Las mujeres que trabajan no pueden crecer: la radiograf¨ªa de la desigualdad laboral en M¨¦xico

De los muchos rostros que muestra M¨¦xico, uno de los peores da la cara a las mujeres. Ya sea en condiciones de igualdad o de respeto a sus derechos, las trabajadoras tienen pocas condiciones para garantizar su entrada, permanencia y crecimiento en un centro de trabajo, de acuerdo con un an¨¢lisis realizado por el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).

Aunque las mujeres mexicanas trabajan mucho, el reflejo que tienen en el impacto econ¨®mico es inferior debido a las condiciones laborales imperantes en el pa¨ªs. Del total de mujeres que est¨¢n en condiciones de trabajar, solo 43,6% de ellas forman parte de la participaci¨®n econ¨®mica de la fuerza laboral, lo que coloca a M¨¦xico por debajo del promedio mundial de mujeres que trabajan. ¡°La participaci¨®n econ¨®mica de las mujeres no lo es todo¡±, ha dicho Valeria Moy, directora general del IMCO.

Aunque uno de los indicadores que m¨¢s duelen respecto a la brecha de g¨¦nero es el salario que perciben las trabajadoras, no es el ¨²nico. A nivel nacional, las mujeres ganan 19,2% menos que los hombres por el mismo empleo, mientras que en algunos Estados la brecha se profundiza hasta en un 17%.

Ya que no es lo mismo ser una mujer trabajadora en Ciudad de M¨¦xico que tener un empleo en una ciudad de Chiapas. Seg¨²n el documento ¡°Estados con Lupa de G¨¦nero 2022¡å, solo Baja California y la Ciudad de M¨¦xico son los estados que tienen una calificaci¨®n aprobatoria, con 62.1% y 64,8% de condiciones favorables para el desarrollo laboral de las mujeres en el pa¨ªs.

A nivel general, las entidades con mejor desempe?o como la Ciudad de M¨¦xico, Baja California Sur, Baja California, Colima y Nuevo Le¨®n, aunque existen diferencias entre los indicadores que los colocan, como el tiempo dedicado al trabajo no remunerado (el trabajo que se hace principalmente en el hogar y en el cuidado de la familia), adem¨¢s de su participaci¨®n en trabajos informales. De acuerdo con el Inegi, 43% de las trabajadoras est¨¢n ocupadas en este sector, en comparaci¨®n con 55% que lo hacen en el sector formal.

Una vez que las mujeres trabajadoras pueden estar inmersas en una industria, uno de los grandes desaf¨ªos es que puedan crecer. ¡°Podemos hablar de cuotas de g¨¦nero, de la participaci¨®n que se tiene, pero cuando se habla de posiciones de poder es una historia distinta¡±, dice Moy.

Son muy pocas las mujeres que tienen un rango de poder en M¨¦xico. Aunque en el sector privado, las cifras no son precisas, basta voltear a ver al Gobierno para establecer una fotograf¨ªa de esta desigualdad. Solo el 23.1% de las alcald¨ªas o municipios en M¨¦xico son liderados por una mujer, de acuerdo con el Censo Nacional de Gobiernos Municipales y Demarcaciones Territoriales del Inegi.

En un mundo ideal, seg¨²n c¨¢lculos del IMCO, una mejor inclusi¨®n de las mujeres podr¨ªa hacer que el producto interno bruto (PIB) de M¨¦xico creciera ser 15% mayor al sumar 8,2 millones de mujeres a la econom¨ªa formal del pa¨ªs hacia 2030. Sin embargo, ante los diversos rostros que muestra M¨¦xico a las mujeres, es dif¨ªcil saber con certeza cu¨¢l es el primer rubro que hay que atender. ¡°La realidad nos muestra que a las ni?as se les educa diferente en el sistema p¨²blico o privado, que se les ense?a a creer que est¨¢n destinadas a ciertas cosas: empieza desde muy temprana edad y se van perpetuando a lo largo de la vida educativa y permanece en la vida laboral¡±, reflexiona Moy.

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