus antiguos patrones intentaron secuestrar a Mar¨ªa Catalina Acosta, seg¨²n sus familiares, una denuncia interpuesta ante la Fiscal¨ªa y videos grabados en el momento. Un coche apareci¨® en la colonia en la que vive Mar¨ªa Angelina, en las afueras de Ciudad de M¨¦xico, y de ¨¦l baj¨® un hombre que agarr¨® a Mar¨ªa Catalina del brazo y se la trat¨® de llevar a la fuerza. Ella forceje¨®. Se salv¨® porque varios vecinos acudieron al ver lo que pasaba, rodearon al hombre y consiguieron que la soltara. ¡°Me asust¨¦, consider¨¦ que mi vida corr¨ªa peligro. El sujeto de sexo masculino que me jal¨® [agarr¨®] se asust¨® debido a que los vecinos se concentraron, lo que impidi¨® que me subiera a su carro¡±, se recoge en la denuncia, que EL PA?S ha podido consultar.
La familia a la que Mar¨ªa Catalina denunci¨® por secuestro y malos tratos se ha negado a responder a las preguntas de este peri¨®dico. Roc¨ªo V., una de las acusadas, se ha limitado a declarar que ¡°todo es mentira. Deber¨ªan haber investigado m¨¢s antes de publicar. Lo siento mucho, no tengo tiempo para hablar¡±.
Desde la Huasteca ha venido Manuel Acosta (66 a?os), ¡°medio hermano¡± de Mar¨ªa Catalina, y su esposa, Mar¨ªa Concepci¨®n (62 a?os). ¡°Llevamos dos a?os sin poder hablar con Catalina. Padece una enfermedad y nosotros la queremos cuidar. Que vuelva con nosotros all¨¢ a nuestra tierra¡±. Los dos son campesinos y se reconocen perdidos en este terreno, sin saber qu¨¦ hacer ni a qui¨¦n acudir. ?l habla para el cuello de su camisa, con un hilo de voz que cuesta escuchar, los hombros siempre encogidos sobre su cuerpo como queriendo desaparecer, las manos anudadas, el bigote de pelos finos. Cuando una respuesta se le atraganta, es ella quien llega a salvarle, con algo m¨¢s de ¨ªmpetu. Sonr¨ªe y un diente de algo parecido a la plata brilla en su boca. Mira al suelo y sus sandalias revelan unas u?as con la textura y el color de la corteza de ¨¢rbol, a fuerza de jornadas y jornadas cultivando la tierra.
Mar¨ªa Angelina Acosta, Manuel Acosta y Mar¨ªa Concepci¨®n han iniciado una pelea judicial a la desesperada para ¡°liberar¡± a la empleada del hogar. Defienden que Mar¨ªa Catalina no deber¨ªa trabajar en sus condiciones, que necesita atenci¨®n m¨¦dica constante y que deber¨ªa estar con su familia. Mar¨ªa Angelina tambi¨¦n se?ala que desde el 2 de diciembre, los patrones de su t¨ªa han acudido a su domicilio en varias ocasiones, exigiendo que les entregaran las posesiones de Mar¨ªa Catalina, entre ellas, los papeles de propiedad de unos terrenos que la mujer posee en la Huasteca. Hasta el momento, se ha negado a dejarlos entrar en la casa.
Marcelina Bautista, la presidenta de CACEH, explica que hay dos corrientes legales abiertas, la penal y la laboral. ¡°Nosotras hicimos lo correspondiente a la indemnizaci¨®n de la parte laboral. La parte penal se estaba empezando a hacer cuando vino el intento de secuestro de ella, pero las instancias se tardan mucho, la mandan de un lado a otro¡±. Un proceso lento, irregular, caro, que se aprovecha de la falta de recursos de las familias m¨¢s pobres. ¡°Extorsionan a Angelina y en su desesperaci¨®n ha buscado otro abogado¡±, resume Bautista. El nuevo letrado ha llegado a pedir 200.000 pesos, porque ¡°los secuestros valen mucho dinero¡±. Mientras, llevan m¨¢s de un mes sin noticias de Mar¨ªa Catalina, sin saber sobre su estado de salud o en qu¨¦ condiciones se encuentra.
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